Fiebre en vacaciones, síntoma claro de superpoderes mentales

A ver si os suena: El día de inicio de las vacaciones va necesariamente ligado a tres días de fiebre y un malestar que no desearíais ni al peor de vuestros enemigos (o sí).

No nos cabe ninguna duda de que muchos de vosotros sabéis de lo que hablamos. Quizás hasta ahora os echabais la culpa (bueno, a vuestro sistema inmune por débil y rancio) y pensabais que, en otra época, no hubierais sido precisamente de los que hubieran conseguido perpetuar la especie humana. Por debiluchos. Por no aguantar unos días de estrés.

Pero ha llegado la hora de dar voz a este colectivo. Dejaos de sentir raros, débiles o indefensos. A los de la fiebre el primer día de vacaciones, a los del dolor muscular continuo, a los que no se sienten con fuerzas de bajar a la playa... ¡no estáis solos! (El 3% de la población –por ahora holandesa- está con vosotros).

Mal de muchos, consuelo de…

Nos cuenta un reconocido psicólogo holandés que estos síntomas no son exactamente culpa de un sistema inmune más o menos débil, sino de fortaleza mental. A la mayoría de los afectados que fueron estudiados por el psicólogo Vingerhoets (él incluido) se les diagnosticó la “Enfermedad del Ocio”.

Muchos la sufrían desde hacía más de 10 años, y asociaban la aparición de la misma a un evento importante de la vida, como la boda, el nacimiento del primer hijo o un cambio de puesto de trabajo.

¡Erroooor!

Vingerhoets, que encuestó para su estudio a 1.128 hombres y 765 mujeres de toda Holanda con edades entre los 16 y 87 años, estimó que alrededor del 3% de la población puede sufrir la enfermedad del ocio. En un estudio más a fondo realizado sobre 114 holandeses enfermos de ocio, se determinó que los síntomas más frecuentes de este mal son dolores de cabeza, migrañas, fatiga, dolores musculares, náuseas y, sobre todo en relación a las vacaciones, las infecciones virales que causan los síntomas de resfriados o la gripe.

Según Vingerhoets, hay varias explicaciones posibles para el mal, pero él sostiene que detrás de ella puede estar la supremacía de la mente sobre el cuerpo: Algunos individuos tienen la capacidad de aplazar la enfermedad a un momento más apropiado, que no interfiera con sus compromisos de trabajo (es decir, tienen superpoderes).

Otra posible explicación es que, contrariamente a la creencia popular, cuando el cuerpo está bajo estrés agudo, tiene más resistencia a las enfermedades.

Para poner remedio a la enfermedad, Vingerhoets sugiere hacer ejercicio físico el viernes por la noche, lo que puede ayudar en la transición del trabajo al fin de semana. De todas formas, estamos seguros de que cerrar el bar con los colegas también ayuda a recibir el finde (en nuestro caso, las vacaciones) en muy buena forma. Así que nada, ¡nosotros nos vamos de cañas y nos vemos el 7 de abril con más prevención!

Y recordad...

¿Por cierto, alguien se quiere unir al club de los enfermos de ocio en nuestra comunidad?