Los expertos lo confirman: mascarillas, distancia física y protección ocular para evitar el contagio de la COVID-19
“Nuestros hallazgos son los primeros en sintetizar toda la información directa sobre COVID-19, SARS y MERS [anteriores coronavirus], y proporcionar la mejor evidencia disponible sobre el uso óptimo de estas medidas comunes y simples para ayudar a aplanar la curva e informar sobre las decisiones a tomar ante una pandemia”, señala Holger Schünemann, investigador de la Universidad de McMaster en Canadá, y autor principal del trabajo.
La utilización de estas medidas (mascarillas, distanciamiento y protección ocular) permite de manera inmediata reducir no solo la pandemia actual, sino también prevenir futuros brotes rastreando los contactos contagiados que hayan podido estar a menos de dos metros de distancia. Según los científicos, estos resultados, previstos para orientar a la Organización Mundial de la Salud, pueden ser utilizados también por gobiernos y centros de salud pública para dar consejos claros para disminuir el riesgo de infección.
La mayor protección disponible hasta ahora
Trece estudios sobre los tres virus, con 3.713 participantes, se centraron en la protección ocular. Sus conclusiones mostraron que los protectores faciales, las gafas y los anteojos se asocian con un menor riesgo de infección (6 %), en comparación con la ausencia de estas medidas (16 %).
En otros 10 estudios sobre los tres virus con 2.647 participantes también se encontraron beneficios similares para las máscaras faciales. El riesgo de infección o transmisión cuando se usa la mascarilla era del 3 % frente al 17 % cuando no se usa. En ese caso, la utilización de las mascarillas se centró dentro de los hogares y entre contactos infectados.
Sin embargo, los autores señalan que ninguna de estas medidas, incluso usadas y combinadas de manera adecuada, brinda protección completa contra la infección. Además, la certeza en la evidencia es moderada (para el distanciamiento) y baja (en el caso de las mascarillas), esto quiere decir que la confianza en la estimación del efecto es limitada y que el verdadero efecto podría ser sustancialmente diferente.
Por esta razón, los científicos sugieren que son necesarios más ensayos completos sobre el uso de estas medidas para confirmar su eficacia.
Disponibilidad para todos
Entre las soluciones, el coautor Derek Chu, profesor en la Universidad McMaster indica que “se necesita con urgencia aumentar la capacidad de fabricación para evitar la escasez global”. Pero también subraya que las personas deben tener claro que usar una mascarilla no es una alternativa al distanciamiento físico, la protección ocular o las medidas básicas como la higiene de las manos. “Pero podría añadir una capa de protección”, matiza.
A pesar de estos importantes hallazgos, la revisión tiene ciertas limitaciones. Primero, pocos estudios evaluaron el efecto de estas medidas en entornos no relacionados con la atención médica. Además, la mayoría de las pruebas provienen de estudios sobre SARS y MERS. Por último, el efecto de la duración de la exposición al riesgo de transmisión tampoco se examinó de manera específica.
Referencia:
Derek K. Chu et al. ‘Physical distancing, face masks, and eye protection to prevent person-to-person transmission of SARS-CoV-2 and COVID-19: a systematic review and meta-analysis’ The Lancet.























