Tecnología y comercio en flor cortada

Cambio estructural, asociacionismo comercial, crecimiento moderado de los mercados y presión competitiva -con la consiguiente necesidad de incrementar el valor agregado- son las previsiones para el próximo quinquenio.
Artículo de Horticultura 150, enero 2001.

La adivinación siempre ha sido, desde la Antigüedad Clásica, una industria seria. En esos primeros tiempos, quienes escudriñaban el futuro invocaban en su respaldo a fuerzas sobrenaturales para dar un "sello de calidad" a los servicios que ofrecían.

Hoy día, profetas y pitonisos han modificado su título por el de gurus, expertos o futurólogos, pero la metodología no ha variado sustancialmente: se trata de identificar acertadamente la situación inicial, de identificar las fuerzas relevantes que dan forma al presente y luego, asumiendo que las fuerzas que han actuado en el pasado continuarán haciéndolo en el futuro con mayor o menor intensidad, establecer distintos escenarios futuros plausibles.

Si se trabaja cuantitativamente, con un número limitado de variables a predecir y - cosa rara - disponiendo de series de tiempo numéricas lo suficientemente largas y fidedignas, hay quien se atreve a asignar a esos escenarios porcentajes de probabilidad de ocurrencia.

Todo esto para poder definir este ejercicio como lo que es: una adivinanza educada, sin pretensión de ir más allá ni de influir sobre presupuestos ni sobre cifras de venta.
El objeto de la predicción es el sector de flor cortada español y europeo dentro de un lapso de tiempo prudente. Base y objeto de la predicción, en este caso, serán dos aspectos que son al mismo tiempo causa y consecuencia de los fenómenos a observar: la tecnología y los mercados.

El cambio tecnológico

En términos generales, no comprendemos exactamente cómo es que el cambio tecnológico ocurre ni qué es exactamente lo que establece la dirección en que se desarrolla. No obstante, algunas teorías, como la de la "innovación inducida", parecen tener validez bajo condiciones de economía de mercado.

A grandes rasgos, la teoría de la innovación inducida nos dice que se desarrollararán e impondrán aquellas innovaciones que disminuyan el uso de los factores de producción más escasos o, lo que es lo mismo, aquellos factores cuyo precio de mercado es más elevado. Es en realidad un punto inicial muy simple pero muy fecundo, que pone un poco de orden en el aparentemente caótico mundo del progreso tecnológico.

En el caso de la producción hortícola española en general, y en el de la flor cortada en particular, no parece ser hoy muy difícil establecer cuál es el factor de producción más escaso y costoso: la mano de obra. La producción y manipulación de flor cortada es, hasta el presente, una actividad sumamente intensiva en mano de obra. En las sociedades post-industriales, caracterizadas por su baja tasa de natalidad, por cuerpos políticos que reclaman fuerte protección social del trabajador y por una cultura que rechaza el trabajo manual, es cada vez más difícil y costoso conservar tecnologías de producción tradicionales intensivas en mano de obra.

Si bien la presencia de mano de obra extranjera da un respiro en este sentido y permite seguir funcionando a numerosas industrias, no se puede contar con que esto sea una solución permanente, entre otras causas porque la forma definitiva que asuman las condiciones de contratación de trabajadores inmigrantes y su propia disponibilidad están fuera del control del sector.

Así que aquí va la primera predicción "educada": espere Ud. ver en los próximos años, de forma creciente, como se instalan en empresas productoras y centros logísticos, sistemas automáticos de riego, de siembra, de control climático, de embalaje de producto...

El cambio estructural

Hablar de cambio estructural es hablar de vida económica. Ninguna rama de la actividad está exenta de él, y en el vocabulario presente, cambio estructural significa menos empresas, más grandes y más tecnificadas. Si bien la problemática del tamaño óptimo de la empresa agraria presenta leyes diferentes a las que rigen a las de las procesadoras industriales, resulta no obstante claro que el adquirir el tipo de automatismos que se describen en el apartado anterior exige esfuerzos financieros que solo estarán al alcance de unidades medianas y mayores.

Si a esto se añade que las exigencias de calidad del mercado también imponen más costos fijos a las empresas - hay que contratar asesores, auditores, establecer sistemas adminstrativos de control -, aparece como un hecho que la concentración empresarial en el sector continuará en los próximos años.

El asociacionismo ofrece a productores relativamente débiles, no obstante, la posibilidad de contrarrestar algunos de estos efectos bajo la forma de contratar de forma conjunta servicios, de hacer uso de maquinaria en común, de organizar "pools" de oferta, etc. Es entonces de esperar que este tipo de instituciones colectivas se continúen desarrollando, a condición, no obstante, que los marcos legales en que funcionen sean también fortalecidos. Aunque sea desagradable decirlo, la proximidad trae conflictos, inclusive entre agentes que comparten objetivos. Un marco institucional que permita una solución justa y expeditiva de las diferencias es indispensable para que los productores y comercializadores usen y participen de iniciativas asociativas realmente eficientes, y no que lo hagan simplemente para conseguir trato impositivo de favor.

¿Y los mercados?

En los últimos años hemos vivido un proceso de euforia en los mercados de flor cortada y planta ornamental europeos y mundiales. Esto se ha debido a la general bonanza que han vivido las economías occidentales últimamente, y al hecho que, a diferencia del producto hortícola comestible, el ornamental no padece bajo la ley de hierro de tener que captar una proporción cada vez menor del ingreso de los consumidores a medida que éste se incrementa (ley de Engel).

Pero aquí hay también que delimitar a la flor cortada de otras ornamentales: por su relativo alto valor con relación a su peso, la flor cortada es susceptible de ser transportada largas distancias, lo que se traduce en la presencia de importantes contingentes de flor importada en los mercados europeos. En especial la competencia del producto exterior masificado - tipo "commodity" - seguirá siendo una constante de los próximos años; y más vale que sea así, pues forzará a la floricultura europea a volcarse a los aspectos en los que sí puede ser eficiente: calidad, satisfacción del consumidor, presentación del producto, presencia diferenciada en los mercados relevantes.

Valga decir que esto ya no es una predicción, sino una exhortación: la supervivencia del subsector de producción de flor cortada europeo y español pasa por esa transformación: incremento del valor agregado, mejoramiento de la cadena logística, intercambio de información con medios modernos, racionalización de la cadena de comercialización, diversificación de la oferta tanto horizontalmente - más especies - como en profundidad - más variedades. Todo esto tendrá que ocurrir, y transmitir nuevas formas de "hacer negocios" a los puntos de venta de la horticultura ornamental.

Y se termina dónde tal vez se debería haber empezado: ¿qué ocurrirá con los mercados? Desde un punto de vista cualitativo, ya se ha adelantado el pronóstico en el párrafo anterior: el producto de baja calidad no es solución para el productor europeo, así que habrá que ofrecer algo mejor e ingeniarse para venderlo. Desde el punto de vista cuantitativo, el pronóstico de los próximos años debe ser sobrio.

Las últimas cifras de importación europea señalan un enlentecimiento de las mismas, lo cual en un entorno de precios flojos, indica sin duda un mercado pesado - y no "falta de oferta", como han señalado algunos observadores. Esto puede señalar la tónica general del mercado de los próximos años, con un incremento de la demanda total no más allá del crecimiento general del producto nacional bruto previsto, del entorno del 2-3% anual en el mejor de los casos.