Las muertes de los trabajadores no frenan a SeaWorld
Paula Llull07/05/2014
El año pasado se estrenó un documental llamado Blackfish, donde se reflejaba la cara oculta de uno de los parques acuáticos más grandes y famosos del mundo, SeaWorld, en Orlando (Estados Unidos). En el mismo se nos mostraba como la orca macho más antigua del parque, Tilikum, ha tenido a lo largo de los años varios episodios de conductas agresivas y algunos, por desgracia, con un fatal desenlace.
El primer incidente mortal se dio en el 91. Una entrenadora murió golpeada y posteriormente ahogada mientras estaba en uno de los entrenamientos. Ocho años más tarde, el que murió fue un civil, que aparentemente penetró en el parque cuando éste ya estaba cerrado para meterse en el agua con las ballenas.
El tercero y último, acontecido en 2010, fue la muerte de la que fue la entrenadora de Tilikum durante 16 años, Dawn Brancheau y que ha motivado el documental antes mencionado.
La OSHA ya había interpuesto varias demandas contra los propietarios de Sea World en relación a la poca seguridad de los entrenadores en su parque, y había intentado que Tilikum no volviera a tener contacto con las personas. Aún así, parece que los empresarios se las ingeniaron para que Tilikum siguiera actuando, ya que en 2011 la orca volvía a saltar frente al público, pero sin entrenadores en el agua, usando mangueras de alta presión para dirigir al animal y con barandillas y redes de seguridad en la piscina.
Según los autores del documental, esta agresividad del animal viene dada por las deplorables condiciones en que se encuentra. Los defensores de las ballenas explican su comportamiento a causa de su elevada inteligencia y la necesidad de estos animales de vivir en sociedad, con su familia, y en libertad.
Imagen de atvn.org
Por parte de SeaWorld, se niegan a retirar a la ballena de los espectáculos y tampoco quieren dejarla en libertad. Es una ballena millonaria, un semental que engendra a la mayoría de orcas que hay en el parque. De hecho, la administración de SeaWorld asegura que la culpa de los accidentes fue de los trabajadores, que no tomaron las medidas de seguridad necesarias. Llama la atención que una cuidadora con 16 años de experiencia y con una estrecha relación con Tilikum no tomara dichas medidas.
Aunque el cautiverio de orcas generalmente trae ganancias muy grandes a compañías como SeaWorld, estas muertes, y muchos otros incidentes documentados, tanto por parte de ballenas hacia los entrenadores, como ataques de las ballenas entre ellas, evidencian varios asuntos clave relacionados con el cautiverio de orcas y su malestar.
No es nuestra competencia analizar las razones del comportamiento agresivo de las orcas, pero partiendo de la base de que lo tienen, sí que es competencia denunciar la poca seguridad con la que se trabaja en dicho parque. Hace unos días se han anunciado las nuevas medidas de seguridad de las que disponen los trabajadores en el parque, como trajes y otros dispositivos de rescate. El viernes hablaremos de ello, y de la controversia que ha generado la decisión.
El primer incidente mortal se dio en el 91. Una entrenadora murió golpeada y posteriormente ahogada mientras estaba en uno de los entrenamientos. Ocho años más tarde, el que murió fue un civil, que aparentemente penetró en el parque cuando éste ya estaba cerrado para meterse en el agua con las ballenas.
El tercero y último, acontecido en 2010, fue la muerte de la que fue la entrenadora de Tilikum durante 16 años, Dawn Brancheau y que ha motivado el documental antes mencionado.
La OSHA ya había interpuesto varias demandas contra los propietarios de Sea World en relación a la poca seguridad de los entrenadores en su parque, y había intentado que Tilikum no volviera a tener contacto con las personas. Aún así, parece que los empresarios se las ingeniaron para que Tilikum siguiera actuando, ya que en 2011 la orca volvía a saltar frente al público, pero sin entrenadores en el agua, usando mangueras de alta presión para dirigir al animal y con barandillas y redes de seguridad en la piscina.
Según los autores del documental, esta agresividad del animal viene dada por las deplorables condiciones en que se encuentra. Los defensores de las ballenas explican su comportamiento a causa de su elevada inteligencia y la necesidad de estos animales de vivir en sociedad, con su familia, y en libertad.
Imagen de atvn.org
Por parte de SeaWorld, se niegan a retirar a la ballena de los espectáculos y tampoco quieren dejarla en libertad. Es una ballena millonaria, un semental que engendra a la mayoría de orcas que hay en el parque. De hecho, la administración de SeaWorld asegura que la culpa de los accidentes fue de los trabajadores, que no tomaron las medidas de seguridad necesarias. Llama la atención que una cuidadora con 16 años de experiencia y con una estrecha relación con Tilikum no tomara dichas medidas.
Aunque el cautiverio de orcas generalmente trae ganancias muy grandes a compañías como SeaWorld, estas muertes, y muchos otros incidentes documentados, tanto por parte de ballenas hacia los entrenadores, como ataques de las ballenas entre ellas, evidencian varios asuntos clave relacionados con el cautiverio de orcas y su malestar.
No es nuestra competencia analizar las razones del comportamiento agresivo de las orcas, pero partiendo de la base de que lo tienen, sí que es competencia denunciar la poca seguridad con la que se trabaja en dicho parque. Hace unos días se han anunciado las nuevas medidas de seguridad de las que disponen los trabajadores en el parque, como trajes y otros dispositivos de rescate. El viernes hablaremos de ello, y de la controversia que ha generado la decisión.