Cápsulas innovadoras y ecológicas para el control de plagas en cultivos de patata
El nuevo método de control de plagas se sirve de unas cápsulas especiales denominadas Atracap. Estas cápsulas contienen la cepa de un hongo entomopatogénico que ataca a ciertas plagas de insectos y son capaces de reducir el empleo de plaguicidas en las plantaciones europeas. La empresa Biocare, de Baja Sajonia (Alemania), acaba de poner en marcha la producción de estas cápsulas y en 2016 se tratará con ellas una superficie de cerca de trescientas hectáreas. “Nos hemos visto superados por la cantidad de consultas de agricultores que desean utilizar el producto en sus campos, así que seguiremos ampliando la producción”, declaró Stefan Vidal, coordinador del proyecto Inbiosol. “Confiamos en que Atracap se convierta en una estrategia de control estándar para agricultores ecológicos y convencionales”, añadió.
Las cápsulas sirven para controlar el gusano de alambre, considerado hoy en día el mayor problema en la producción de patata en sistemas tanto convencionales como ecológicos. “Contienen compuestos no sintéticos, y por tanto es posible emplearlos en ambos tipos de sistemas de cultivo. La estrategia ‘atraer y matar’ (Attract & Kill) empleada en estas cápsulas sustituirá a los insecticidas sintéticos”, explicó Stefan Vidal.
El lanzamiento de estas cápsulas llega en un momento idóneo, pues a partir de este año no habrá disponible ningún compuesto sintético específico contra el gusano de alambre. El compuesto utilizado hasta ahora en plantaciones convencionales era Fipronil, comercializado como Goldor Bait por BASF. No obstante, la Comisión Europea ha impuesto una moratoria a los productos que podrían influir en el trastorno del colapso de las colonias (CCD), enfermedad que afecta a abejas. Los organismos nacionales pertinentes advierten que en caso de emergencia cabe aprobar un empleo del producto, opción a la que BASF no ha optado aún.
Los cultivadores de patatas convencionales ya se enfrentan a dificultades económicas debido a la baja calidad de la patata dañada por este gusano. Los cultivadores ecológicos tampoco son ajenos a las enormes pérdidas de ingresos que produce esta plaga. “Si bien no es posible contar con datos fiables con los que calcular el perjuicio económico causado por los gusanos de alambre en los cultivos, las organizaciones de agricultores de varios países europeos están dispuestas a adoptar este sistema de control de plagas sencillamente porque funciona”, aclaró Vidal.
El agente letal que contienen las cápsulas es un aislado de hongo entomopatogénico que existe de forma natural en suelos agrícolas de todo el planeta y, dado que la base de esta estrategia es completamente biológica, también se cumplen los objetivos de protección ambiental de la Unión Europea. Las esporas de los hongos se liberan en el suelo, por lo que resulta más complicado que se produzcan accidentes al esparcirlo. El sistema además limita las interacciones con organismos superficiales como las abejas melíferas y no atrae a las lombrices.
Según Stefan Vidal, el proyecto Inbiosol funcionó “mejor de lo esperado”. No obstante, en la idea original, se planteaba utilizar la misma estrategia ‘Attract & Kill’ para tratar otras plagas edáficas como la larva del gusano de la raíz del maíz occidental. En el futuro, la tecnología básica desarrollada por Inbiosol servirá para crear más productos ecológicos dedicados al control de plagas. “Se han remitido varias propuestas con las que recabar fondos y seguir desarrollando estos productos tan innovadoresÌ, concluyó Vidal.