Las exigencias del mercado
Las distintas formas de producción racional -ecológica, integrada, etc.- no son ya conceptos técnicos, sino que se han convertido en elementos imprescindibles de "marketing".
Dentro del sector hortícola, están desarrollándose numerosas actuaciones en el sentido de mejora de la calidad, como alternativa real a prácticas fitosanitarias tradicionales, en continua degeneración, que no dan solución al conjunto de problemas que afectan a nuestros cultivos, los cuales, aspiran a ser modernos y competitivos, frente a un mercado cada vez más exigente.
Así pues, surgen con fuerza todos aquellos sistemas de producción basados fundamentalmente en las buenas prácticas culturales y por consiguiente, en la obtención de productos sanos y libres de residuos.
Debido a esto, nos van invadiendo conceptos como control biológico, control integrado, control racional, normas ISO, normas UNE,... y resuenan otros como calidad, trazabilidad, LMR, presencia, sabor,... El cliente paga y exige, y por tanto hay que ir avanzando en este camino para estar en la vanguardia de la horticultura mundial y poder ofrecer todo aquello que se nos demande. Debemos ir preparándonos en este aspecto, para afrontar con éxito el difícil reto que se presenta, además de así poder competir más fácilmente con otros mercados potenciales y algunos ya existentes.
Ante la no fácil situación que se avecina, debemos trabajar con paso firme y profesionalidad, poniendo en marcha aquellas actuaciones que conduzcan al avance, el posicionamiento y el reconocimiento de la horticultura almeriense y por honrar a todas aquellas personas que llevan varias décadas luchando por el pulmón de la economía provincial.
Después de los últimos escándalos surgidos en Europa con casos como las vacas locas, los pollos belgas, la Coca cola..., parece ser que empiezan a salpicarnos los temas de alimentos contaminados y perjudiciales para la salud humana. Esperemos no ver nuestras fronteras bloqueadas para la exportación debido a residuos de materias activas tan famosas como metamidofos, endosulfán, ... Que la concienciación en este aspecto, tanto de los técnicos como de los agricultores, sea plena.
Debemos apostar por todos aquellos temas encaminados a la mejora y competitividad de nuestra agricultura, como renovaciones estructurales, avances tecnológicos, reciclajes, control del uso de insumos, limpieza, producción integrada... y todo lo que nos lleve a estar orgullosos del sector al que pertenecemos y que repercuta en la calidad de vida de todas las familias que dependemos de la agricultura.
En este aspecto podemos decir que la Producción Integrada, como sistema de cultivo, puede cubrir todas las exigencias demandadas por los países consumidores.
En este sistema, el control de plagas y enfermedades, se realiza empleando conjuntamente insectos útiles, productos químicos y usando buenas prácticas culturales. Así pues, la Producción Integrada proporciona a la agricultura protección del medio ambiente, buena rentabilidad, y además cubre las demandas del mercado, frente a la agricultura química tradicional que presenta inconvenientes como la selección de resistencias a insecticidas, el resurgimiento de poblaciones tratadas, residuos, riesgos, problemas legales, destrucción de especies beneficiosas...
Podríamos concluir diciendo que los clientes que adquieren la mayoría de nuestras hortalizas, quieren que estas cumplan con unas normas de calidad preestablecidas, que en su producción se respete el medio ambiente, que se tenga en cuenta el bienestar de los trabajadores y que además todo esto este certificado por una empresa que les ofrezca garantías. Como poner estos sistemas en marcha no es imposible y va en beneficio de todos, procuremos avanzar en esta línea y poder ofrecer lo que exige.
