Las alhóndigas bajo la lupa

Las alhóndigas son centros de contratación privados en origen, donde se produce la concurrencia de la oferta de los agricultores y la demanda de comisionistas o corredores. En un artículo de la revista Distribución y Consumo nº 66, viene un detallado informe titulado "Las alhóndigas: pasado, presente y futuro" de estos particulares canales de comercialización.

Las alhóndigas son centros de contratación privados en origen, donde se produce la concurrencia de la oferta de los agricultores y la demanda de comisionistas o corredores. En un artículo de la revista Distribución y Consumo nº 66 viene un detallado informe titulado "Las alhóndigas: pasado, presente y futuro" de estos particulares canales de comercialización.

Los autores del artículo son Jaime de Pablo Valenciano, profesor de la Universidad de Almería y Juan Pérez Mesa, economista de COEXPHAL (Cosecheros Exportadores de Productos Hortofrutícolas de Almería).

Las alhóndigas se localizan en las provincias de Almería, Granada y Málaga y las ventas se realizan por el sistema de subasta a la baja. Una vez que se encuentran las mercancías en el almacén de entrada, éstas se venden por el método de subasta pública a la baja. El comercial de la alhóndiga es el responsable de establecer el primer precio, generalmente se toma como referencia el precio del día anterior. El comprador que obtenga el precio más alto podrá elegir primero la cantidad de producto que necesite. Existe un número mínimo de producto a comprar. A partir de este máximo precio empieza a bajar, incluso si se llegase a un precio muy bajo el propio agricultor puede recuperar la mercancía. En casos excepcionales la propia alhóndiga compra el producto para dar una buena imagen de su empresa.

Existen dos sistemas el tradicional y la denominada subasta normalizada. En la primera se diferencia entre el producto a comercializar y los destríos y se procede a la subasta. En la subasta normalizada, antes de la misma, se procede a normalizar por medio de las calibradoras.

Según los autores las ventajas de este sistemas son las siguientes: produce una concentración de la oferta y el agricultor cobra prácticamente en el momento de la venta.

Como inconvenientes enumeran los siguientes: se desconoce el precio al que se va a vender el producto; no hay transparencia en el mercado al no dar información sobre cantidades vendidas; penaliza al agricultor que aporta productos de primera calidad ya que el precio se forma sobre productos a granel; a veces se realizan transacciones directas previas a la subasta; existe un escaso número de compradores frenta a un número elevado de vendedores lo que facilita el acuerdo entre aquellos para fijar el precio y; finalmente sostienen que la normalización se produce generalmente en destino perdiendo el valor añadido la zona de producción.