"La seguridad de las personas no tiene precio" (por una protección de calidad)
Paula Llull12/02/2014
Ricardo Piñero ha sido durante muchos años representante de tejidos PBI, y aunque ya no trabaje activamente, le encanta estar al día de las novedades sobre tejidos y normativa en su sector. Para los que no lo sepáis, PBI es un tipo de tejido utilizado por gran parte de los equipos de extinción en USA, Escocia, diversas brigadas de España, Reino Unido y otros países de la UE. Las brigadas de las principales capitales de los países nórdicos están equipadas con tejidos que utilizan PBI en su composición, como Oslo, Helsinki, Copenhagen y Estocolmo.
En las prendas de extinción, el tejido exterior es la primera y vital línea de defensa durante un incendio y debe ofrecer el mayor nivel posible de resistencia al fuego, sin cuartearse, degradarse o presentar roturas. No menos importante es la capa de aislamiento interior hace que la transmisión térmica del calor sea más baja y ofrece un mayor tiempo de reacción a los bomberos, para que puedan abandonar, sanos y salvos, la zona de peligro.
Cuando se trabaja en un entorno de temperaturas extremas, propias en un incendio, los bomberos deben estar seguros de que su equipo (EPI) les protegerá del calor y las llamas, además de que estará fabricado con tejidos ligeros que reduzcan el riesgo de generación de estrés térmico. Los tejidos PBI se caracterizan por ser ligeros, suaves y resistentes a las llamas. La durabilidad es su arma principal, proporcionando al usuario protección extrema a lo largo de la vida útil de la prenda.
Por curiosidad, le pregunté a Ricardo cómo deciden los bomberos cuál es el tejido ignífugo que más les conviene, dados los rápidos avances que se dan en el campo de la protección. Ricardo dice que esto es “como toda la vida”. Al cuerpo de bomberos le surge la necesidad de un tipo de prenda protectora para vestir en las intervenciones. Pues bien; se emite un concurso y los confeccionistas son los que tienen acceso a él. En base a un estudio de las necesidades y la oferta y la demanda, se presenta un tipo de traje, hecho con un tejido concreto.
Previo a esto, evidentemente, alguien del equipo técnico de bomberos se ponía en contacto con él (o los representantes de los tejidos más importantes) para buscar asesoría especializada, ya que muy probablemente, esa persona desconoce toda la oferta disponible en cuanto a tejidos. Ricardo lo recalca varias veces:
Y lleva razón.
Tejidos PBI
¿Desde cuándo la seguridad de las personas tiene precio? Y agravando la situación: ¿Desde cuando la vida de los trabajadores al servicio de una institución pública tiene precio? Se supone que las instituciones deben ofrecer seguridad a la ciudadanía, y por ende, a sus trabajadores. Esto nos podría llevar a un debate sobre políticas de austeridad, que no viene al caso. Porque hablábamos de los tejidos PBI y su funcionalidad. Sólo un apunte más, que muchas veces el concepto "amortización" no queda claro en tiempos de crisis. En seguridad, dice Ricardo, no existe el ahorro.
En las prendas de extinción, el tejido exterior es la primera y vital línea de defensa durante un incendio y debe ofrecer el mayor nivel posible de resistencia al fuego, sin cuartearse, degradarse o presentar roturas. No menos importante es la capa de aislamiento interior hace que la transmisión térmica del calor sea más baja y ofrece un mayor tiempo de reacción a los bomberos, para que puedan abandonar, sanos y salvos, la zona de peligro.
Cuando se trabaja en un entorno de temperaturas extremas, propias en un incendio, los bomberos deben estar seguros de que su equipo (EPI) les protegerá del calor y las llamas, además de que estará fabricado con tejidos ligeros que reduzcan el riesgo de generación de estrés térmico. Los tejidos PBI se caracterizan por ser ligeros, suaves y resistentes a las llamas. La durabilidad es su arma principal, proporcionando al usuario protección extrema a lo largo de la vida útil de la prenda.
Por curiosidad, le pregunté a Ricardo cómo deciden los bomberos cuál es el tejido ignífugo que más les conviene, dados los rápidos avances que se dan en el campo de la protección. Ricardo dice que esto es “como toda la vida”. Al cuerpo de bomberos le surge la necesidad de un tipo de prenda protectora para vestir en las intervenciones. Pues bien; se emite un concurso y los confeccionistas son los que tienen acceso a él. En base a un estudio de las necesidades y la oferta y la demanda, se presenta un tipo de traje, hecho con un tejido concreto.
Previo a esto, evidentemente, alguien del equipo técnico de bomberos se ponía en contacto con él (o los representantes de los tejidos más importantes) para buscar asesoría especializada, ya que muy probablemente, esa persona desconoce toda la oferta disponible en cuanto a tejidos. Ricardo lo recalca varias veces:
“En el momento en que la primera pregunta es cuánto vale la prenda, puedes cerrar el catálogo e irte”.
Y lleva razón.
Tejidos PBI
¿Desde cuándo la seguridad de las personas tiene precio? Y agravando la situación: ¿Desde cuando la vida de los trabajadores al servicio de una institución pública tiene precio? Se supone que las instituciones deben ofrecer seguridad a la ciudadanía, y por ende, a sus trabajadores. Esto nos podría llevar a un debate sobre políticas de austeridad, que no viene al caso. Porque hablábamos de los tejidos PBI y su funcionalidad. Sólo un apunte más, que muchas veces el concepto "amortización" no queda claro en tiempos de crisis. En seguridad, dice Ricardo, no existe el ahorro.