Padres felices y madres irritables en el trabajo
Paula Llull20/02/2015
Parece ser que sí, o al menos, cuando hay hijos de por medio. Según un estudio de la Academy of Management Perspectives, cuanto más tiempo pasan las madres trabajadoras con sus hijos, más irritables se sienten durante su jornada laboral. Contrariamente, bajo estos mismos parámetros, los hombres se sienten más felices y satisfechos laboralmente.
Según Forbes, dicho estudio pretende hacer una llamada de atención a aquellas empresas que todavía creen en la errónea premisa del crecimiento paralelo de las horas y la productividad.
Citando a la famosa publicación, este estudio pretende alertar a los empresarios de la necesidad de dar flexibilidad a sus empleados masculinos ya que esta irá directamente ligada a la productividad.

Maternidad. Imagen de Flickr
Una de las autoras del estudio refuerza dicha teoría, instando a las compañías a reconocer y apoyar a los padres a través de la conciliación y la flexibilidad.
Medida obviamente indiscutible, aunque no llega al fondo del asunto.
En respuesta a la diferencias de comportamiento en función del sexo, el estudio sugiere que los hombres "no parecen experimentar amenaza alguna de sus identidades laborales, al contrario de lo que sucede con las mujeres". ¿No será que las mujeres se sienten más amenazadas en su lugar de trabajo cuanto más tiempo pasan fuera?
El estudio se basa en un cúmulo de datos que muestran que para los hombres, la paternidad y el crecimiento de su carrera no entran en conflicto, cosa que sí ocurre cuando eres mujer. Es lo que se llama “motherhood penalty”, la penalización de la maternidad.
Michelle Budig, profesora de sociología en la Universidad de Massachusets, ha estudiado las diferencias en la remuneración de la paternidad. Según dicho trabajo, los hombres que perciben ingresos altos recibirán una bonificación cuando sean padres, con un aumento de sueldo.
Suponemos que para suplir con una buena PlayStation las horas que él no está en casa. En cambio, las mujeres de ingresos bajos sufren un descenso de estos cuando son madres. De media, un 7% por cada niño. El estudio explica también que las mujeres necesitan reducir su jornada o buscar empleos menos exigentes o peor pagados cuando son madres para ganar tiempo familiar. Los hombres, por el contrario, están más motivados con su trabajo, y eso se refleja en un aumento de sueldo de hasta el 6%.
Parece ser que la felicidad de los padres y la irritabilidad de las madres en el trabajo no es cosa de genética, sino de comportamientos adquiridos y de una larga lacra de historia machista de la que aún no nos hemos librado.
Según Forbes, dicho estudio pretende hacer una llamada de atención a aquellas empresas que todavía creen en la errónea premisa del crecimiento paralelo de las horas y la productividad.
Citando a la famosa publicación, este estudio pretende alertar a los empresarios de la necesidad de dar flexibilidad a sus empleados masculinos ya que esta irá directamente ligada a la productividad.

Maternidad. Imagen de Flickr
Una de las autoras del estudio refuerza dicha teoría, instando a las compañías a reconocer y apoyar a los padres a través de la conciliación y la flexibilidad.
Medida obviamente indiscutible, aunque no llega al fondo del asunto.
Motherhood penalty
En respuesta a la diferencias de comportamiento en función del sexo, el estudio sugiere que los hombres "no parecen experimentar amenaza alguna de sus identidades laborales, al contrario de lo que sucede con las mujeres". ¿No será que las mujeres se sienten más amenazadas en su lugar de trabajo cuanto más tiempo pasan fuera?
El estudio se basa en un cúmulo de datos que muestran que para los hombres, la paternidad y el crecimiento de su carrera no entran en conflicto, cosa que sí ocurre cuando eres mujer. Es lo que se llama “motherhood penalty”, la penalización de la maternidad.
Otros estudios que refuerzan la Motherhood Penalty
Michelle Budig, profesora de sociología en la Universidad de Massachusets, ha estudiado las diferencias en la remuneración de la paternidad. Según dicho trabajo, los hombres que perciben ingresos altos recibirán una bonificación cuando sean padres, con un aumento de sueldo.
Suponemos que para suplir con una buena PlayStation las horas que él no está en casa. En cambio, las mujeres de ingresos bajos sufren un descenso de estos cuando son madres. De media, un 7% por cada niño. El estudio explica también que las mujeres necesitan reducir su jornada o buscar empleos menos exigentes o peor pagados cuando son madres para ganar tiempo familiar. Los hombres, por el contrario, están más motivados con su trabajo, y eso se refleja en un aumento de sueldo de hasta el 6%.
Parece ser que la felicidad de los padres y la irritabilidad de las madres en el trabajo no es cosa de genética, sino de comportamientos adquiridos y de una larga lacra de historia machista de la que aún no nos hemos librado.