Cómo atraer a la generación digital desde el punto de venta minorista
Hablando sobre cómo atraer a la generación digital desde el punto de venta minorista, me viene a la mente cuando te confundes de ruta conduciendo y el GPS con su voz metálica anuncia: “Recalculando”. Creo que podríamos decir que así estamos todos en este momento.
Conectar con los nuevos padres es el nuevo reto que tenemos desde nuestros comercios. El mundo del bebé se enfrenta actualmente a un cambio profundo en sus consumidores. Los nuevos padres, en su mayoría nativos digitales, llegan al mercado con una visión completamente distinta a la de generaciones anteriores. Ahora los padres y madres están hiperconectados, bien informados, y están también muy influenciados por los que ven y escuchan en redes sociales. Así que para conectar con ellos no basta con tener un buen producto, sino que hay que ofrecer una experiencia integral y un asesoramiento experto, además de autenticidad y calidez.
Estos nuevos padres llegan a la tienda habiendo ya investigado, comparado y leído reseñas. También han preguntado a otros padres y, aunque quizá no lo saben, están haciendo un pequeño estudio de mercado para comprar, por ejemplo, una trona. Estos padres son consumidores críticos que valoran la estabilidad de las marcas, y la sostenibilidad de los productos y los procesos de fabricación. Todo lo cuestionan y todo lo contrastan. Y si no encuentran las respuestas que buscan en nuestro espacio físico, no tienen ninguna duda en irse a otro lugar que les ofrezca lo que buscan.
Cómo se adapta el comercio minorista
Frente a esta realidad, el papel del comercio minorista debe ir más allá del producto. Hoy en día, más que nunca, la tienda debe convertirse en un espacio donde se construye confianza y, como decimos nosotros, de construye ‘tribu’. Desde la cuidada selección del surtido, hasta el ambiente del punto de venta, todo comunica. Y todo debe hacerlo de forma coherente con los valores de esta nueva generación. Pero para ello, debemos saber primero qué es exactamente lo que buscan.
Uno de los principales activos con el que contamos el retail especializado es, sin duda, el conocimiento profundo del producto que ofrecemos y del proceso de crianza en general. Esto nos convierte en referentes para esos padres que, aunque estén bien informados, se sienten abrumados por la avalancha de información y tendencias. Aquí es donde nuestra experiencia puede marcar la diferencia. Ofrecer un asesoramiento personalizado, empático y experto es clave para fidelizar a estos nuevos clientes. Y en este sentido, no se trata solo de vender un cochecito o una cuna, sino de acompañar a las familias en ese momento vital tan especial.
La tienda debe convertirse en un lugar de confianza, donde las recomendaciones no estén basadas en modas, sino en una selección rigurosa, profesional y actualizada. Por ello, nuestra premisa en nuestro comercio es que no venderíamos nada que no usaríamos con nuestros propios hijos. Así que creo que esta es la mejor garantía que podemos ofrecer. Nuestro principio inamovible más destacado.
El surtido como reclamo consciente, este tiene que estar pensado y ajustado a las necesidades reales de los padres de hoy. No se trata de tenerlo todo, sino de tener lo mejor. Esa selección debe reflejar nuestra experiencia, pero también nuestra sensibilidad hacia lo que preocupa a los nuevos padres: la calidad, la seguridad, los materiales sostenibles, las marcas comprometidas, la innovación que simplifica la vida.
Incluir productos que transmitan estos valores y contarlo de forma clara es esencial. Los padres y madres actuales no solo compran un producto, sino que compran la historia que hay detrás de él. Quieren saber de dónde viene, si lo recomiendan otros padres reales o influencers con los que se sienten identificados. Así que debemos analizar periódicamente nuestro stock, y hacer movimientos, lo que a veces implica ‘sacrificar’ productos o zonas de nuestros comercios.
Otros retos de la generación digital
Otro de los retos que plantea esta generación es su conexión permanente con el entorno digital. Las redes sociales se han convertido en su principal canal de validación y decisión. Las recomendaciones de celebridades, expertos o simplemente otras madres y padres, pesan tanto (o incluso más) que cualquier ficha técnica. Y aquí es donde hay que ser categórico con nuestros argumentos.
Llegados a este punto, considero que el comercio especializado tiene dos caminos: adaptarse o quedarse atrás. Hay que estar presenta en estos canales, pero con autenticidad. Más que perseguir la popularidad, se trata de construir comunidad, compartir contenido útil, responder con agilidad, mostrarse humano y cercano. El valor está en generar confianza, no solo clics. Así que tenemos que dar el paso y humanizar el contenido. Y, aunque no nos guste demasiado salir en las redes sociales, no podemos poner el foco solo en los productos. Las redes piden personas, así que habrá que prepararse para salir y tratar de hacerlo lo mejor posible.
Tu tienda, tu casa… y es que no me canso de decir que la tienda ha de estar viva. Hay que crear ambientes que generen emociones. La tienda no puede ser únicamente un espacio de exposición de producto, sino que debe convertirse en un entorno acogedor, que transmita seguridad y cuidado. Un lugar donde los futuros padres se sientan escuchados y acompañados, donde puedan probar, tocar, preguntar sin prisa y salir con la tranquilidad de haber tomado una buena decisión.
Los nuevos padres tienen en cuenta más aspectos que el propio producto: buscan una experiencia emocionalmente positiva. Detalles como una ambientación cálida, un personal bien formado, espacios pensados para la familia o actividades puntuales que refuercen la comunidad pueden marcar la diferencia. Así que antes de ir a buscar a este nuevo cliente, habrá que contar con una nueva tienda.
La transformación del cliente exige una transformación del comercio. Los padres de hoy no son los padres de ayer, y el retail de puericultura debe evolucionar con ellos. No basta ya con tener buenos productos únicamente, hay que saber comunicar, acompañar y emocionar. El comercio especializado tiene una gran oportunidad para consolidarse, ya que somos confianza, profesionalidad y humanidad. Algo que los nuevos padres necesitan. Y es ahí, en ese vínculo auténtico, donde reside el verdadero valor diferencial.
Humanicemos las tiendas y creemos espacios acogedores, donde nuestros clientes quieran volver, para ser su lugar seguro.




















