Estudiar ingeniería en la universidad y en la empresa, una oportunidad para el talento joven

Aunque la formación dual universitaria es una realidad desde el Real Decreto 822/2021, el nuevo itinerario académico que permite hasta 1.200 horas de prácticas en la empresa todavía genera dudas y debates en el ámbito laboral. Para tratar de responder a estas cuestiones, la Escola Universitària Salesiana de Sarrià (EUSS) celebró el pasado 24 de octubre una mesa redonda con empresas del sector de la ingeniería industria de la automoción, coincidiendo con el Automotive Talent Show, el evento que reúne alumnado y empresas del sector y que lleva organizando desde hace cinco años el Clúster de la Indústria d’Automoció de Catalunya – CIAC.

La mesa de debate convocada por la EUUS en el Circuit de Catalunya durante el ATS 2025 del CIAC, reafirmó la importancia de conectar universidad y empresa para impulsar el talento joven. La formación dual ya no es exclusiva de los ciclos formativos y un ejemplo de esta nueva realidad es la colaboración de la EUSS y Viserveis. Desde este curso, alumnado de la universidad finaliza sus estudios con la 'Mención Dual' en esta empresa que provee servicios de reparación de vehículos industriales de nuevas tecnologías.

Carme Seriol, Quality & Manager de Viserveis, explicó que necesitaban talento joven para complementar la experiencia de la empresa: “Siempre hemos apostado por la formación en doble dirección”. La experiencia ampliando las prácticas habituales a una formación dual, para Viserveis, es muy positiva porque permite que el alumnado sienta que “se trata de un proyecto del cual ellos forman parte y son imprescindibles”. Para la universidad, la formación dual implica también una nueva responsabilidad. “Pedimos a las empresas que se impliquen en la formación de los futuros ingenieros e ingenieras”, ha dicho Ignasi Florensa, director de la EUSS. Una demanda que, evidentemente, va acompañada de un seguimiento por parte de la universidad con un área dedicada exclusivamente a ello. Para la universidad esta posibilidad es “una oportunidad para consolidar el espíritu aplicado de la ingeniería que enseñamos en nuestras aulas y laboratorios”.

Sobre los retos que conlleva la dual universitaria, Jorge Villaescusa, Group HR Coordinator de Zanini, admitió que, aunque el ADN de la empresa se base en la incorporación de talento joven, la colaboración con universidades para la formación dual abre muchas dudas y preguntas. Desde la empresa de diseño y fabricación de componentes de plástico para el automóvil han cuestionado la claridad del marco legal, o los incentivos a la contratación de esta modalidad.

Desde DOGA, distribuidora de componentes de vehículos, también hicieron referencia a la diferencia de ritmos de las instituciones académicas y los proyectos industriales. Con todo, Alberto Jimenez, como Talent Specialist, subrayó la idea de que la dual “no es solo una fórmula académica”. “Es una herramienta estratégica de desarrollo de futuro, que conecta universidad, empresa y talento joven de una manera muy natural”, concluyó.

La Escola Universitària Salesiana de Sarrià ha puesto en marcha el programa ‘Engineering by doing’, una propuesta formativa que se estructura desde la perspectiva del desarrollo de las competencias profesionales del alumnado. Este programa es el resultado de un proyecto basado en una consulta al entorno socioeconómico (empresariado, representantes del ámbito universitario y agentes sociales).

Entrevista a Ignasi Florensa, director de la EUSS, nos cuenta más sobre este proyecto y su relación con el CIAC y el Automotive Talent Show

¿Cuándo comienza la relación de EUSS con el Clúster de la Automoción y este evento? ¿Y cómo ha evolucionado tanto desde el punto de vista de las empresas como de los alumnos?

Ignasi Florensa: Nosotros hemos participado desde la primera edición. No como patrocinadores, eso es una cosa nueva de este año. Pero sí que hemos venido con alumnos a presentar el coche de Fórmula Student. Es decir, hemos estado involucrados y tenemos una relación fluida con el clúster porque creemos que tenemos un encargo complicado, que es formar personas que han de dar respuesta a las necesidades de la industria. Y eso es un reto importante. Y también asumimos las quejas de la industria, que a menudo dicen que la formación no se adecua a lo que necesita hoy en día, lo que nos motiva a participar en estos eventos, para entender qué busca la industria. Por poner un ejemplo, este año participamos más de 10 profesores y personas de comunicación a fin de captar qué necesidades tiene la industria y cómo modular la formación para adaptarla a los perfiles que requieren.

¿Cuál es el perfil que piden ahora, ha evolucionado desde muy enfocado a la mecánica a uno más de tipo digital?

IF: Yo diría que la mecánica sigue estando en el vehículo, aunque quizá de manera no tan central. Pero sí es cierto que todo aquello relacionado con datos, digitalización o electrónica alrededor del vehículo está creciendo de manera muy importante. El vehículo ya es un vehículo conectado, pero no solo conectado, es decir, la experiencia de usuario a nivel de pantallas interactivas, conectividad, es muy importante y, por lo tanto, el grado de automoción que impartimos en EUSS ya tiene más asignaturas sobre electrónica o el control de motores eléctricos que de la mecánica más clásica. Que sigue estando en el programa, pero con menos peso.

Si el paso del motor de combustión al eléctrico supone un reto para el fabricante de piezas y componentes… ¿Sucede algo parecido a la hora de plantear la formación de futuros profesionales?

IF: Claro, además son dos mundos muy diferentes y contar con un equipo de MotorSport en la propia escuela nos ha ayudado mucho a entenderlo, porque ellos también han hecho la transición de un monoplaza de combustión a uno eléctrico. Son tecnologías diferentes que demandan competencias diferentes, pero no hay que olvidar que aún se fabrican muchos vehículos de combustión así que debemos enseñar las dos competencias en los mismos cuatro años de formación. Ese es un reto que intentamos asumir y en el cual hemos invertido mucho. Por ejemplo, tenemos un laboratorio exclusivo de electrónica de la automoción, dedicado al control de comunicaciones, pero también al control de potencia y, por lo tanto, a la gestión de motores eléctricos.

¿Y cómo valora la ratio de inserción laboral de estos estudios? El sector de la automoción dice que faltan profesionales y hay mucha demanda…

IF: Sí, sí, cierto. Nosotros hacemos cada año una encuesta propia de inserción laboral a los alumnos que acabaron hace cuatro años. Les preguntamos si están trabajando, en qué condiciones… y los resultados siempre han estado por encima del 90% y últimamente incluso del orden del 97-100% de inserción laboral con unos niveles salariales bestiales, si se me permite la expresión. Y también así nos lo transmiten las empresas, que están desesperadas y vienen a pedirnos personal para incorporar.

¿Cuál sería el perfil de este tipo de empresa? ¿Fabricantes de vehículos, proveedores de primer nivel, subcontratistas…?

IF: Son empresas que trabajan a todos los niveles. SEAT es una de ellas, pero también nos encontramos con empresas tier 1, tier 2 y tier 3, y por lo tanto abarcan toda la cadena de producción y de valor de un vehículo. Encontramos desde empresas de matricería que ofrecen, si lo queremos llamar así, producción más clásica pero igual de necesaria, hasta empresas del sector de la inyección del plástico, o algunas ensambladoras de nivel más superior. Y, de hecho, creo que con la mayoría de las que exponen durante el Automotive Talent Show.

Durante años el mundo de la formación y el mundo empresa parecían seguir circuitos paralelos e incluso divergentes… ¿Esto ha evolucionado? En su caso, por ejemplo, la EUSS busca conocer qué necesitan las empresas…

IF: Sí, estoy muy de acuerdo con eso. De hecho, yo creo que una cosa que tenemos Salesianos es que nosotros nos inspiramos mucho en el modelo de ingeniería aplicada que está vigente en toda Europa. Es decir, en Alemania te puedes formar como ingeniero en dos tipos de instituciones, una más académica otra más de ciencias aplicadas. Y nosotros tenemos vocación de esta última. Coloquialmente, decimos que nos gusta formar ingenieros que se ensucien las manos, ingenieros que hayan tocado mucha máquina. Ello nos obliga a reducir los grupos a 30 alumnos, por ejemplo, de modo que, en los laboratorios de 15 espacios de trabajo, la ratio es de dos alumnos por máquina. El objetivo es que las toquen y las entiendan. Creemos que este perfil aplicado de la ingeniería se asocia a una demanda no cubierta a nivel de mercado laboral. Y en esta misma línea hemos abierto este año la formación dual en ingeniería, o sea, la dual universitaria bajo el título ‘Engineering by doing’.

Queda clara la parte formativa… pero ¿y la de empresa? ¿Cuesta encontrar empresas que quieran dedicar horas para formar?

IF: Muy buena pregunta. Hemos trabajado y hablado con muchas empresas y al final encontramos algunos partners con los que nos entendemos muy bien. Sin embargo, aunque las empresas están muy necesitadas de talento y así lo sienten en sus departamentos de personas, de recursos humanos, cuesta mucho que se impliquen a nivel de dirección técnica o de técnicos. A nosotros nos encantaría que los proyectos de tercer curso que hacen en las asignaturas, donde diseñan piezas, no fueran con piezas que nosotros proponemos como docentes, sino que las empresas nos propusieran, por ejemplo, optimizar o mejorar una pieza que ellos ya fabrican. Pero para hacer esto, deben ser capaces de liberar, una vez al mes, unas horas, a un técnico. En este sentido aún estamos lejos de lo que pasa en Europa.

¿Cuánto tiempo lleva la EUSS formando en automoción?

IF: La formación dual es la novedad de este año para la parte universitaria. En cuanto a la formación profesional hace más años, es un tema ya muy maduro. Una experiencia que nos llevó a aprovechar la oportunidad que abrió un Real Decreto de 2021. Tan buen punto salió, modificamos las memorias de nuestros grados para incorporarlo y aquí estamos, ofreciéndolo de manera pionera. Además, en los cinco grados, no solo en la automoción, sino también en mecánica, electrónica, renovables y organización industrial.