Rehabilitación industrializada: la auténtica palanca para afrontar la urgente renovación del parque residencial español
Al sector se le plantea una oportunidad real para industrializar un mercado emergente y necesario como es el de la rehabilitación. Según cifras oficiales, España cuenta con 27 millones de viviendas, cuya edad media de este parque ronda los 43,5 años, lo que significa que más de la mitad de los hogares fueron construidos antes de 1980, en un contexto normativo mucho menos exigente en eficiencia energética y accesibilidad.
Según los últimos estudios, 7,6 millones de viviendas presentan deficiencias graves que exigen una rehabilitación profunda. El coste estimado para ponerlas al día asciende a 376.000 millones de euros —más del 25% del PIB— y podría superar el 38% si se apostara por alcanzar calificaciones energéticas A.
Pero el reto es mayúsculo si atendemos a lo que se avecina en el futuro. Según la patronal Andimac, la asociación que representa a la distribución profesional de materiales para la edificación y rehabilitación, a partir de 2030 más de diez millones de viviendas (10.086.222) cumplirá entre 60 y 90 años en nuestro país.
Entre la necesidad y la realidad
Actualmente, en España apenas se rehabilitan 38.000 viviendas al año, muy lejos de las 350.000 anuales que serían necesarias para cumplir con los compromisos europeos de descarbonización y sostenibilidad. Este ritmo, basado mayoritariamente en obras tradicionales, resulta insuficiente para transformar el parque existente en el horizonte de 2030.
La construcción industrializada y la digitalización de procesos se posiciona como una alternativa capaz de cumplir con las exigencias actuales. La prefabricación de envolventes, cubiertas y sistemas de aislamiento permite acortar los plazos de ejecución en un 20-30%, reducir molestias a los residentes y garantizar una mayor calidad en los acabados, gracias al control de fábrica.
A esto hay que sumar la falta de mano de obra cualificada para afrontar la renovación de estos edificios y mejorar sus condiciones en términos de eficiencia energética, confort, salud y sostenibilidad.
Actualmente, existen casos de éxito en nuestro país, especialmente de renovación de edificios y viviendas mediante el uso de madera tecnológica prefabricada en fachadas y envolventes con soluciones en 2D en intervenciones de rehabilitación.
Y pese a que España se ha convertido en un importante hub tecnológico en construcción industrializada a nivel europeo, sistemas en desarrollo se focalizan todavía en obra nueva, pese a que los expertos aclaran que el mayor volumen de negocio del sector estará en la rehabilitación para cumplir con la Agenda 2030.
Sin embargo, el salto cualitativo de la rehabilitación no depende solo de la prefabricación. El uso de BIM (Building Information Modeling) y la integración de herramientas de gestión Lean permiten optimizar proyectos, coordinar agentes y reducir sobrecostes. Metodologías ya aplicadas en rehabilitaciones energéticas han demostrado que la digitalización facilita el escalado de procesos como el Scan to BIM que captura el edificio real con herramientas digitales (escáner láser, drones, fotogrametría, etc.) para convertirlo en un modelo BIM preciso que servirá de base para el diseño, la rehabilitación y, muy especialmente, la integración de sistemas prefabricados en un entorno colaborativo.
La emergencia habitacional en el centro del debate de la industrialización
El 29 de octubre de 2024, la Comunidad Valencia vivió una catástrofe sin precedentes en la era moderna. Una DANA devastadora no solo se cobró víctimas mortales, sino que también dejó sin hogar a miles de personas.
Tras el anuncio del PERTE de industrialización por parte del Gobierno de España, para inyectar 1.300 millones de euros para dar respuesta a la escasez de viviendas, mediante el impulso de soluciones industrializadas que no solo recorten los plazos de ejecución sino que garanticen una alta calidad de las viviendas actuales, bajo estándares de sostenibilidad y eficiencia energética; ahora el debate también se centra en si la industrialización puede agilizar la reconstrucción en situaciones de emergencia.
El cambio climático es una realidad y situaciones como las vividas en Valencia con la DANA o los recientes incendios en Galicia y Asturias el pasadoverano abren un debate de cómo el sector industrial debe dar respuesta a construcciones de emergencia, unido a la idea generalizada de mejorar una gestión forestal que, por ende, permitiría disponer de mayor madera para construcción. La teoría está clara… ¿cuándo se llevará a la práctica?
Sin duda, se abre una oportunidad estratégica para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, frenar así los devastadores efectos del cambio climático en entornos habitados y mejorar, especialmente, la habitabilidad de los edificios existentes.
Una cosa está clara, España no puede permitirse seguir rehabilitando con ritmos y métodos tradicionales. La industrialización y la digitalización no solo aportan rapidez y calidad, sino que también permiten atraer inversión pública y privada en un mercado que, según los cálculos actuales, moverá centenares de miles de millones de euros en las próximas décadas.
Actualización del CTE
Ventajas como facilidad de montaje, desarrollo de sistemas y soluciones de última generación, modularidad y fácil instalación, reducción de residuos en fábrica, nuevas competencias profesionales… entronca con el Código Técnico que debe revisarse y dar entrada a sistemas modernos de construcción que se basan en la tecnología y en la investigación de materiales, como la madera, con baja huella de carbono, pero también mejoran la salud de quienes habitan estos edificios.
De hecho, si algo quedó claro entre la opinión pública tras la pandemia por la covid es que las viviendas han quedado obsoletas. Disponer de balcones y terrazas ahora es posible por métodos industrializados. Sirva de ejemplo la espectacular rehabilitación de la Premio Pritzker Anne Lacaton en Burdeos en 2016, donde logró añadir jardines de invierno a edificios de protección oficial, para mejorar la ventilación e iluminación de las viviendas.
Detalle del espacio añadido a las unidades habitaciones en Burdeos, liderado por Lacaton, en 2016 por métodos modernos de construcción.
Pero, ¿qué sucede con los edificios patrimoniales? La industrialización adopta, en muchos casos, procesos vernaculares en una planta de producción. El uso de materiales más sostenibles es uno de los ejes de un sector que se encuentra en pleno proceso de adaptación y crecimiento para adaptarse a los nuevos usos y necesidades de la sociedad actual.
No se construye al ritmo de la demanda, pero sí se puede acondicionar el parque edificado existente a una nueva forma de vivir y habitar las viviendas, donde la sostenibilidad y la salud cobran gran protagonismo en el sector.
Así, las soluciones industrializadas para la rehabilitación de edificios incluyen la fachada ventilada, los paneles sándwich, las estructuras de madera o metálicas y el uso de materiales prefabricados. Estas técnicas aportan ventajas como la reducción de plazos de obra (hasta 30-50%), la mejora de la eficiencia energética y la calidad de los edificios, la disminución de residuos, y la mitigación del impacto ambiental. También permiten añadir o mejorar componentes como balcones, y se utilizan para sistemas de aislamiento, sellados o la instalación de cubiertas verdes para crear entornos más habitables.























