Un estudio de mercado del vino en Luxemburgo muestra que el sector es cada vez más abierto y competitivo
Luxemburgo, a pesar de su reducida dimensión territorial de 2.586 km2, es el país de mayor renta y consumo per cápita de Europa, ya que su renta es más de dos veces y media el promedio de la Unión Europea. Un aspecto relevante a destacar sobre este país y que explica en gran medida su alta renta per cápita es el gran número de trabajadores extranjeros que están empleados y que, por tanto, contribuyen al PIB del país pero que, sin embargo, no aparecen como población residente.
Este flujo de trabajadores y consumidores transfronterizos en las dos direcciones, que aproximadamente se cifra en unos 200.000 trabajadores, representa el 42% del empleo total del país. Dichos flujos se producen dentro de la denominada ‘Gran Región’ que abarca Luxemburgo, teniendo una población de 11,4 millones de habitantes y que a la vez, es el territorio relevante a la hora de entender cualquier mercado en esta región.
Con una población de 553.500 habitantes en el pasado 2015, el mercado Luxemburgués se caracteriza por tener una población heterogénea con un poder adquisitivo de entre los más altos del mundo, cosmopolita y abierta, con alrededor de un 43% de trabajaos extranjeros, cerca de 10.000 funcionarios de las instituciones europeas, y un flujo importante de trabajadores fronterizos y turistas, provenientes de los tres países limítrofes, la región Lorena francesa, las regiones Renaina Palatinado y la región de Valona en Bélgica.
Luxemburgo muestra el mayor nivel de consumo per cápita de la Unión Europea, con un 41% por encima del promedio, siendo este indicador de consumo más cercano a la capacidad adquisitiva y al gasto real de los hogares que el producto per cápita, ya que el consumo de los trabajadores transfronterizos se registra en la contabilidad de su país de residencia. Como conclusión, se puede decir que el consumo en Luxemburgo corresponde a una población muy superior al de los residentes, ya que además del consumo de los trabajadores transfronterizos se une el de consumidores de la Gran Región que entran en el país para hacer determinadas compras. Como tal, se estima que su consumo de vino alcanzó en 2014 casi 31 millones de litros, alcanzando una media de 56,4 litros por habitante, una de las cuotas más altas del mundo, y durante la temporada 2013-2014 se produjeron en Luxemburgo algo más de 12 millones de litros de vino, en una extension de aproximadamente 1.246 hectáreas de terreno.
Francia fue el primer proveedor de vino en 2014 en valor, con una cuota de mercado de 51,92%, y también en volumen con el 33,17%. En 2014, el país importó 4,5 millones de litros de vino francés por un valor de 30,3 millones de euros, un incremento del 4,6% entre 2013 y 2014. La mayoría de estos vinos franceses importados son de alta calidad que se venden a precios elevados, y por otra parte, el país también sirve como plataforma para las reexportaciones. Esto entraña una configuración particular de las redes de importación y distribución, especialmente competitiva.
Sin embargo, España se sitúa como quinto exportado en lo que respecta a vino tranquilo, con 400 mil litros a un precio medio de exportación de 5,7 euros el litro y vino espumoso con 200 mil litros a un precio medio de 3,7 euros el litro, y el sexto puesto en exportación de vino a granel con 350.000 litros a un precio medio de 0,43 €/l.
Un factor relevante en el mercado luxemburgués es el importante flujo de vinos entre Bélgica y Luxemburgo, en ambas direcciones que responde a la existencia del uso de ambos países como plataformas de reexportación del uno hacia el otro. A la vista de las estadísticas es muy posible que una parte del vino español distribuido en Luxemburgo se importe a través de los países de su entorno, siendo el resto importado directamente desde España a Luxemburgo.
