Aspy Prevención advierte que un golpe de calor puede dañar el cerebro, el corazón, los riñones y los músculos
Consejos para combatir el estrés térmico en el trabajo
¿Qué es el golpe de calor?
El golpe de calor es un trastorno producido por el exceso de calor en el cuerpo, generalmente originado por la exposición prolongada a altas temperaturas o por el esfuerzo físico a altas temperaturas. Puede ocurrir si el cuerpo alcanza una temperatura de 40 ºC (104 Fº) o más. Es importante tener en cuenta el clima del lugar de trabajo, sobre todo en los casos de personas que han de realizar trabajos físicos al aire libre. Un golpe de calor puede dañar el cerebro, el corazón, los riñones y los músculos si no se trata con urgencia.
¿Qué se puede hacer para disminuir las posibles alteraciones producidas por el calor?
Los sanitarios de Aspy Prevención recomiendan seguir unas indicaciones sencillas:
- Beber mucha agua o líquidos, sin esperar a tener sed.
- Permanecer en lugares frescos, a la sombra o si es posible en lugares climatizados.
- Tómese pausas frecuentes para descansar cuando el calor y la humedad sean elevados.
- Si se tiene que permanecer en el exterior usar ropa ligera, amplia y de colores claros.
- Utilizar calzado fresco, cómodo y que transpire.
- Cubrirse la cabeza si se está al sol. Un sombrero de ala ancha reduce notablemente la exposición a la radiación solar. Utilizar cremas protectoras en las zonas de la piel que queden descubiertas.
- Si se trabaja junto a otros/as compañeros/as, vigilar el estado personal y pedir que alguien haga lo mismo. Un golpe de calor puede hacer que alguien pierda el conocimiento.
- Evitar las comidas copiosas. Elegir ensaladas, frutas y alimentos ricos en líquidos.
¿Cómo actuar en caso de urgencia?
Hay que permanecer atento a la aparición de estos síntomas: temperatura corporal elevada, alteración del comportamiento o del estado mental, náuseas, vómitos, piel enrojecida, respiración y/o frecuencia cardíaca elevada, dolor de cabeza. Si se detecta en uno mismo o en un/a compañero/a:
- Parar la actividad física y descansar sentado en un lugar fresco.
- Beber agua, zumos y bebidas deportivas diluidas en agua, u otra bebida no alcohólica para reponer los líquidos perdidos con la sudoración.
- Quitarse o aligerar la ropa.
- Refrescar su cuerpo con agua fresca y abaníquese o colóquese en una corriente de aire para reducir su temperatura corporal. No hacerlo de manera muy brusca, los enfriamientos muy súbitos pueden ser peligrosos.
- Buscar atención sanitaria si se notan síntomas de agotamiento por calor (piel fría, pálida con sudoración, calambres musculares, mareos, náuseas, dolor de cabeza, hiperventilación, pérdida de conocimiento).