La intervención frenó los problemas estructurales existentes y evitó su expansión a largo plazo

Las escuelas son edificios singulares, ya que se trata de espacios clave para la formación y el bienestar de niños y jóvenes. Sin embargo, en muchos centros educativos antiguos o construidos sobre suelos problemáticos, aparecen con el tiempo daños estructurales derivados de asentamientos diferenciales. Este fenómeno ocurre cuando el terreno bajo los cimientos no se comporta de manera uniforme, provocando que una parte del edificio descienda más que otra, lo que genera grietas, fisuras y desniveles.

En muchos centros educativos antiguos o construidos sobre suelos problemáticos, aparecen con el tiempo daños estructurales derivados de asentamientos diferenciales.

GeoNovatek resolvió con éxito recientemente una situación similar a la anteriormente descrita, ya que intervino en una escuela de Benissa (Alicante) para solventar unos problemas estructurales derivados de un asentamiento diferencial producido en el ala este del edificio. En dicho emplazamiento habían aparecido con el tiempo fisuras y grietas en los cerramientos de fachada y tabiquería, así como la fisuración y desprendimiento del hormigón en algunos elementos estructurales de la planta semisótano, correspondiente a la zona destinada al aparcamiento.

Cabe destacar que en ese lugar ya se hincaron 63 micropilotes MP/60 en su momento, por lo que el siguiente paso era ejecutar la parte que quedó sin recalzar, con el fin de solucionar de manera definitiva los problemas de asentamiento diferencial. Asimismo, la cimentación está formada por zapata aislada y zapata corrida de hormigón armado con piedra, (verificar ese dato. Normalmente si hay piedra en el hormigón, no suele es armado sino en masa), mientras que el suelo está compuesto por arcillas.

Dadas las circunstancias, GeoNovatek llevó a cabo la nueva intervención mediante la hinca de 35 micropilotes MP/60. Dicha actuación se realizó con el fin de transferir parte de la carga a estratos más profundos y resistentes.

La intervención comienza con la realización de una serie de perforaciones de 64 mm de diámetro, que atraviesan verticalmente la zapata. Al alcanzar el terreno de apoyo de la cimentación, la perforación se interrumpe.

A continuación, en estas perforaciones se introducen los anteriormente citados micropilotes MP/60 por presión continua, evitando las excavaciones, empleando como contrapeso, la propia estructura, mediante punto de enganche para el pistón hidráulico con adecuados pernos de anclaje. Los elementos que configuran el micropilote se introducen uno tras otro, uniéndolos entre sí con un manguito roscado macizo.

Teniendo en cuenta las reducidas dimensiones de los micropilotes, las perforaciones no debilitan la cimentación y no necesitan que se aumenten las dimensiones de esta para aumentar su rigidez estructural.

El pistón hidráulico va acompañado de un manómetro, con el que se puede leer la presión necesaria para el hincado de los micropilotes de acero en el terreno, permitiendo comprobar la capacidad de los micropilotes uno por uno.

Cuando el micropilote encuentra una formación que le permita resistir la fuerza de hincado previamente especificada (máximo 25.000 kg), el pistón se desengancha y el micropilote se ancla a la cimentación a través de un mortero especial de anclaje.

Cabe señalar que, teniendo en cuenta las reducidas dimensiones de los micropilotes, las perforaciones no debilitan la cimentación y no necesitan que se aumenten las dimensiones de esta para aumentar su rigidez estructural. Gracias a ello, no es necesario realizar excavaciones, por lo que se pueden utilizar máquinas de pequeñas dimensiones.