De estar motivado a tatuarse el logo de la empresa
Redacción Protección Laboral01/07/2016
A menudo hemos comentado las virtudes del sentimiento de pertenencia en una empresa y la motivación que esto significa para el trabajador. Fomenta el trabajo en equipo y un buen clima laboral entre los compañeros, incluso puede aumentar la productividad en algunos casos.
Pero un concepto que en un principio se creó para hacer sentir bien a las personas con su trabajo puede ir mucho más lejos que esto. Y así os presentamos uno de los casos más raros en el que el sentimiento de pertenencia a una empresa ha ido demasiado lejos: el de Rapid Realty, una inmobiliaria de Nueva York, que recompensó a sus trabajadores con una subida del 15% en sus sueldos si se tatuaban el logo de empresa en cualquier parte de su cuerpo.
A primera vista puede parecer una locura que nadie haría. Pues de 1000 trabajadores que tiene la empresa ya han sido 40 los que han pasado “por la aguja”. Eso sí, el jefe todavía no se ha tatuado y, según la noticia, ya hay algunos que empiezan a arrepentirse y temen por lo que significaría llevar este tatuaje si algún día dejan la empresa. Aunque también existe la otra vertiente que “a tope de pertenencia” se sienten orgullosos de poder mirar ese tatuaje y decirse a sí mismos “esto es lo que estoy haciendo" o “esta es la mejor forma de comprometerme con la empresa". De hecho, el primer tatuaje surgió voluntariamente: uno de los trabajadores se lo hizo por gusto y cuando se lo mostró a su jefe, se entusiasmó de tal forma que empezó a incentivar a los trabajadores para que tomaran ejemplo de su compañero, con el ya mencionado aumento de sueldo. Habíamos oído casos de fans de marcas como Coca-Cola o Google que se tatuaban su logo por admiración, pero nunca hasta ahora un caso como el que acabamos de explicar.
Estos comportamientos en las empresas nos recuerdan inevitablemente al de las sectas. Por ello, últimamente se habla del concepto “empresas sectarias” e incluso se ha publicado un libro sobre sus prácticas. El sectarismo también se utiliza a veces como técnica para la retención de talento. Estas empresas se caracterizan por dar ventajas a los empleados como bonus por consecución de objetivos y una gran oferta de actividades en equipo para fomentar la cohesión entre sus miembros. A cambio, las denominadas empresas sectarias esperan de sus empleados un gran compromiso que, en ocasiones, puede dificultar la conciliación, ya que la empresa siempre estará primero. No descartemos que la necesidad también puede llevar al empleado a vivir por el trabajo a cambio de este 15% más a final de mes.
Las empresas sectarias se llaman así porque el sentimiento de pertenencia del empleado recuerda a la adoración que sienten los miembros de las sectas por sus líderes. Así, los trabajadores pueden estar tan motivados que serían capaces de tatuarse su logo. Porque están tan comprometidos con ella que ha acabado siendo su vida. Una vida de la que se sienten orgullosos, porque forman parte de una gran compañía, ergo son importantes, una pieza clave de su admirada . No olvidemos que las sectas se caracterizan por aprovecharse de las personas que buscan darle un nuevo sentido a su vida: formar parte de un gran plan que se podrá cumplir gracias a su contribución. Y cuidado, porque cuando llegamos a estos extremos, la capacidad crítica de un trabajador puede verse mermada por la profunda admiración que siente hacia la empresa. Este factor no tiene por qué ser bueno para los líderes o empresarios, quienes también necesitan a consejeros que piensen por ellos mismos y que sean capaces de señalarles los fallos, a fin de mejorar la empresa.
Es difícil distinguir donde está la línea entre sentir que eres una parte importante de una empresa (y por lo tanto sentirte realizado) y que la empresa pase a ser tu vida, o al menos la parte prioritaria de la misma. Suponemos que tatuarse su logo está más allá de esta línea. ¿Pero dónde está ésta realmente? ¿Hasta dónde puede llegar el compromiso con el lugar donde trabajas?
Pero un concepto que en un principio se creó para hacer sentir bien a las personas con su trabajo puede ir mucho más lejos que esto. Y así os presentamos uno de los casos más raros en el que el sentimiento de pertenencia a una empresa ha ido demasiado lejos: el de Rapid Realty, una inmobiliaria de Nueva York, que recompensó a sus trabajadores con una subida del 15% en sus sueldos si se tatuaban el logo de empresa en cualquier parte de su cuerpo.
A primera vista puede parecer una locura que nadie haría. Pues de 1000 trabajadores que tiene la empresa ya han sido 40 los que han pasado “por la aguja”. Eso sí, el jefe todavía no se ha tatuado y, según la noticia, ya hay algunos que empiezan a arrepentirse y temen por lo que significaría llevar este tatuaje si algún día dejan la empresa. Aunque también existe la otra vertiente que “a tope de pertenencia” se sienten orgullosos de poder mirar ese tatuaje y decirse a sí mismos “esto es lo que estoy haciendo" o “esta es la mejor forma de comprometerme con la empresa". De hecho, el primer tatuaje surgió voluntariamente: uno de los trabajadores se lo hizo por gusto y cuando se lo mostró a su jefe, se entusiasmó de tal forma que empezó a incentivar a los trabajadores para que tomaran ejemplo de su compañero, con el ya mencionado aumento de sueldo. Habíamos oído casos de fans de marcas como Coca-Cola o Google que se tatuaban su logo por admiración, pero nunca hasta ahora un caso como el que acabamos de explicar.
Estos comportamientos en las empresas nos recuerdan inevitablemente al de las sectas. Por ello, últimamente se habla del concepto “empresas sectarias” e incluso se ha publicado un libro sobre sus prácticas. El sectarismo también se utiliza a veces como técnica para la retención de talento. Estas empresas se caracterizan por dar ventajas a los empleados como bonus por consecución de objetivos y una gran oferta de actividades en equipo para fomentar la cohesión entre sus miembros. A cambio, las denominadas empresas sectarias esperan de sus empleados un gran compromiso que, en ocasiones, puede dificultar la conciliación, ya que la empresa siempre estará primero. No descartemos que la necesidad también puede llevar al empleado a vivir por el trabajo a cambio de este 15% más a final de mes.
Las empresas sectarias se llaman así porque el sentimiento de pertenencia del empleado recuerda a la adoración que sienten los miembros de las sectas por sus líderes. Así, los trabajadores pueden estar tan motivados que serían capaces de tatuarse su logo. Porque están tan comprometidos con ella que ha acabado siendo su vida. Una vida de la que se sienten orgullosos, porque forman parte de una gran compañía, ergo son importantes, una pieza clave de su admirada . No olvidemos que las sectas se caracterizan por aprovecharse de las personas que buscan darle un nuevo sentido a su vida: formar parte de un gran plan que se podrá cumplir gracias a su contribución. Y cuidado, porque cuando llegamos a estos extremos, la capacidad crítica de un trabajador puede verse mermada por la profunda admiración que siente hacia la empresa. Este factor no tiene por qué ser bueno para los líderes o empresarios, quienes también necesitan a consejeros que piensen por ellos mismos y que sean capaces de señalarles los fallos, a fin de mejorar la empresa.
Es difícil distinguir donde está la línea entre sentir que eres una parte importante de una empresa (y por lo tanto sentirte realizado) y que la empresa pase a ser tu vida, o al menos la parte prioritaria de la misma. Suponemos que tatuarse su logo está más allá de esta línea. ¿Pero dónde está ésta realmente? ¿Hasta dónde puede llegar el compromiso con el lugar donde trabajas?
