Entrevista con Andrés J. Martínez, director de Innovación y Desarrollo de Producto en Liftel
“Estamos ante una transformación profunda. La combinación de conectividad, inteligencia artificial e interfaces adaptativas permitirá que la cabina sea un entorno más inteligente, eficiente y seguro. En muchos edificios, el ascensor ya es el elemento tecnológico más avanzado de uso común”. Andrés J. Martínez, director de Innovación y Desarrollo de Producto en Liftel, nos desgrana en esta entrevista “cómo mejorar la digitalización de la cabina no es una moda, sino una evolución natural para crear espacios más conectados, accesibles y alineados con las expectativas del usuario actual”.
Andrés J. Martínez, director de Innovación y Desarrollo de Producto en Liftel.
¿Qué tecnologías están mejorando actualmente la experiencia de uso en cabina?
La experiencia de uso en cabina ha evolucionado gracias a la incorporación de pantallas multimedia conectadas a la nube, capaces de mostrar información dinámica, útil y contextualizada. A esto se suman asistentes de voz, sensores de presencia y aplicaciones móviles. Todo ello está transformando la cabina en un espacio más intuitivo, accesible y conectado.
¿Qué papel está jugando la conectividad móvil en la personalización de la experiencia?
La conectividad móvil ha permitido que cualquier ascensor pueda disponer de acceso a internet de forma sencilla y a un coste reducido. Esto ha abierto la puerta a múltiples mejoras: por un lado, permite a las empresas de mantenimiento recibir alertas en tiempo real ante cualquier incidencia; por otro, hace posible adaptar la experiencia del usuario mediante contenidos dinámicos, información en el idioma adecuado o elementos visuales ajustados a la hora, el lugar o el tipo de edificio.
¿Cuáles son los desafíos técnicos y de seguridad al introducir sistemas interactivos o conectados en entornos tan específicos como una cabina de ascensor?
Introducir tecnologías digitales en una cabina supone afrontar varios retos. Por un lado, están las limitaciones físicas, como el espacio reducido o la cobertura móvil, que no siempre es estable. Por otro, hay que garantizar que los nuevos sistemas no interfieran con los equipos del ascensor ni se vean afectados por ellos, manteniendo siempre la compatibilidad y la fiabilidad del conjunto. Además, la seguridad digital es clave: cifrado de datos, control de accesos y protección contra posibles ciberataques. Todo debe estar pensado para garantizar una experiencia fluida, sin comprometer la seguridad del pasajero ni la operativa del ascensor.
¿Qué avances concretos se han introducido para mejorar la accesibilidad digital de personas con discapacidad?
Se han incorporado soluciones que combinan tecnología y diseño inclusivo. Entre las más efectivas destacan el control por voz, las interfaces adaptadas y los contrastes visuales elevados. El objetivo es que cualquier persona, independientemente de sus capacidades, pueda interactuar con el sistema de forma autónoma y segura.
¿Cómo están respondiendo las empresas del sector ante esta demanda creciente de 'experiencia digital' también en ascensores?
Las empresas más innovadoras están integrando la digitalización como parte esencial de su propuesta de valor. Ya no se trata solo de modernizar elementos puntuales, sino de rediseñar el ascensor como una plataforma tecnológica conectada. Estamos viendo un esfuerzo conjunto entre fabricantes, instaladores y proveedores tecnológicos para ofrecer soluciones completas, sostenibles y escalables, que respondan a las nuevas demandas del mercado.
¿Qué tipo de contenidos digitales pueden aportar valor real al pasajero?
El contenido debe ser útil, relevante y discreto. Información del edificio, avisos del administrador, estado del mantenimiento o datos locales como el tiempo o el transporte público, son ejemplos que aportan valor sin saturar. También puede haber espacio para contenidos ligeros como noticias breves, siempre que el diseño visual esté cuidado y se respete el equilibrio entre funcionalidad y experiencia.
























