Algo va mal: en Charlie Hebdo no eran necesarios los Epis
No tenía que pasar. No fue un accidente laboral ni una falta de prevención. Solo fue una locura. Pese a que en esta historia no hay EPIs ni irresponsabilidades laborales, no podemos olvidarnos de un colectivo que sufre riesgos muy graves y muchas veces silenciados, relativizados e incluso olvidados. Y no podemos dejar de rendir homenaje a las víctimas de uno de los atentados más impactantes de estos últimos años.
La libertad de expresión como riesgo laboral
La labor de un periodista en una redacción no debería conllevar ningún riesgo más allá de cortarse con un papel. Y mucho menos un riesgo vital. El hecho de jugarse la vida por escribir –o dibujar- lo que uno piensa no es más que el resultado de una violación del derecho a la libertad de expresión. También es el resultado del miedo y la intolerancia.
1992-2014, datos de dos décadas oscuras
En 2014 se recuentan un total de 60 periodistas fallecidos durante el ejercicio de su profesión, en comparación con los 70 que murieron en 2013 según el CPJ (Comitee to Protect Journalists). De esos 60, el 44% murieron asesinados.
Gráfico 1: Muertes de periodistas asesinados en 2014 y muertes de periodistas desde el año 1992 con países más peligrosos
Pese a lo que muchos podrían pensar, los reporteros de guerra (o los periodistas muertos en combate o fuego cruzado) representan menos de un 20% de las defunciones. Nos encontramos frente a un elevado porcentaje de muertes o ataques que provienen, presuntamente, de las fuerzas del orden, gobiernos y grupos políticos.
Grafico 2: No todos los verdugos son islamistas
Los mismos que -se presupone- deben respetar la libertad de expresión son los que más miedo le tienen.A esto le añadimos que el 50% de los periodistas muertos desde el 1992 fueron periodistas especializados en política, y que las casualidades no suelen existir.
Los motivos ideológicos se siguen cobrando víctimas inocentes en pleno siglo XXI. Desde el 92, la cifra asciende al 66%: 734 periodistas asesinados por hacer su trabajo, o peor, convertidos en cabezas de turco, víctimas de un odio histórico entre naciones, grupos étnicos y religiones. Un odio sobre el que ellos querían escribir.
Pese a lo que muchos podrían pensar, los reporteros de guerra (o los periodistas muertos en combate o fuego cruzado) representan menos de un 20% de las defunciones
El periodista británico David Cawthorne Haines asesinado por el Estado Islámico
Impunidad y olvido
Sorprende, por último, el elevado porcentaje de impunidad en los autores de dichas muertes. Desde el año 92, la justicia ha impartido dictamen sobre un 12% de las muertes, de forma total o parcial. Los autores del 88% restante, han quedado impunes.
Parafraseando a V, “los ideales son a prueba de balas”, y la libertad de expresión, también.
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