Y tú ¿eres flexible?

Una de las grandes herramientas para fomentar la conciliación laboral entre las empresas es la ya conocida práctica del trabajo flexible. A nivel familiar y social nos puede facilitar mucho la vida. Algo que agradecemos mucho cuando nos salen aquellos compromisos personales como una visita al banco o cuando viene un técnico a repararnos la caldera de casa. El trabajo flexible también nos puede ayudar mucho si tenemos hijos, ya que nuestros compromisos acostumbran a multiplicarse. Otra gran ventaja es que además nos puede permitir compaginar el trabajo con estudiar, cosa que a largo plazo puede ser bueno para las empresas. En algunas circunstancias incluso se promueve la realización de cursos de tipo máster o postgrado que sean beneficiosos tanto para el trabajador como para la propia empresa.

¿Tiene desventajas?

Aun así, y como todo, no tiene por qué ser la solución perfecta para todos los casos. Por ello, el trabajo flexible también tiene sus detractores y no todas las empresas lo ofrecen. Es cierto que en determinados casos puede llegar a complicar la programación de reuniones. Hay quien dice incluso que juega en contra del trabajo en equipo por no poder pasar mucho tiempo juntos los empleados. También puede llegar a ser complicado cuando no todos los trabajadores de una misma organización pueden tenerlo. Cada caso es distinto y no todos los empleados (sobre todo si se trabaja dando atención al cliente) pueden gozar de flexibilidad horaria y de espacio, con lo que al crearse cierta falta de equidad entre los trabajadores, podría llegar a provocar resentimiento o envidia entre compañeros y afectar al clima laboral.



Aunque no sea perfecto y no todos los sectores se lo puedan permitir, el trabajo flexible sigue suponiendo un promotor de la productividad según los datos del estudio que elaboró la empresa Regus (alquiler de oficinas). En este se destaca que el 56% de las empresas españolas aseguran estar promoviendo el trabajo flexible a fin de captar y retener talento. El trabajo remoto está siendo potenciado por las compañías, ya que el 51% de los españoles encuestados afirma la intención de sus empresas de contratar tele-trabajadores. Gracias a las nuevas tecnologías de la comunicación, se puede facilitar el trabajo en equipo desde la distancia. Es más, según datos del INE, el trabajo remoto puede llegar a aumentar hasta un 25% la productividad de un trabajador. Algo que podemos atribuir a la felicidad -y por lo tanto motivación- que supone tener una buena conciliación laboral. Algunos expertos en RRHH afirman que el trabajo flexible ayuda a reducir los niveles de absentismo laboral ya que, al tener un horario propio, su vida personal irrumpe menos en la laboral. También se estima que la calidad del trabajo mejora, relacionándolo con la auto-gestión de recursos del trabajador.

¿Cómo nos puede ayudar?

A nivel psicosocial, la confianza que denota la empresa cuando deja que el trabajador se auto-organice, influye directamente en la motivación de éste y en su sentimiento de pertenencia a la empresa. Además, según datos del Centro de Recursos para la Familia de la Universidad Estatal de Michigan, los empleados con trabajo flexible gozan de mayor concentración en sus tareas al tener la mente liberada de otras cargas.

Es innegable que esta nueva modalidad de trabajo está calando hondo en las empresas de nuestro país. Sobre todo en las pymes, para las que es más fácil apostar por la flexibilidad que a las grandes.

Aunque, como hemos comentado, también tiene sus desventajas y parece que no es una modalidad de trabajo que pueda servir para todos los sectores y categorías, nos interesaría saber si pensáis que vuestro trabajo mejoraría –o ha mejorado– por tener horario flexible. Tenemos muchas ganas de leer vuestro testimonio.