Construir con seguridad: la carpintera Annalena May habla sobre los EPI, la ergonomía y su oficio

Equilibrándose en la cumbrera del tejado, con un destornillador inalámbrico en la mano y una sonrisa en el rostro: así es como Annalena May (@zimmerin.annalena) se da a conocer a sus aproximadamente 20.000 seguidores. Esta futura maestra carpintera es una de las pocas mujeres que muestra cómo es realmente la vida en una obra: totalmente equipada con casco, arnés, botas de seguridad y mucha acción entre vigas, herramientas y trabajo en equipo.

Eso es lo que valora su comunidad: imágenes auténticas en lugar de fotos posadas. Cada publicación suscita preguntas sobre las herramientas, los proyectos y su equipo de protección individual (EPI). Y para Annalena, el EPI no es en absoluto una cuestión secundaria. Ella demuestra que la seguridad, la comodidad y la practicidad van de la mano en los oficios, y por eso este tema es una de sus prioridades en A+A.

Ya en el colegio tenía claro que quería trabajar con las manos. Unas prácticas de carpintería confirmaron mi decisión: el trabajo en equipo, trabajar con madera y el resultado tangible al final del día. Encontrar un puesto de aprendiz no fue fácil; pasé casi dos años enviando solicitudes. Hoy en día, soy artesana certificada, estoy estudiando para obtener mi título de maestra en Hannover y tengo previsto graduarme en 2026.

No entro en una obra sin gafas de seguridad, guantes y protección auditiva. Si la situación se vuelve peligrosa, añado un sistema de protección contra caídas al equipo. Un EPI de calidad es tan imprescindible como mis herramientas. Me protege y me da la libertad de concentrarme al 100% en mi trabajo.

Mucha gente piensa que la ergonomía solo afecta a los trabajos de oficina. Pero es igual de relevante en los oficios cualificados. Si un arnés de seguridad te aprieta, una chaqueta es demasiado rígida o las botas son incómodas, lo notas en menos de una hora y, en algún momento, te tensas o pierdes la concentración. Eso no solo es desagradable, sino también peligroso.

Lo primero es el ajuste. No basta con reducir las tallas, se necesitan nuevos cortes. El calzado es un gran problema; estaría bien que hubiera botas a partir de la talla 37; en realidad, es un problema mayor que las chaquetas. Los guantes suelen ser demasiado grandes y los cascos demasiado anchos para mi cabeza. Me gustaría que los fabricantes ofrecieran EPI diseñados para mujeres, con materiales y cortes duraderos, sólidos y ligeros, y no solo equipos para hombres reducidos de tamaño.

Primero, compartí mi vida cotidiana en casa después de comprar una vivienda. Compramos una casa con entramado de madera en 2020, en plena pandemia. Como no se permitían visitas, documenté y compartí los cambios, las obras de reconstrucción y renovación. De esa manera, mi familia y amigos podían ver lo que estaba pasando y cómo quedaba. Por el camino, mostré algunos de mis trabajos. Y entonces, la covid provocó una escasez de mano de obra cualificada, especialmente entre los jóvenes, al menos en los oficios. Fue entonces cuando pensé: «Oye, quizá pueda usar Instagram para llegar a la gente y mostrar lo genial que es este trabajo». Y entonces, un día, un Reel que me parecía aburrido, y que incluso dudé en compartir, se hizo viral de la noche a la mañana.

Lo que me gustó desde el principio fue la interacción con los demás. Podías recibir consejos, dar consejos, especialmente durante la reforma de la casa, que fue (y sigue siendo) muy útil. También compartí mis propias experiencias. Y cuando recibí mensajes de gente que decía que había empezado un aprendizaje gracias a mí, supe que tenía que seguir adelante.

Nunca había planeado llegar a ser tan grande. No hay ningún sistema ni estrategia. Solo muestro cómo es mi trabajo, el resto surge de forma natural. Por eso todavía me resulta un poco extraño que me llamen influencer. Al principio, solo mostraba mi día a día en el trabajo: una foto del tejado, un vídeo de cómo se levantaba una viga. Quería mostrar la versatilidad del trabajo. La comunidad creció rápidamente y pronto empezaron a hacerme preguntas específicas sobre el equipo de protección personal, las herramientas y la rutina diaria en la obra. Hoy en día, utilizo mi cuenta para mostrar mi oficio tal y como es: auténtico, sin filtros y lleno de pasión.

La credibilidad es lo más importante. Solo muestro lo que uso y puedo recomendar. Si algo no funciona, lo digo. Especialmente en la artesanía, no se trata de estilo de vida, sino de seguridad y calidad, por lo que hay que ser sincero.

Sí, por supuesto. Cuando se trata de proyectos privados, uno pensaría: Bueno, puedo hacerlo sin llevar mascarilla. Sin embargo, la protección respiratoria fue esencial durante las obras de renovación: piensa en los materiales antiguos, el polvo, el moho... No quieres dejar tus pulmones desprotegidos. Y cuando estás subido a una escalera moviendo cosas pesadas, te das cuenta rápidamente de que la descuidada no es una buena idea. En casa no hay ningún jefe que te lo recuerde: tú eres responsable de ti mismo.

Han cambiado muchas cosas en los últimos años. Los cascos son mucho más ligeros y duraderos, y muchos tienen sistemas de ventilación para evitar el sobrecalentamiento. En cuanto a la protección contra caídas, se nota que los fabricantes prestan más atención a la libertad de movimiento: los arneses se ajustan mejor y restringen menos. También hay mejoras en cuanto al calzado: suelas más ligeras, pero antideslizantes, lo cual es extremadamente importante en tejados mojados. Tengo la impresión de que la ergonomía y la seguridad van cada vez más de la mano. Y también noto una gran tendencia en cuanto al peso y la estética del calzado de seguridad. Y los exoesqueletos están en auge.

Quiero ver innovaciones, especialmente en cuanto a calzado ergonómico, cascos y protección contra caídas. A+A es el mejor lugar para probar equipos y hablar directamente con los fabricantes. También tengo ganas de conocer a otros influencers y expositores, lo que a menudo da lugar a ideas inesperadas.

Compra equipo que te quede bien y que te guste llevar. Suena sencillo, pero es fundamental: quien se siente cómodo sigue llevando el EPI de forma constante, y esa es la mejor protección que existe. ¡El EPI no es poco cool! ¿Quién quiere quedarse sordo a los cuarenta? Quizás elige un color cool. Hoy en día hay muchos tonos de color, literalmente.

Ya sea en la azotea, en la escuela de maestría o pronto entre los stands de la feria A+A 2025, Annalena demuestra que el EPP y la ropa de trabajo ergonómica marcan la diferencia. Para ella, no es una cuestión secundaria, sino una parte esencial de la artesanía segura, profesional y moderna.