La movilidad accesible, una asignatura pendiente
La accesibilidad se ha consolidado como un elemento estructural para garantizar la autonomía, la convivencia y la calidad de vida en las ciudades españolas. Esta es una de las principales conclusiones del informe ‘Retos y oportunidades de la movilidad accesible en España’, elaborado por TK Elevator, “el primer estudio de alcance nacional dedicado íntegramente a analizar cómo las barreras arquitectónicas condicionan el día a día de la ciudadanía, el valor inmobiliario y la competitividad urbana”, según explican desde la compañía.
Los equipos de movilidad desempeñan un papel fundamental en la accesibilidad urbana.
La accesibilidad es ampliamente percibida como un factor esencial: el 88% de la población considera que debe garantizarse en todos los edificios. Además, el 82,1% valora positivamente la inversión municipal en infraestructuras accesibles, y un 80,9% cree que los permisos de obra deberían agilizarse. También existe un notable respaldo a medidas más exigentes: el 73,5% apoyaría limitar la oposición vecinal que bloquea actuaciones y el 70,9% defiende hacer obligatoria la instalación de estos sistemas.
Pese a este consenso, la información no fluye al mismo ritmo. Solo 4 de cada 10 ciudadanos saben que existe una ley de accesibilidad, y apenas el 18,5% conoce la existencia de ayudas públicas para financiar mejoras; entre quienes actuaron, únicamente el 9,4% accedió a estas subvenciones. Estas cifras muestran una brecha que frena la modernización de edificios y la reducción de barreras arquitectónicas.
El desconocimiento también alcanza a la normativa técnica: solo el 48% de la población sabe con qué frecuencia deben revisarse los ascensores y solo el 44,2% conoce que dichas revisiones están reguladas por ley.
La accesibilidad condiciona la vida cotidiana en España
Los datos del informe evidencian el impacto directo de la falta de accesibilidad en las rutinas diarias. El 54,4% de la población ha modificado rutas habituales, y el 44% ha evitado zonas de la ciudad por dificultades de acceso. La situación afecta también al consumo: el 43% evita realizar compras en lugares poco accesibles y el 35,8% ha dejado de visitar comercios por este motivo.
El impacto se extiende también al ámbito personal: un 30% de los encuestados ha dejado de visitar a familiares o amigos por las barreras arquitectónicas de sus edificios, y una de cada cuatro personas sentiría vergüenza de pedir ayuda si no pudiera desplazarse por sí misma.
Tradicionalmente, la accesibilidad se ha percibido como un desafío que afecta únicamente a ciertos colectivos, como las personas mayores o con movilidad reducida. Sin embargo, el informe revela que también un alto porcentaje de adultos jóvenes identifica los espacios poco accesibles como un obstáculo. El 38% de quienes tienen entre 35 y 49 años detecta barreras de movilidad en los edificios que frecuenta, y el 36% de los jóvenes de entre 18 y 34 años comparte esta percepción. Cumplir con este criterio se convierte, por tanto, en una demanda creciente entre quienes se encuentran en su etapa vital más activa, cuyas rutinas —empujar un carrito, subir una bicicleta o transportar una maleta— también requieren entornos adaptados a su ritmo de vida.
La falta de ascensor también influye en decisiones de mudanza: la mitad de quienes viven en edificios de más de cuatro plantas sin ascensor y el 23% del total de residentes en edificios sin ascensor lo consideran un motivo suficiente para cambiar de vivienda. No es de extrañar que el 40,5% de la ciudadanía elija dónde vivir o trabajar en función de la existencia de sistemas de movilidad.
El 88% de la población defiende garantizar los espacios sin barreras arquitectónicas, pero solo 2 de cada 10 españoles (18,5%) conoce que existen ayudas públicas para llevar a cabo este tipo de obras.
La accesibilidad como inversión
La accesibilidad no solo garantiza la inclusión: también genera valor. Según el estudio, uno de cada tres encuestados percibe que contar con sistemas de movilidad incrementa el valor económico de su entorno. El efecto es aún más notable entre quienes han reformado su edificio para hacerlo más accesible: el 62% considera que estas mejoras han elevado tanto el valor de su propiedad como el del barrio.
Sin embargo, su impacto va más allá de lo económico. Entre quienes han impulsado mejoras de accesibilidad, el 46% afirma haber ganado autonomía y el 40% destaca una mejor convivencia vecinal. La accesibilidad, por tanto, no debe entenderse como un gasto, sino como una inversión que multiplica bienestar, cohesión y valor urbano.
En clave regional, el mapa revela que las tasas más altas de implementación de mejoras de accesibilidad en comunidades de vecinos se registran en País Vasco (28,7%), Madrid (28,4%), Castilla y León (25%) y Cataluña (24,2%).
Barreras persistentes: coste, patrimonio histórico y falta de información
A pesar del amplio consenso social, persisten obstáculos que dificultan el avance de la accesibilidad.
El informe señala que las zonas con patrimonio histórico o cascos antiguos presentan una complejidad particular, ya que razones técnicas, estéticas y jurídicas condicionan la posibilidad de intervenir y adaptar los edificios.
A ello se suma que en áreas económica o socialmente vulnerables la implantación de mejoras es menor, lo que amplía las diferencias territoriales.
Además, factores como el coste de las actuaciones, la escasa percepción de necesidad en algunos entornos y la falta de información continúan actuando como frenos decisivos para modernizar los edificios y eliminar barreras arquitectónicas.
En cuanto a la percepción ciudadana del sector, el estudio destaca que la seguridad, la fiabilidad y el mantenimiento son los aspectos más valorados por los usuarios, situándose claramente por encima de factores como la innovación o la sostenibilidad.
El informe revela que cerca del 40% de las personas entre 18 y 49 años percibe barreras de movilidad en su entorno, evidenciando que la falta de accesibilidad no es un problema que afecte solo a determinados colectivos.
Una llamada a la acción conjunta
Para impulsar la modernización de los edificios y continuar reduciendo las barreras arquitectónicas en las ciudades españolas, es fundamental seguir avanzando en políticas públicas activas, así como reforzar la comunicación sobre los recursos ya disponibles y los beneficios de invertir en accesibilidad. En ese sentido, la cooperación entre administraciones y sector privado es clave para impulsar un modelo de movilidad inclusiva, sostenible y centrado en las personas. “La demanda social por una movilidad accesible es clara. Instituciones, empresas y administraciones debemos trabajar de forma conjunta para ofrecer soluciones eficaces, agilidad y compromiso, derribando las barreras que impiden avanzar hacia entornos verdaderamente inclusivos”, afirma Pedro Martín, CEO de TK Elevator para la región sur de Europa y África.
“Los equipos de movilidad desempeñan un papel esencial en el funcionamiento de las ciudades y los edificios. Ascensores, escaleras mecánicas y pasillos rodantes facilitan el desplazamiento de todas las personas, eliminan barreras arquitectónicas y promueven una sociedad más inclusiva. Su integración en el entorno urbano permite que toda la ciudadanía participe plenamente en la vida social, laboral y cultural de la ciudad”, añade Martín.
Las conclusiones del informe apuntan que la cooperación entre administraciones y sector privado es clave para impulsar un modelo de movilidad inclusiva, sostenible y centrado en las personas.
DIAGNÓSTICO SOBRE MOVILIDAD ACCESIBLE EN ESPAÑA
El informe ‘Retos y oportunidades de la movilidad accesible en España’, impulsado por TK Elevator, ha sido elaborado a partir de una encuesta realizada a más de 3.400 personas y de entrevistas con especialistas de 12 entidades: Fundación ONCE, Metro de Bilbao, Metro de Madrid, Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana, Servimedia, Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, MASR Estudio de Arquitectura, Dirección General de la Edificación del Área de Gobierno de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid, Savills, Colegio de Administradores de Fincas de Madrid, Consejo de Colegios Territoriales de Administradores de Fincas de Cataluña y la Consejería de Medio Ambiente y Movilidad de la Comunidad de Madrid.
El informe ofrece una radiografía completa del impacto que las barreras arquitectónicas tienen en la vida cotidiana, la economía y la cohesión social. Su propósito es servir como punto de referencia para el debate público y la acción conjunta de ciudadanía, administraciones y empresas. “Queremos que este informe actúe como un espacio de encuentro y que la movilidad accesible se convierta en una bandera que represente igualdad de oportunidades para las personas, pero también competitividad y futuro para nuestras ciudades. Para lograrlo, es imprescindible transformar de forma definitiva la mentalidad y la visión de futuro, aplicando políticas integradoras y fomentando la inversión urbana. La accesibilidad no solo es inclusión: también es progreso y dinamismo urbano”, concluye Pedro Martín, CEO de TK Elevator para la región sur de Europa y África.
El informe completo está disponible para su descarga en este enlace: 'Retos y oportunidades de la movilidad accesible en España'
























