La trazabilidad una tendencia irreversible

Para Federalimentare, www.federalimentare.it, la organización agrícola italiana que asocia a los principales protagonistas del sector alimentario, el establecimiento obligatorio de la trazabilidad de los ingredientes en la etiqueta de un producto es una idea inaceptable, confusa y que desorienta más que ayuda al consumidor final.

Para Federalimentare, www.federalimentare.it, la organización agrícola italiana que asocia a los principales protagonistas del sector alimentario, el establecimiento obligatorio de la trazabilidad de los ingredientes en la etiqueta de un producto es una idea inaceptable, confusa y que desorienta más que ayuda al consumidor final.
Es que parece haber llegado, para quedarse, la era de la trazabilidad a la industria alimentaria y frutihortícula.
Según se publica en la revista italiana Línea Freschi de abril de 2003, el sector se ve frente a la obligación de adecuarse a una normativa, ya establecida oficialmente, de indicar con total claridad la proveniencia de la fruta y la verdura.
Se trata, si se quiere, de un cambio de los tiempos, cambios de las épocas, que sin embargo representa una oportunidad no menor para el sector productivo.
Si es cierto que el origen nacional de un producto es un valor importante para el 70 % de los consumidores, no es de extrañar que haya expectativas de un futuro distinto y positivo para el mercado.
La asociación de consumidores Coldiretti, www.coldiretti.it, ha lanzado su desafío en defensa del origen de ingredientes. "Basta de spaghetti que se amasan con grano duro de trigo ruso y con tomates chinos", dice, y sigue "los consumidores tienen sobrado derecho de saber y elegir lo que comen".
"El sabor y la calidad de un producto no radica solo en los ingredientes sino en el saber hacer, en los secretos industriales y el buen gusto de los productores", responde Federalimentare.
Como se puede deducir, este encuentro de intereses redundará en beneficio de los productores nativos, pero a la industria alimentaria no parece convencerle demasiado.
El debate está abierto, hay un decreto legislativo, el 302/02 que en tal sentido ya entró en vigor en febrero de 2003.
Si sobre algo no hay dudas es que la tendencia del consumidor siempre estará orientada a saber lo más posible, y no es extraño que con los productos alimenticios en general ocurra lo que ya ha ocurrido en particular con los buenos vinos o el aceite de oliva extravirgen, certificaciones de calidad, denominaciones de origen, etc.