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El foro puso en evidencia la necesidad de impulsar encuentros de este tipo entre el sector

WOF Green Office Barcelona: la sostenibilidad en la oficina a debate

Esther Güell08/11/2010

8 de noviembre de 2010

WOF Green Office ha contado con su primer encuentro profesional dedicado a la sostenibilidad, celebrado el pasado día 14 de octubre en el hotel Hilton de Barcelona. La convocatoria puede considerarse un éxito para sus organizadores, World Office Forum, no solo por la asistencia de profesionales sino, muy especialmente, por la calidad de los ponentes y el programa desarrollado. Asistieron las principales compañías inmobiliarias, empresas usuarias del espacio, la Administración e instituciones. La próxima cita, el 25 de noviembre, en Madrid.

El programa arrancó con José de Ramón, de IBM, quien presentó el ambicioso programa desarrollado por la compañía norteamericana, Smarter Cities. ‘Ciudades más inteligentes: Nuevos modelos de eficiencia y sostenibilidad’. IBM analiza los desafíos a los que se enfrentan las ciudades y el papel de las tecnologías para convertirlas en urbes inteligentes.

En palabras suyas, “la idea es aprovechar todos los dispositivos que nos rodean para que interactúen entre ellos y nos den mejores servicios”. Es el origen del proyecto ‘GreenSigma’ para el control, gestión y monitorización de todo el gasto energético de un edificio (agua, electricidad, etc.). “Hoy en día los edificios consumen el 42% de la electricidad total que se genera. Y se prevé que en 2025 representen la mayor parte de las emisiones emitidas. Con un edificio inteligente, podremos reducir en un 40% su consumo de la energía”.

Llegados a este punto, José de Ramón quiso explicar algo que puede parecer una obviedad pero que no lo es. ¿Qué es un edificio inteligente? Preguntó a los asistentes, a quienes respondió él mismo: “un edificio capaz de conectar todos los componentes internos del propio edificio y también con elementos externos, que controlen ya sea el nivel de ocupación, la demanda de energía en un momento determinado o la temperatura exterior”.

Ello abre nuevas expectativas en cuanto al diseño de los futuros edificios, pero también dudas. ¿Es una pretensión futurista?. Para de Ramón no. “Estamos trabajando en tecnologías que estarán en funcionamiento dentro de 2-3 años. Pero su implantación dependerá del objetivo de cada ciudad”.

Otra duda surgida en este caso desde el público asistente fue el coste, o sobrecoste, que estas tecnologías pueden suponer, y si el futuro inquilino u ocupante estará dispuesto a pagar por ellas, un tema planteado por Jordi Puig, de la consultora internacional CB Richard Ellis. Ante este tema, José de Ramón fue claro: “creo que en un futuro, las multinacionales serán las que empujen este mercado. Hoy en día algunas ya exigen determinados niveles de emisiones y consumos. Cuando estas digan, o tiene determinado nivel de consumo o no venimos, el mercado será el que tenga que adaptarse”.

Ramon Folch, ponente posterior en el foro, aportó también su grano de arena a la cuestión: “En realidad no es más caro, es más barato. Pero hay que mirarlo desde un punto de vista del conjunto de la construcción, de manera racional, y que no sea solamente por diseño sino por un objetivo concreto”.

IBM presentó el programa ‘Smarter Cities’: ‘Ciudades más inteligentes...
IBM presentó el programa ‘Smarter Cities’: ‘Ciudades más inteligentes: Nuevos modelos de eficiencia y sostenibilidad’, que analiza los desafíos a los que se enfrentan las ciudades y el papel de las tecnologías para convertirlas en urbes inteligentes.

A continuación, Rod Janssen, consultor independiente para el European Council for an Energy Efficient Economy —ECEEE— compartió una sesión para analizar la nueva normativa europea en materia de sostenibilidad constructiva, la Energy Performance of Buildings Directive (EPBD). Su organización (ECEEE) es una ONG compuesta por múltiples organismos nacionales, empresas privadas o universidades, en relación con la eficiencia energética para los respectivos países y para la Unión Europea. Entre sus asociados se encuentra el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía español, el IDAE.

Hasta un 400% menos de consumo

Posteriormente, Ramón Folch introdujo ‘La Sostenibilidad como valor añadido para la Arquitectura’. Ramón Folch es Doctor en Biología y socioecólogo, dedicado a la investigación y la gestión territorial y urbanística desde una aproximación sostenibilista, enfoque que él mismo ha contribuido a definir y desarrollar. Es miembro del Capítulo Español del Club de Roma y ha sido presidente del Consejo Social de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), consultor en gestión ambiental de la Unesco, miembro y secretario general del Comité Español del Programa MAB/ Unesco, miembro del Comité de la Unesco para el Seguimiento de la Conferencia de Río y titular de la Cátedra de Metatecnia Ambiental y Socioecología del Instituto Catalán de Tecnología.

En su exposición, Folch fue contundente: “con un diseño y un desarrollo eficiente se puede reducir el consumo de un edificio hasta un 400%”, diferenciando entre ser eficiente y ahorrar: “ser eficiente es tener los mismos lúmens pero con un consumo de 40 ó 30W, mientras que ahorrar es apagar la luz cuando salimos de una habitación”.

Para Folch, en los próximos 50 años la mayor parte de la energía será eficiente, “por lo que deberíamos poder prescindir de las no renovables”.

Por otra parte, y en cuanto al tema de los costes, quiso hacer hincapié en un dato aportado con anterioridad: las mejoras para lograr la eficiencia energética en un edificio sí salen más caras “si solamente se tiene en cuenta todo lo relacionado con la construcción y el gasto realizado en ella. Pero si se tiene también en cuenta todo el ahorro en gestión y mantenimiento, es más barato, analizando claro todo el ciclo de vida del edificio”.

El profesor Folch puso a modo de ejemplo de un edificio diseñado ya desde el concepto de la eficiencia energética: el Edifiiiiiiiicio de Layetana en la Plaza Europa de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona). “Hecho de acero reciclado, de alta calidad y testado, es un edificio diáfano, aporta una gran luminosidad en el interior”. Sin embargo, también quiso trasladar un mensaje a los asistentes “es imposible que un edificio sea autosuficiente si además quiere ser oneroso. Si requiere mucha energía, jamás podrá autoabastecerse”. Aunque tiene claro que hoy en día, la sostenibilidad ya es un valor añadido a la arquitectura. “No es una opción, es una exigencia”. Así, apuntaba que a la hora de pensar y diseñar un nuevo edificio, deben tenerse en cuenta determinados factores que durante mucho tiempo han sido tenidos muy poco en cuenta. Desde la elección del lugar hasta la orientación, optimizar el comportamiento del edificio, reducir el impacto ambiental de los materiales —“traerlos de Polonia porque salen más baratos no es sostenible”—, reducir las emisiones de gases, maximizar la salubridad y el confort o reducir la demanda de energía y agua son algunos de estos requisitos. “Y todos ellos deben recogerse ya en los inicios del ‘briefing’ del propio promotor, no introducirlos a posteriori”.

Ramon Folch quiso dejar patente la diferencia entre ser eficiente y ahorrar...
Ramon Folch quiso dejar patente la diferencia entre ser eficiente y ahorrar: “ser eficiente es tener los mismos lúmens pero con un consumo de 40 ó 30W, mientras que ahorrar es apagar la luz cuando salimos de una habitación”.

La mañana continuó con un plato fuerte, la mesa redonda compuesta por el propio Ramon Folch, el primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Jordi William Carnes, Santiago Mercadé —consejero delegado de Layetana Inmobiliaria— y Oriol Barrachina —director en Barcelona de Cushman&Wakefield. El debate sobre las oficinas sostenibles en Barcelona fue el asunto principal de la mesa, donde se debatió la importancia que se otorga en la actualidad al desarrollo de la Ciudad Condal y el papel que en ello ocupan los inmuebles destinados a empresas, sobre todo la nueva hornada de edificios, zonas en auge y nuevos desarrollos. En este capítulo, la demanda de los usuarios y cómo afecta a las rentas la aplicación de políticas verdes en edificios de nueva construcción, atrajo comentarios y opiniones de la mesa y del público presente en la sala.

En este sentido, el representante de Layetana apuntó que el tema de la sostenibilidad “no es un tema ni puntual ni casual. Se trata de una cuestión global que afecta a toda la sociedad, empresas, ciudades... y que tiene una trascendencia que los liga a todos”. Y es que, efectivamente, la sostenibilidad en la vida diaria afecta tanto a un biólogo como un transportista o un promotor, en un proceso que Mercadé definió como “una tendencia irreversible causada en respuesta a motivos un 90% económicos y por la ruptura que supuso a principios del s.XX de lo nuevo respecto lo antiguo, cuando creímos que todo era posible pero que ha conllevado un derroche tal que ahora, la propia economía, nos hace replantear qué estamos haciendo”. Porque está claro que tanto ponentes como asistentes coinciden en que debemos dejar de contaminar tanto, “ya sea por razones medioambientales o económicas, la cuestión es que se planteen y se apliquen las nuevas tendencias, porque no queda más remedio que adoptarlas”.

Asimismo, el propio Mercadé explicó que hay también que tener en cuenta que se debe tratar el tema no solo desde el punto de vista de los nuevos edificios, sino también de los ya existentes, que deben reacondicionarse. Sin embargo, apuntaba que “las administraciones van por detrás en estos temas y por norma son visionarios u ONGs las que tiran el carro en pos de la sostenibilidad”.

En la mesa redonda se planteó, más allá del diseño de los futuros edificios sostenibles, el problema de convertir en eficientes a los que ya existen

En su turno de palabra, Oriol Barrachina, de la consultora Cushman&Wakefield, explicó que en los últimos años, en el mundo inmobiliario, se ha hecho poco caso a un ‘actor’ de este teatro: el usuario final. “No sabemos qué quiere. Pero cuando este usuario quite de su lista de promotores ‘aceptables’ a determinadas empresas, entonces veremos cómo el mercado sí exige la sostenibilidad como valor añadido”. Por ello, Barranchina apuntaba el papel que las consultoras pueden hacer en este apartado: “ser la voz del futuro ocupante. Por ello es interesante estar en el ‘briefing’ del edificio, con el promotor”. Por otra parte, también apuntaba la necesidad de realizar una cierta función de pedagogía al lenguaje, porque ya no basta hablar de rentabilidad: “ahora hay que hablar en términos de medición de consumos, ahorros, etc.”.

Por otro lado, igual que Santiago Mercadé, para Barrachina los edificios ya existentes serán el verdadero problema. ¿Qué hacer con todo el parque de oficinas que si no se adaptan quedará obsoleto?. Muchos no cumplen ninguna de las normas de todos los requisitos medioambientales que se han estado aprobando. “Situados además en la trama urbana tradicionalmente conocida como ‘prime’, cuando la mayoría de los nuevos inquilinos buscan promociones nuevas ubicadas en zonas diferentes, como Plaza Europa, 22@, las promociones de Cornellà...

El broche institucional lo puso el primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Williams Carnes, que empezó su exposición con una reflexión: “se legisla desde Europa, lo que supone una ventaja pero también un problema. Y es que se legisla desde la perspectiva del norte de Europa, no del sur. Así, existe un cierto desequilibrio en cuanto al quórum en la toma de decisiones. Pero como las legislaciones están aprobadas y hay que cumplirlas, nos inventamos una serie de fórmulas para adaptarlas, mediante trasposiciones a la ley estatal y reglamentos autonómicos, a la idiosincrasia de cada país. Y todo ello lo tienen luego que aplicar los ayuntamientos!, unos ayuntamientos cuyo día a día es tan exigente que no nos permite plantearnos el futuro”.

Tras esto, Williams Carnes explicó que, desde el punto de vista estrictamente de su cargo —responsable de Hacienda que es— el tema de la sostenibilidad no es un tema prioritario “en tanto que ideal. Lo que sí me importa es el tema del ahorro. Así que en este sentido, sí que me interesa la sostenibilidad. Y si tenemos que invertir, lo hacemos, pero siempre a condición de tener un retorno”. Sin embargo, el primer teniente de alcalde también puso el dedo en la llaga a uno de los problemas de hoy en día y es el consumo desmedido: “hay que cerrar el grifo. Porque se acabó la fiesta pero algunos todavía no se han enterado y siguen consumiendo igual”, consciente sin embargo que cambiar los hábitos de consumo es realmente difícil porque “hemos generado unas necesidades que quizá no podremos pagar”.

La mesa redonda estuvo compuesta por Ramon Folch, el primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Jordi William Carnes...
La mesa redonda estuvo compuesta por Ramon Folch, el primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Jordi William Carnes, Santiago Mercadé —consejero delegado de Layetana Inmobiliaria— y Oriol Barrachina —director en Barcelona de Cushman&Wakefield.

Tras estas exposiciones se generó un debate en que el coste fue de nuevo protagonista. Para Jordi Puig, de CB Richard Ellis, en calidad de asistente a la jornada, expuso que, en su opinión, “es posible que en cuanto el cliente se mueva por precio acabe descubriendo la sostenibilidad por el ahorro que conlleva, por lo que la crisis tendrá en ello un efecto positivo en este sentido”. En la misma línea, Oriol Barrachina afirmó que “hoy en día el mercado se mueve en lo que denominamos ‘only for money’, pero no en referencia a dinero, sino en términos económicos, donde también entran conceptos como el ahorro o la eficiencia”.

Por su parte, Santiago Mercadé, incidió en que es vital que un edificio sea también eficiente “para el que lo usa. Y eso lo han olvidado muchos arquitectos. Al igual que debe integrarse en la ciudad, es necesario también que se integre en el mundo, que no consuma más de lo necesario”.

Ramon Folch puso el énfasis en la necesidad de una regulación que acompañe este proceso: “no busquemos soluciones tecnológicas a cuestiones que pueden resolverse solamente desde el aspecto público. La función del regulador es muy importante. ¿Por qué ya no existen cubiertas de Uralita? Porque se prohibió el fibrocemento. No porque no funcionara técnicamente, en realidad iba muy bien, fue una cuestión legislatoria”.

A continuación un bloque de Arquitectura Sostenible, con las intervenciones de Luis Alonso (de Alonso Balaguer), Joan Sabaté (de SaAS) y Javier Framis (de L35 Arquitectos), que aportaron la aplicación práctica de casos de éxito realizados por sus diferentes estudios.

Ambos presentaron proyectos realizados por sus estudios y las fórmulas y soluciones empleadas para adaptarse precisamente a los nuevos estándares y exigencias en cuanto a temas medioambientales. Alonso habló también de su particular filosofía: la ‘promiscuidad funcional’. Esto es, integrar el máximo número de funciones posibles a un mismo edificio, obteniendo la máxima sostenibilidad “porque permite sacar el máximo provecho a la instalación. Porque sostenibilidad no es poner placas fotovoltaicas en el tejado, sino tener un edificio funcionando el máximo de horas con funciones diferentes según las horas, de modo que permita rentabilizar esta obra”.

La ciudad compacta como modelo

Luis Alonso también comentó los últimos desarrollos en cuanto a complejos de oficinas, ejemplos, a su entender, de ‘ciudad compacta’. Es el caso del proyecto de Plaza Europa (en L’Hospitalet de Llobregat, Barcelona), “un modelo sostenible económicamente, en el que ganar espacio en altura les ha permitido recuperar y regenerar las zonas colindantes, liberando espacio por la sociedad en modo de zonas verdes”.

Asimismo, también reivindicó el uso del prefabricado en estos proyectos: “tiene un enorme potencial y, además, acorta los plazos de ejecución de manera importante”.

Para Alonso, incluso construcciones como aparcamientos pueden suponer todo un hito en cuanto a sostenibilidad, poniendo de ejemplo el Espacio Baronda, en Esplugues de Llobregat (Barcelona), donde su estudio también tiene su nueva sede, o el aparcamiento en Viladecans para Iberdrola, sin necesidad de iluminación ni ventilación forzada y con fachada verde.

Alonso habló de su filosofía llamada ‘promiscuidad funcional’...
Alonso habló de su filosofía llamada ‘promiscuidad funcional’: integrar el máximo número de funciones posibles a un mismo edificio, sacando el máximo provecho a la instalación”.

Por su parte, Joan Sabaté, de SaAS, comentó en su turno de palabra que “para que un edificio sea sostenible tiene que ser, de entrada, muy poco demandante. Así que en nuestro clima, el muro cortina es un enemigo para reducir la demanda energética”.

Y puso como ejemplo la fachada del Banco de Tejidos, “cuyo diseño y materiales ha resultado mucho más sostenible que el mejor muro cortina”. Asimismo, comentó que el clima mediterráneo “es mucho más eficiente diseñar un edificio con free-cooling (enfriamiento natural mediante la recirculación de aire exterior) ante un sistema de recuperación de calor, un concepto mucho más adecuado para el norte de Europa”.

Finalmente, Javier Framis, comentó el edificio Ecourban, un complejo de oficinas y aparthotel construido en la zona del 22@ que, para sus promotores de Hábitat, “es un punto de referencia de los edificios sostenibles”. En él, diseñado por el experto en este tipo de edificios William McDonough —exigido por la misma promotora— participó el estudio al que pertenece Framis, L35 Arquitectos. Él mismo explicó algunas de las características de este proyecto: “edificios con cubierta vegetal y con climatización interior mediante ventilación forzada desde el falso suelo”.

Una de los capítulos más actuales en la sostenibilidad son las certificaciones existentes y cómo acceder a ellas. Por este motivo, Carlos Alonso (de Davis Langdon-DEGW) realizó una interesante comparativa entre las certificaciones LEED y BREEAM, y su relevancia para los edificios existentes.

Alonso quiso dejar constancia sin embargo de varios hechos que, no por obvios, dejan de sorprendernos a veces: “el metro cuadrado más sostenible es aquel que no se ha construido” o “Un Leed de oro no lo es si no está ocupado. Vacío, no es un edificio sostenible”.

Su disertación se basó principalmente en analizar ante los asistentes las diferencias, pros y contras de cada uno de los dos certificados.

Asimismo, expuso el ejemplo del Distrito C de Telefónica, un proyecto sostenible que, sin embargo, ni sigue a pies juntillas ninguno de los dos certificados. “Se ha diseñado de tal modo que, del 38-40% de todos los empleados que trabajan en el edificio no pueden coincidir más de dos de cada tres a la vez en el edificio. Eso es así porque se calculó que la empresa tiene empleados móviles o súper móviles que en pocas ocasiones están en su edificio”. (Súper móviles: que pasan más del 50% del tiempo fuera de la oficina, como sería el caso de los comerciales).

Posteriormente, en el bloque de tecnología aplicada a la medición y el desarrollo de la sostenibilidad en los edificios de oficinas, Elena Muñoz (de Cisco Systems) abordó cómo Internet actúa como plataforma de sostenibilidad en los edificios. Arnau Homedes, de Schneider Electric, por su parte expuso las aplicaciones tecnológicas y algunos ejemplos de su compañía en la Eficiencia Energética. Por último, un avance técnico de Schott, en concreto el vidrio fotovoltaico, fue presentado por Isabelle Saulnier, de dicha compañía.

En opinión de Jorge Zanoletty Larrea, presidente de World Office Forum (WOF), el evento es de importancia capital no solo para el mercado inmobiliario y los edificios de oficinas y sus ocupantes, las empresas. “Se trata de un avance del futuro, de una puesta al día de cómo evoluciona la sociedad en la que hoy vivimos. Existe una cierta conciencia pública de que la sostenibilidad de este tipo de edificios es una ‘cuestión técnica’. Ciertamente hay un componente tecnológico y de innovación. Pero las implicaciones financieras –por cuestiones de alquiler o inversión– o de gestión son de tal calibre que yo recomendaría a directores generales o presidentes de las compañías propietarias que no se diesen por satisfechos con que su director técnico ya conozca estos temas. Su implicación, en aspectos tales como la reputación corporativa o la pura cuenta de resultados en un entorno de costes energéticos crecientes, obliga a que todos los profesionales aprendan, aprendamos, porque la trascendencia de esta cuestión no hará sino crecer en el futuro. Así que, WOF Green Office es un foro dirigido a todos, desde responsables máximos a gestores, técnicos, arquitectos, usuarios y todo tipo de asesores”.

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