La instalación de sensores IoT permite registrar en tiempo real la temperatura y humedad en distintas zonas del almacén
Cómo mantener la cadena de frío desde el almacén: claves técnicas para una eficiencia real
Alejandro Carretero, director de Tecnología en V10
04/09/2025La cadena de frío es tan fuerte como su eslabón más débil. Y con frecuencia, ese es el almacén. En sectores como el farmacéutico, alimentario o cosmético, donde unos pocos grados pueden marcar la diferencia entre un producto viable o uno comprometido, garantizar el mantenimiento térmico comienza mucho antes del transporte.
Mantener la cadena de frío no se limita a disponer de una cámara refrigerada. Implica integrar una serie de soluciones tecnológicas y operativas que aseguren un entorno controlado desde la recepción hasta la expedición. La automatización del almacén es, en este sentido, más que un recurso de eficiencia: es una herramienta de control y precisión.
Sensórica e IoT: visibilidad en tiempo real
La instalación de sensores IoT permite registrar en tiempo real la temperatura y humedad en distintas zonas del almacén, generando alertas ante desviaciones. Estos dispositivos, integrados con plataformas de gestión (como WMS), no solo registran datos: permiten actuar, automatizar decisiones y prevenir fallos antes de que ocurran. Por ejemplo, al detectar un umbral fuera de rango, puede detenerse automáticamente una operación o redirigir el flujo hacia una zona estable.
Automatización y control en la manipulación
El uso de sistemas de almacenamiento y recuperación automáticos (AS/RS), junto con tecnologías de picking por voz o luz, reduce la manipulación manual, y con ello, el riesgo térmico asociado. Estos sistemas garantizan que el producto pase el menor tiempo posible fuera de zonas refrigeradas y minimizan el error humano, especialmente crítico cuando se trabaja con mercancías con requerimientos térmicos estrictos.
Integración entre plataformas: visión y reacción
La cadena de frío no se gestiona en compartimentos estancos. La integración del SGA con otras plataformas clave, como los sistemas de gestión del transporte (TMS) y los sistemas de planificación de recursos empresariales (ERP), permite construir una red digital interconectada que facilita la toma de decisiones operativas con base en datos actualizados en tiempo real.
Esta conectividad posibilita, por ejemplo, sincronizar la preparación de pedidos con la ventana de carga del transporte, evitando la acumulación de productos en zonas de expedición y minimizando el tiempo que los artículos refrigerados permanecen fuera de sus entornos controlados. Asimismo, permite ajustar el ritmo de las operaciones intralogísticas según la disponibilidad de transporte, condiciones climáticas previstas o restricciones en destino, entre otros factores.
Además, al centralizar la información de trazabilidad, inventario, planificación y entrega, se reducen los silos de información, se mejora la capacidad de anticipación ante incidencias y se favorece una respuesta ágil frente a cambios en la demanda o en la normativa. En última instancia, esta interoperabilidad refuerza la seguridad de la cadena de frío, reduce errores por descoordinación y optimiza la eficiencia global del sistema logístico.
Protocolos de trabajo y formación
Las herramientas no bastan sin procesos bien definidos. Procedimientos estandarizados de trabajo, como rutas de picking específicas, tiempos máximos de exposición o controles cruzados, deben acompañar a la tecnología. Asimismo, el personal debe estar formado para comprender no solo cómo operar con sistemas automatizados, sino por qué cada paso cuenta para proteger la integridad del producto.
Por tanto, mantener la cadena de frío en el almacén es un reto técnico que exige más que buenas intenciones. Requiere infraestructura adecuada, automatización inteligente, sistemas conectados y personas formadas. En logística de temperatura controlada, no basta con saber que es importante; hay que saber cómo garantizarlo, proceso a proceso, grado a grado.