¿Qué tipo de edificio de oficinas prefiere la gran demanda en Barcelona?
Con los datos del informe, desde Jones Lang LaSalle concluyen que se hace inevitable rehabilitar los inmuebles en el centro de la ciudad con el objetivo de revalorizar el activo y permitir atraer nuevas demandas y mantener inquilinos. En este sentido, una reforma de los inmuebles también conlleva consecuencias positivas adicionales para el negocio: aumento los ingresos por alquileres, adaptar los inmuebles a futuros impactos regulatorios, mejorar la calificación energética o reducir emisiones.
¿A qué tipo de edificio se han trasladado las grandes empresas en 2012?
En un análisis de la tipología de edificio donde se han trasladado las mayores 30 operaciones de alquiler del mercado de oficinas de Barcelona en 2012 (las de más de 800 metros cuadrados) el resultado más significativo es que el 76% de la gran demanda se mueve a edificios nuevos o rehabilitados.
Concretamente:
- El 44% se han ido a edificios nuevos.
- El 34% se han ido a edificios rehabilitados.
- Sólo el 23% se han trasladado a edificios antiguos.
Estos datos demuestran que la calidad de las instalaciones es una premisa básica en el traslado para una gran compañía. Además, un tercio de las empresas se ha quedado en centro ciudad por lo atractivo de las rentas y porque muchos edificios están empezando a rehabilitarse.
El stock de oficinas en el centro de la ciudad
El 88% del stock de oficinas del centro de la ciudad tiene más de 30 años. La tasa de disponibilidad en esta zona ha aumentado del 1% en el año 2000 al 10,5% en la actualidad, alcanzado en estos momentos un pico histórico de oficinas vacías. Las empresas valoran cada vez más la imagen y la eficiencia de los inmuebles de oficinas. Por esta razón se hace inevitable plantear en una rehabilitación progresiva del stock de oficinas del centro de la ciudad si su objetivo es mantener y atraer inquilinos y competir con otras áreas de negocio de la ciudad.
Aprovechar mejor los recursos (la energía y los espacios fundamentalmente), y conseguir de esta manera ahorros en los costes de las oficinas, se está convirtiendo en una necesidad, en la medida en que parece claro que la energía se va a encarecer bastante durante los próximos años.
Una oficina se utiliza una media de 45 años, pero el 70% de su vida vendrá definida por la forma en que se utilice el edificio. La tasa natural de sustitución y renovación es del 1-2% anual. Así que la mayoría tendrá que someterse a una rehabilitación energética en los próximos 20 ó 30 años.