Biosensores para la detección de toxinas
26 de octubre de 2004
Un grupo de científicos de EE.UU ha desarrollado biosensores como aparatos portátiles para el análisis rápido y simultáneo de diferentes toxinas. La contaminación de los alimentos con agentes infecciosos es una preocupación global con gran alcance económico e impacto social.
Un grupo de científicos de EE.UU ha desarrollado biosensores como aparatos portátiles para el análisis rápido y simultáneo de diferentes toxinas. La contaminación de los alimentos con agentes infecciosos es una preocupación global con gran alcance económico e impacto social.
Además, la identificación de estos agentes en alimentos requiere largos pretatamientos o concentración de las muestras previos al análisis.
Un grupo de científicos de un centro de Ciencia Molecular en EE.UU ha desarrollado biosensores como aparatos portátiles para el análisis rápido y simultáneo de diferentes toxinas en muestras complejas con una preparación mínima de las mismas.
Este biosensor consiste en primer lugar en obtener la matriz patrón mediante la inmovilización de los anticuerpos de reconocimiento en localizaciones específicas de la superficie de una sonda. El patrón resultante se emplea para la detección de distintos analitos en las muestras a analizar. Tras el análisis se lleva a cabo un inmunoensayo con anticuerpos fluorescentes. Mediante excitación de la fluorescencia con un pequeño diodo láser, una cámara CCD detecta los puntos fluorescentes de los antígenos: compuestos del anticuerpo en la superficie del sensor. A continuación se realiza un análisis de la imagen mediante software para determinar el valor medio de la fluorescencia de cada punto. La localización de los puntos y su valor de fluorescencia se emplean para identificar la toxina y su concentración. Los análisis son rápidos, sensibles y específicos.
Las toxinas han podido medirse en muestras de alimentos, clínicas y ambientales, a niveles tan bajos como 0,5 ng mL-1, en menos de veinte minutos con apenas un pretratamiento de las muestras. Los ensayos han permitido identificar la toxina del cólera y del botulismo, la enterotoxina B de Staphylococcus, trinitrotolueno y la micotoxina fumonisina.
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