La madera regresa a la cocina
El uso de la madera en la cocina ha estado sometido en el pasado a un cierto descrédito, por su porosidad y su potencial tendencia a acumular bacterias y suciedad difícil de eliminar. La aparición de algunas normativas que prohibían este material en los establecimientos de hostelería hizo que se relegara a un segundo plano. Sin embargo, algunos fabricantes vuelven a apostar por la madera, revalorizándola y aplicándole tratamientos para hacerla más idónea en el medio culinario.
La madera está regresando a la cocina sobre todo por su indudable y versátil atractivo. Numerosas son las novedades del sector que incorporan detalles en este material, sobre todo en los mangos. Lo encontramos en nuevas series de sartenes o en colecciones de utensilios, a las que aporta una conexión con la cocina tradicional y, al mismo tiempo, modernidad contemporánea. Muchos fabricantes integran madera en los mangos de utensilios, como batidores, espátulas o espumaderas, que rematan con partes en silicona o metal. De manera más tímida, regresan los accesorios enteramente fabricados en madera, antes desechados por su porosidad y ahora recuperados por su uso respetuoso con los antiadherentes.
En la sartén Market de Bra, el mango desmontable es haya natural tratada, fumigada, ignífuga y de gran duración, con pintura de retraso de la llama y tratamiento transparente para una mejor conservación. Ostenta el certificado Madera Controlada de FSC, presente igualmente en las cafeteras italianas Bra de la misma serie Market, cuyo mango de madera aporta una estética moderna, práctica y atemporal. Para sus sartenes de hierro mineral, De Buyer (en la imagen) ha buscado la intervención de la empresa Marlux, especialista en la fabricación de utensilios de madera y molinillos, siempre usando material con certificado de bosques sostenibles PEFC. En este caso, el mango sirve como aislante del calor, protegiendo las manos tras un uso prolongado de la sartén sobre el fuego.
Pero la madera es un material vencedor en muchos otros productos del sector del menaje. En el campo de los jamoneros, uno de los artículos estrella de las Navidades, este material domina las ventas a particulares, mientras que su alternativa, el acero inoxidable, es más utilizado en el ámbito profesional. Marcas como Saigo, San Ignacio, 3 Claveles o Masterpro apuestan claramente por la madera en sus jamoneros.
En las tablas de cortar, es también el material dominante, aunque compite con la pizarra, las resinas, los plásticos y el vidrio. En este segmento de mercado, el bambú se posiciona como la alternativa más de moda: es resistente, duradero, ligero, ecológico y su relación calidad-precio es imbatible. El bambú (que es una caña y no un árbol) tiene una gran densidad que le confiere dureza y menor porosidad que a la madera. Las fibras de gran elasticidad recorren paralelamente la caña, con una resistencia superior a la tracción y a la humedad. Además, para los consumidores preocupados por la salud del planeta, es un vegetal rápidamente renovable, de un balance ecológico muy elevado. Por todas estas características, de madera de bambú se fabrican no solamente tablas de cortar sino ensaladeras, cucharas y espátulas, bandejas, vaporeras…
La madera es también uno de los materiales predominantes en los mangos de cuchillería, aunque su uso en el sector profesional ha decaído por la aplicación de estrictas normativas. Esta industria usa todo tipo de variedades, incluso exóticas, siempre a partir de una premisa esencial: la dureza. En el panorama aparecen el ébano, el roble, el abedul, el nogal, el wengé o la haya, aunque también hay las denominadas maderas estabilizadas, impregnadas de resinas que las endurecen y sellan completamente sus poros, aumentando la resistencia y consiguiendo que el material sea completamente hidrófugo. En definitiva, esta materia prima renovable, tradicional y conectada con el planeta tiene todavía mucho que decir en los catálogos del sector.
