Digitalizando nuestras vidas en el sector de la puericultura
Si hace unos años me hubieran dicho que iba a pasar mis tardes hablando con una inteligencia artificial sobre sillas de bebé, bodies de algodón orgánico y tendencias en chupetes, probablemente me habría reído. Pero aquí estoy, entre muselinas y algoritmos, combinando el olor a ropa nueva con el clic-clic del teclado. Porque sí: el sector de la puericultura también se ha hecho digital, y mucho. Lo curioso es que, lejos de ser una amenaza, la IA parece que se está convirtiendo en una nueva aliada.
El consumo cambia, y nosotros también y durante años, quienes nos dedicamos a este sector hemos estado muy cerca de las familias: aconsejando, ayudando, acompañando en uno de los momentos más bonitos (y caóticos) de la vida. Pero también es verdad que los hábitos de consumo han cambiado muchísimo. Los padres de hoy no solo buscan productos, buscan información, experiencias, confianza… y, sobre todo, inmediatez. Vienen ya con un máster en ‘comparar en internet’, y muchas veces llegan a la tienda sabiendo exactamente qué quieren (y a qué precio, ya que lo han visto en tres webs distintas). Así que, como comerciantes, no nos ha quedado otra que ponernos al día. Si antes bastaba con tener un buen escaparate y atender con una sonrisa, ahora hay que tener también presencia digital, redes sociales activas, una comunicación coherente y, por supuesto, una buena estrategia para destacar entre tanto ruido, (que se está convirtiendo en un trabajo más añadido)
La digitalización ha venido para quedarse
Al principio, confieso que lo de ‘digitalizarnos’ me sonaba a ciencia ficción. Yo soy más de boli, papel y libros, que de pantallas y algoritmos. Pero la pandemia aceleró todo y, quien no se adaptó, se quedó atrás. Hoy, las redes sociales son una extensión de nuestro escaparate. Instagram, Facebook o incluso TikTok se han convertido en plataformas donde los padres descubren nuevos productos, buscan consejos o simplemente se inspiran. Y ahí entra el maravilloso mundo de las herramientas digitales que, si las sabes aprovechar, te salvan la vida. Por ejemplo, programas para gestionar las redes que nos permiten programar publicaciones para toda la semana (¡o incluso para dos!). Pero para conocerlos debes estar al día, ahora mismo yo me encuentro en 3 programas de formación a la vez y, aunque es un esfuerzo personal, merece la pena ya que siempre aprendes algo que aplicar para mejorar tu gestión y en consecuencia tu negocio.
Antes, me pasaba el día pensando: “¿He subido ya la foto del nuevo coche?” o “¿Qué pongo hoy en la historia de Instagram?”. Ahora, me cojo una tarde tranquila, me preparo un café y en un par de horas dejo organizadas todas las publicaciones de los próximos días. Un rato de concentración que se traduce en una gran dosis de tranquilidad. Además, la IA también puede ayudarnos a redactar los textos de las publicaciones. Nos da ideas de títulos, hashtags o descripciones más atractivas. Y, aunque luego siempre hay que darle el toque humano (ese tono cálido que ninguna máquina puede imitar), la ayuda que ofrece es enorme.
Si algo he aprendido en estos últimos tiempos es que el tiempo es oro. Entre atender clientes, actualizar el stock, gestionar proveedores y mantener las redes activas, a veces parece que el día se queda corto. Pero gracias a la digitalización, es posible organizar mejor las tareas, y dedicando unas horas a la organización y a dejar lo que se pueda programado, durante la semana nos podemos centrar en atender bien, escuchar, asesorar y mantener viva esa relación personal con los clientes que ningún algoritmo puede reemplazar. Si hay algo que caracteriza al cliente actual es la curiosidad. Los padres y madres de hoy no se conforman con lo primero que ven: investigan, leen reseñas, preguntan en foros y comparan hasta el último detalle. De hecho, diría que tienen demasiada información. ¿Realmente es necesario hacer un estudio de mercado para comprar un chupete? Aquí es donde la IA nos da una ventaja enorme. Con herramientas de análisis podemos saber qué productos se están buscando más, qué consultas repiten los clientes o qué temas interesan en redes. Por ejemplo, si de repente noto que mucha gente pregunta por ‘mochilas ergonómicas’ o ‘biberones anticólicos sin BPA’, sé que es hora de reforzar ese tipo de producto en mi tienda o hacer una publicación sobre ello y, sobre todo, ver de dónde viene la fuente.
¿Qué nos puede ofrecer la IA?
Nos permite anticiparnos a la demanda. Ya no compramos a ojo, sino con datos reales. Podemos analizar tendencias, prever qué se moverá en los próximos meses y adaptar el stock para no tener ni exceso ni falta de producto (cosa que cada día me resulta más complicada la verdad sea dicha) Es casi como tener una bola de cristal, pero con más estadísticas y menos brujería. Hoy en día utilizamos la IA en muchísimos aspectos del negocio:
- Atención al cliente: Hay chatbots que pueden responder preguntas frecuentes cuando no estamos disponibles, o sistemas que ayudan a organizar los mensajes de WhatsApp Bussines o Instagram.
- Marketing y comunicación: La IA puede ayudarnos a redactar textos, crear eslóganes, o incluso generar imágenes para campañas (aunque a mi personalmente no me gustan las imágenes de IA, me resultan muy artificiales).
- Gestión de ventas: Analiza qué productos se venden más, cuáles tienen más margen y qué tipo de promociones podrían funcionar mejor.
- Organización interna: Desde recordatorios automáticos hasta herramientas que priorizan tareas o te sugieren cuándo publicar, y así tienes un apoyo externo que te ayuda a organizarte.
Todo esto no sustituye nuestro trabajo, pero sí lo facilita enormemente. Y, lo mejor de todo, nos deja más tiempo para lo que de verdad importa: atender con cariño y ofrecer una experiencia humana. La inteligencia artificial no solo ha mejorado mi forma de trabajar; también se ha metido en mi vida diaria (y sin pedir permiso). Lo curioso es que, poco a poco, me he dado cuenta de que estas herramientas no vienen a reemplazarnos, sino a ayudarnos. Nos quitan tareas repetitivas, nos organizan, nos enseñan cosas nuevas y, sobre todo, nos regalan tiempo. Sé que hay cierto miedo cuando hablamos de inteligencia artificial. Pensamos que los robots van a quitarnos el trabajo, que todo se volverá impersonal, pero la realidad es muy distinta. Una máquina jamás podrá sustituir la empatía, la intuición o la calidez humana que se necesita para atender a una familia que está a punto de dar la bienvenida a su bebé. Pero sí puede ayudarnos a optimizar procesos, a entender mejor a nuestros clientes y a trabajar con más eficacia. Así que, en lugar de verla como una amenaza, yo la veo como una ayuda, alguien que no se cansa, no se distrae y siempre tiene un dato interesante que aportar.
El futuro con IA
El futuro del comercio, también en el sector de la puericultura y textil, pasa por la combinación de lo digital y lo humano (en eso estamos todos). La tienda física sigue siendo el corazón del negocio, donde los padres tocan, prueban, sienten y se dejan asesorar, pero la parte digital se ha vuelto su mejor aliado y nuestro reto diario y te das cuenta de que la tecnología no es el enemigo, sino el motor del cambio.
En definitiva, la inteligencia artificial ha llegado para quedarse, seguimos siendo los mismos: personas apasionadas por nuestro trabajo, por ayudar a las familias y por ofrecer lo mejor. La diferencia es que ahora tenemos nuevas herramientas que nos permiten hacerlo mejor, más rápido y con más creatividad. Así que, si aún no te has animado a probar la IA en tu negocio, te animo a hacerlo. Empieza poco a poco: programa tus publicaciones, analiza tus ventas, juega con los textos… y verás cómo pronto te preguntarás cómo podías trabajar sin ella. Porque, al final, se trata de ser más eficientes y ganar tiempo en nuestro día a día, ni más ni menos. Ya que el tiempo es un recurso valioso e invertirlo de la mejor manera, nos hace vivir mejor.




















