El sector de los ascensores en Italia
El sector de los ascensores en Italia atraviesa una etapa de expansión sostenida, marcada por el aumento del número de empresas, la consolidación de nuevas microestructuras independientes y un optimismo renovado en las previsiones de crecimiento. Así se desprende del análisis presentado durante la 54ª Asamblea Nacional de Anacam, celebrada el pasado mes de junio en Italia, donde se pusieron sobre la mesa los principales indicadores económicos, los retos tecnológicos y las nuevas dinámicas laborales que definirán el futuro inmediato del sector de la movilidad vertical.
De las 1.733 empresas censadas en 2024 en Italia, la mayoría son microempresas con entre 0 y 5 empleados.
Durante la 54ª Asamblea Nacional de Anacam, celebrada el pasado 13 de junio de 2025, la asociación nacional de empresas de construcción y mantenimiento de ascensores de Italia ofreció un exhaustivo análisis sobre el estado y las perspectivas del sector de ascensores, basándose en datos procedentes de fuentes oficiales como la Cámara de Comercio.
Según Dante Pozzoni, miembro de la junta de la asociación, el número de empresas de ascensores continúa en crecimiento: de menos de 2.000 empresas en 2023, se pasó a 2.067 en 2024. El aumento también se observa en las empresas controladas por multinacionales, con 18 unidades más respecto al año anterior, y en los productores, que suman 6 unidades adicionales. Asimismo, crecen las sociedades de capital (+50) y las sociedades independientes (+62).
El saldo neto de las empresas de servicio (sociedades de capital más sociedades de personas) mostró un incremento de 112 unidades, aunque, señaló Pozzoni, algunos operadores han salido del mercado. Para ilustrar la evolución histórica, se presentó un gráfico que reflejaba un crecimiento estable de 40-45 empresas al año en los años previos a la Covid-19 (hasta 2019). La pandemia supuso una pausa, pero a partir de 2022 se registró un repunte sostenido. En 2024 se produjo un ligero desaceleramiento, confirmado a principios de 2025; pese a ello, la tendencia general sigue siendo positiva, especialmente en microempresas y nuevos operadores autónomos.
“Algunos son subcontratistas, extrabajadores que decidieron independizarse. Probablemente aprovecharon la oportunidad en un período con alta demanda. Es un fenómeno que merece atención, porque refleja cómo está cambiando nuestro sector”, explicó Pozzoni.
Microempresas: fortaleza y desafío
De las 1.733 empresas censadas en 2024, la mayoría son microempresas con entre 0 y 5 empleados y una facturación media de aproximadamente 280.000 euros. Un dato relevante es la relación entre el tamaño de la empresa y su afiliación a Anacam: entre las más pequeñas, el 76% no está afiliado a la Asociación, mientras que la afiliación aumenta a medida que crece la dimensión empresarial y la complejidad de la gestión. Esto indica que las empresas más estructuradas perciben la necesidad de compararse, recibir apoyo y participar en una organización que las represente.
Pozzoni subrayó que la fragmentación del sector, típica del tejido empresarial italiano, constituye tanto un punto fuerte como un desafío. La flexibilidad de las pequeñas empresas es un valor, pero por sí sola no basta para afrontar el crecimiento o la innovación de manera estructurada. El futuro del sector dependerá de la capacidad de estas empresas de superar la competencia individual y construir un sistema más sólido y competitivo en red. En este contexto, Anacam desempeña un papel fundamental como espacio de encuentro, comparación y apoyo mutuo, promoviendo modelos de red eficaces, herramientas operativas concretas y nuevas formas de colaboración empresarial.
Buenas perspectivas
En cuanto a las previsiones de crecimiento, mientras que anteriormente se estimaba un aumento del 6% para 2024, los datos más recientes apuntan a un crecimiento cercano al 10%, impulsado por incentivos fiscales que han animado a los clientes a optar por intervenciones más completas en lugar de trabajos mínimos. Asimismo, los precios competitivos fomentan un enfoque orientado a la calidad. Las estimaciones para 2025, previamente demasiado pesimistas (+2%), deberán revisarse al alza.
Pozzoni destacó también la importancia de la protección de los empleados, quienes constituyen el verdadero capital de las empresas. Señaló que, mientras el crecimiento salarial medio en el sector manufacturero ha estado por debajo de la inflación, algunas empresas del sector de ascensores han logrado recuperar este desfase mediante medidas específicas. La formación y retención de personal son esenciales, ya que formar nueva mano de obra requiere años. La atracción de talento depende de condiciones salariales adecuadas, gestión de turnos y disponibilidad, formación y oportunidades de crecimiento.
Asimismo, se reflexionó sobre el papel de la tecnología y la inteligencia artificial. Mientras que las multinacionales tienden a reducir la mano de obra y promover el trabajo remoto por motivos también ambientales, el sector debe mantener estándares altos de seguridad y comunicación con el usuario final. Por ejemplo, los manuales de uso y mantenimiento no suelen explicar que un pasajero puede quedar atrapado en un ascensor no por riesgo, sino porque la máquina se pone en seguridad para protegerlo. Esta transparencia es clave para generar confianza y explicar que la seguridad implica también gestión consciente de situaciones potenciales. La comunicación clara debe reflejarse igualmente en los contratos de mantenimiento.
Otro aspecto relevante es la formación continua, especialmente en lo que respecta al carnet profesional, que debería actualizarse mediante cursos y créditos formativos. “El ascensor de hoy es muy diferente al de hace 60 años. La tecnología evoluciona y las competencias también deben hacerlo”, señaló Pozzoni.
Finalmente, el experto hizo un llamado a iniciar el censo nacional de ascensores, una operación sencilla en su planteamiento, pero de gran valor estratégico. Los organismos certificadores ya poseen los datos necesarios; únicamente haría falta una plataforma dedicada para recopilarlos de manera estructurada, invitando así a la colaboración y a dar un paso concreto hacia una gestión más moderna y consciente del sector.
























