Ikerlan y Nuuk desarrollan una batería adaptable y reutilizable con segunda vida para almacenamiento energético
El centro tecnológico Ikerlan y la empresa Nuuk Mobility han colaborado en el diseño de un sistema modular de baterías de ion-litio destinado a vehículos eléctricos ligeros. El prototipo, actualmente en fase de validación, permite adaptar su capacidad energética según el vehículo y garantiza una segunda vida útil en almacenamiento estacionario, en colaboración con Cegasa.
Nuuk Mobility, firma especializada en soluciones de movilidad eléctrica ligera y gestión de flotas, ha desarrollado junto con el centro tecnológico Ikerlan un innovador sistema de baterías modulares y adaptables. El objetivo es avanzar hacia una movilidad más eficiente, sostenible y personalizada, con soluciones tecnológicas que optimicen el uso de recursos y reduzcan el impacto ambiental.
El sistema diseñado utiliza baterías de ion-litio de alta densidad energética configurables para distintos tipos de vehículos, como ‘scooters’ o motos eléctricas. Su diseño modular permite dimensionar la capacidad según las necesidades de potencia y autonomía de cada aplicación, lo que facilita su integración en vehículos diversos dentro del ámbito de la distribución urbana.
El sistema desarrollado permite adaptar la capacidad de las baterías a las necesidades de cada vehículo eléctrico ligero.
Tal como explica Eduardo Miguel, responsable del proyecto en Ikerlan, “hemos diseñado un prototipo versátil, adaptable a diferentes vehículos, que incorpora desde el inicio criterios para su reutilización posterior. Además, cumple con altos estándares de seguridad funcional y ciberseguridad”.
Una de las claves del proyecto es la reutilización de las baterías una vez finalizada su vida útil principal (cuando su capacidad cae por debajo del 80%). A partir de ese momento, Cegasa será la encargada de darles una segunda vida como sistemas de almacenamiento energético estacionario, especialmente en instalaciones de energías renovables. Esta estrategia prolonga el ciclo de vida de los materiales y mejora la reciclabilidad de los componentes.
El prototipo se encuentra en fase de validación tecnológica en laboratorio, donde se evalúan su rendimiento, durabilidad y eficiencia en diferentes escenarios de uso antes de su integración final en motocicletas eléctricas.
Este desarrollo se integra en el proyecto Libress, parte del Perte Vec (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica del Vehículo Eléctrico y Conectado), financiado con fondos europeos Next Generation EU. Coordinado por Renault Group, el Perte Vec cuenta con la participación de 45 empresas, el 70% de ellas pymes, y moviliza más de 74 millones de euros. Además, se suma a otras iniciativas de transferencia tecnológica lideradas por Ikerlan, que ya colabora con entidades como Wattson Charge, Cesvimap Mapfre, Premium O Veltium, entre otras, y que representan un 55% de su facturación anual.






















