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Calinda, calibradora del tercer milenio

El calibrado manual se ha vuelto electrónico

HorticomNews28/01/2003

28 de enero de 2003

Calinda de Caustier Ibérica es una calibradora de tercera generación. Sus partes mecánicas y sensibles (electrónica, piñones, cadenas, motores,manos de calibro y reguladores) están situadas por encima de la zona de calibrado de las frutas. Con esto, se consigue aislar a la parte alta de la máquina, y protegerla de suciedades, simplificando el mantenimiento y aumentando la vida de los sistemas

Calinda de Caustier Ibérica es una calibradora de tercera generación. Todas sus partes mecánicas y sensibles (electrónica, piñones, cadenas, motores,manos de calibro y reguladores) están situadas por encima de la zona de calibrado de las frutas. Con esto, se consigue aislar a la parte alta de la máquina, y protegerla de suciedades, simplificando el mantenimiento y aumentando la vida de los sistemas. La parte inferior está libre de todo mecanismo, lo que facilita la limpieza, el llenado y el transporte de cajas y palets.

La calibradora está compuesta por una alimentación a diabolos, que individualizan las frutas, haciéndolas girar sobre ellas mismas, lo que permite a las cámaras, situadas encima, detectar el color, el diámetro y la calidad. Cada fruta está suspendida en una "mano" y cada mano está provista de un astuto sistema de pesado muy preciso (de más o menos un gramo). El ordenador determina para cada fruta la salida reservada, en función de su peso, su diámetro, su color y su calidad. La calibradora está constituida por muchas series de manos que toman las frutas una por una, con gran suavidad sobre la alimentación.

La recepción de frutas en cada salida se puede realizar en canales de agua o sobre tapices de evacuación provistos de cepillos de amortiguación giratorios, y además sobre tapices de pelos de cepillos de 80 mm de largo, que amortiguan la recepción de frutas. Con éste último sistema, el ordenador puede escoger con extrema precisión el lugar donde se abrirá la mano, y de este modo, depositar la fruta. Por este proceso las frutas no se depositan nunca unas encima de otras.