El gran reto del sector exportador español

De un tiempo a esta parte se ha ido formando entre los productores de fruta y hortaliza, la idea de que no es lógico ni positivbo que el productor, además, comercialice su propio producto. Sin embargo, según José Álvarez Ramos, Consejero de Agricultura, Pesca y Alimentación en la Embajada de España en La Haya (Países Bajos), ése es precisamente el camino que hay que seguir. Lo que sucede en España es que la comercialización se ha convertido en el mayor problema de la exportación hortofrutícola, y el sector tiene que ser consciente de que debe tomar medidas para mejorar la comercialización de sus productos intentando abaratar costes y tratando de conseguir más valor añadido para no perder competitividad en un sector que evoluciona muy rápido.
Para esta mejora, existen algunas limitaciones, de las cuales, las más importantes son las ineficientes estructuras comerciales, la lejanía de los mercados, la carencia de especialistas en comercio agroalimentario internacional y el control de calidad en destino.
Es de enorme importancia mejorar al máximo lel sistema logístico en la comercializacialización de perecederos. Para ello, cabe destacar el gran avance que se ha dado en los últimos años en el transporte refrigerado por barco de frutas y hortalizas, que está abaratando el transporte y sobre todo, está ofreciendo la la posibilidad de transportar volúmenes más pequeños, con lo que se presentan oportunidades de exportación para países no tradicionales en el comercio hortofrutícola internacional.
Por otra parte, no debemos olvidar un aspecto logístico de una enorme importancia y es que la fuerte competencia entre los puertos europeos de entrada de fruta y, en menor medida de hortalizas (los de Bélgica, Holanda y Alemania), ha traído como consecunecia una especialización en el tipo de fruta que importan con una logística propia en cada puerto. Así, Amberes y Hamburgo controlan la importación de plátano habiendo creado una gran infraestructura de cámaras de maduración de esta fruta. Rotterdam, por el contrario, importa fruta de contraestación. Otro aspecto a tener en cuenta son las facilidades de intercambiadores modales para el transporte que permiten, por ejemplo, que del puerto de Rotterdam salgan trenes con productos hortofrutícolas a París, o al mercado ruso, así como cargas mixtas de flores y productos hortofrutícolas, desde Amsterdam y por avión, a destinos tan lejanos como los mercados norteamericano y japonés.
El sector hortofrutícola español ha de asumir que debe reducir sus costes logísticos, en los que está en desventaja respecto a los mercados belgas y holandeses que, gracias a las facilidades de los puertos de Amberes y Rotterdam, han desarrollado una logística que les permite ofrecer una gama de productos hortofrutícolas de muy buena calidad y en un corto espacio de tiempo, dada su proximidad a los grandes centros de consumo europeos.