Una nueva terapia hormonal consigue tratar disfunciones reproductivas en peces de piscifactoría
Investigadores del IRTA y la empresa Rara Avis Biotec han diseñado un protocolo que induce la reproducción en múgiles adultos en cautividad. Es el primer estudio en una especie de teleósteo que utiliza hormonas gonadotropinas recombinantes para inducir las primeras etapas de la gametogénesis hasta lograr el cortejo y la fertilización de huevos y larvas de alta calidad.
La acuicultura intensiva está buscando soluciones para garantizar la producción comercial a gran escala y reducir el impacto ambiental de la pesca. No obstante, algunas especies en las piscifactorías sufren disfunciones reproductivas severas y no inician el desarrollo de madurez sexual para reproducirse, lo que complica su cultivo. Un ejemplo es el caso del múgil (Mugil cephalus), en que los machos no producen semen fluido y las hembras detienen la maduración de óvulos en las primeras etapas del desarrollo de gónadas. Un equipo de investigadores expertos en acuicultura del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) y la empresa Rara Avis Biotecha publicado una metodología que consigue asegurar la maduración sexual de los individuos adultos y garantiza la producción de gametos, huevos y larvas de calidad. Esto permitiría cerrar el ciclo biológico completo de la especie y criarla en piscifactorías de forma más sostenible, evitando así la pesca de ejemplares salvajes alevines y reducir el impacto ambiental.
La reproducción de los peces consiste en dos etapas, la gametogénesis y la maduración. Éstas están controladas por diferentes hormonas reproductivas, las gonadotropinas (Gths) y esteroides. El estudio del IRTA, publicado en la revista Scientific Reports, demuestra por primera vez que utilizar nuevas hormonas gonadotropinas recombinantes (rGths), hormonas estimulantes del folículo recombinantes (rFsh) y luteinizantes (rLh) en los peces induce la gametogénesis desde las primeras etapas del desarrollo gonadal y produce óvulos y espermas maduros viables. Las hormonas utilizadas están basadas en el ADN de las que tienen los múgiles de forma natural, ya que las hormonas responsables de la reproducción son específicas en cada especie de pez. “Con este protocolo podemos controlar la ovogénesis de las hembras y la espermatogénesis de los machos desde las fases iniciales (previtelogénesis y espermatogonia) hasta el final de la maduración y el desove. Es un avance respecto estudios previos que utilizaban hormonas de otros animales para obtener tasas más bajas de desove y calidad de gametos y progenie”, apunta Neil Duncan, investigador del programa Acuicultura del IRTA.
En el tratamiento, que ha tenido una duración de doce semanas, también se ha comprobado que el tratamiento con nuevas hormonas gonadotropinas recombinantes (rGths) no sólo induce la gametogénesis, sino que también induce el comportamiento reproductivo de ambos sexos. “Esto es importante para lograr un cortejo exitoso y la fertilización de los gametos liberados, aunque la presencia de machos de buena calidad en el tanque con semen fluido también puede haber sido un factor decisivo para el éxito del desove”, apunta Sandra Ramos-Júdez, doctora en Acuicultura, que en el momento del estudio era investigadora predoctoral del IRTA.
Producción más sostenible
Las poblaciones salvajes de peces están amenazadas por la sobrepesca y la degradación ambiental. “Basar el cultivo de una especie en la captura de ejemplos salvajes no es una práctica sostenible. Por eso es muy importante conseguir el control de la reproducción de ejemplares criados en cautividad para cerrar el ciclo biológico y no depender de poblaciones de peces salvajes para la producción acuícola”, señala Duncan. El protocolo se ha probado en el múgil como modelo de una especie de la infraclase de peces teleósteos. Además, es una especie omnívora que no requiere productos dietéticos de pescado marino, lo que hace que sea más sostenible que otras especies que se cultivan.
Según Ignacio Gimenez, gerente de la empresa Rara Avis Biotec, “esta metodología se podría aplicar en otras especies de peces que tienen disfunciones reproductivas severas utilizando sus correspondientes hormonas, como por ejemplo especies ornamentales de alto valor o especies de peces amenazadas o en peligro de extinción que se crían en cautividad para su conservación”.