Kee Safety es especialista mundial de productos, servicios y formación para protección anticaídas
La mayor parte de caídas en altura desde cubiertas frágiles son fácilmente evitables
Las cifras son alarmantes, y más si se tiene en cuenta que, tal y como afirma Stefano Montaldo, director de Desarrollo de Negocio de Kee Safety Ltd., especialista mundial de productos, servicios y formación para protección anticaídas y acceso seguro que opera actualmente en más de 60 países en todo el mundo, “la inmensa mayoría de estas caídas con final trágico podrían haberse evitado fácilmente mediante la sencilla y eficaz instalación de las medidas de seguridad oportunas que hubieran posibilitado el trabajo seguro de los trabajadores”.
“Antes de emprender cualquier tipo de labor de mantenimiento en el tejado de cualquier edificio o de proceder a la instalación de placas solares, tan en boga ahora mismo, o desamiantado”, advierte Montaldo, “es imprescindible identificar el tipo de cubierta de que se trata en cada caso, realizar una evaluación exhaustiva de las condiciones en las que se encuentra e instalar y/o facilitar a los trabajadores el empleo de las medidas de seguridad oportunas que les permitan realizar su labor minimizando al máximo el riesgo. Las cubiertas frágiles no están pensadas para soportar el peso de una persona, pero requieren, al igual que cualquier otro tipo de tejado, de un mantenimiento. Por ello, resulta imprescindible que los trabajadores que lleven a cabo sobre ellas cualquier tipo de trabajo, lo hagan con todas las garantías de seguridad”.
Las principales soluciones de seguridad requeridas para trabajos sobre cubiertas frágiles son fundamentalmente barandillas de protección, pasarelas de seguridad, líneas de vida, plataformas de trabajo o andadores móviles anteponiendo, de acuerdo con la legislación vigente, las medidas colectivas a las individuales.
Para Kee Safety, especialistas en la fabricación de componentes para la construcción de barreras de seguridad desde hace más de 80 años, la seguridad de los trabajadores no es un factor negociable sino una condición previa que es imprescindible garantizar antes de acometer cualquier tarea. Y recuerda que la responsabilidad última en caso de accidente recae sobre los hombros del cliente final, ya sea una empresa, una comunidad de propietarios o un individuo particular, con sanciones económicas, además, que pueden llegar a superar los 600.000 euros.