Un plan piloto confirma la viabilidad del cultivo de macroalgas en las bahías del delta del Ebro
Los resultados de las pruebas piloto del cultivo de algas realizadas en las bahías del delta del Ebro y en las instalaciones que el IRTA tiene en La Ràpita (Tarragona) apuntan a que la explotación comercial de macroalgas en Cataluña se podría iniciar en 2024.
“La explotación comercial de macroalgas en Cataluña podría iniciarse a lo largo del primer semestre de 2024”. Lo ha afirmado Sergi Tudela, director general de Política Marítima y Pesca Sostenible, en el marco de la jornada internacional organizada por el Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural centrada en profundizar en el potencial del cultivo de las macroalgas como opción de diversificación de los tradicionales cultivos acuícolas del litoral catalán, y en especial en las bahías del delta del Ebro, mayoritariamente centrados en la producción de mejillón y ostra rizada u ostrón. Además, se prevé un gran incremento de la demanda de macroalgas mundialmente.
Los resultados de las primeras pruebas piloto del cultivo de macroalgas realizadas en condiciones naturales y en condiciones controladas, que desde el pasado mes de abril se han llevado a cabo en las bahías del delta del Ebro y en las instalaciones que el IRTA tiene en La Ràpita, y que han contado con la colaboración de organismos y empresas representativas del sector “han sido valoradas muy positivamente y han permitido extraer valiosas conclusiones sobre la metodología de cultivo de las macroalgas para hacer posible la futura explotación comercial”, ha dicho Sergi Tudela.
En este sentido, las pruebas han constatado la necesidad de determinar qué especies de algas son las más indicadas a introducir en función de las condiciones naturales que presenta el entorno donde se quieren producir, así como las medidas preventivas a adoptar en cada caso con el fin de evitar la predación de las algas o la competencia por parte de otras especies oportunistas de la zona. También han puesto en evidencia la necesidad de mantener el periodo de estudio con el fin de profundizar en el conocimiento de las técnicas de cultivo de esta especie.
Los resultados también han servido para elaborar una guía destinada a orientar a las personas titulares de explotaciones acuícolas que se planteen cultivar macroalgas en sus instalaciones, que se ha presentado también a la jornada.
Por su parte, el director general del IRTA, Josep Usall, que también ha participado en la jornada ha explicado que “ante los retos actuales y futuros, nos encontramos con una oportunidad inmejorable para probar y demostrar nuevas estrategias y soluciones para aumentar la productividad y la diversificación de la acuicultura bajo un entorno de sostenibilidad y convivencia con el entorno natural, ofreciendo al sector actividades con un elevado valor económico y ecosistémico”.
La jornada también ha contado con la presencia de representantes del área de acuicultura de la Comisión General de Pesca del Mediterráneo (CGPM) de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), que tiene por objetivo principal garantizar la conservación y el uso sostenible de los recursos marinos vivos, así como el desarrollo sostenible de la acuicultura en el Mediterráneo y en el Mar Negro.
Hacia una acuicultura más relevante y con valor para el medio ambiente
La UE es uno de los mayores importadores de productos de algas y microalgas a nivel mundial, y el fomento y el incremento de la producción de algas es considerado por la Comisión Europea como un objetivo estratégico orientado a la soberanía alimentaria, así como herramienta de adaptación y mitigación de las explotaciones acuícolas ante los efectos del cambio climático.
El impulso de iniciativas sobre cultivos sostenibles de algas y microalgas, así como de la acuicultura restaurativa, es también una de las líneas estratégicas incluidas en la Estrategia Marítima de Cataluña 2018-2030, que tiene como finalidad reivindicar la condición de Cataluña como país marítimo y la relevancia de la economía azul sostenible como motor económico.
Aunque la pesca de captura seguirá siendo relevante, la acuicultura ya ha demostrado su importancia para la seguridad alimentaria mundial. No obstante, dado que el aumento de la producción no se puede producir a costa del medio ambiente, son necesarias nuevas estrategias de acuicultura sostenible. Y aquí es donde entra en juego el concepto de acuicultura restaurativa o de bajo impacto, que consiste en una serie de prácticas que no sólo buscan producir un alimento, sino al mismo tiempo rehabilitar y mejorar el ecosistema donde se produce y la vida de las comunidades humanas y animales de alrededor.