Las industrias del envase y la distribución se enfrentan a objetivos y medidas que deben cumplir los plazos exigidos por el futuro Real Decreto y que pueden suponer un reto para las empresas
Retos para el envase de plástico en España. Claves para cumplir con el futuro real Decreto de Envases y residuos de Envase
Paula Torrijos, técnica de Proyectos en el centro tecnológico Itene
21/03/2022España se suma a la iniciativa por el cambio y trabaja en varias disposiciones que permitan lograr esa transición en nuestro territorio en línea con los objetivos marcados por Europa.
Por un lado, el Proyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados está en sus últimos trámites antes de publicarse oficialmente, lo que se prevé que tenga lugar en la primavera de este año. El objetivo de este documento es mejorar la gestión de los residuos generados en España y minimizar su impacto sobre el medio ambiente, siempre en línea con la jerarquía de desechos.
Por otro lado, el Proyecto de Real Decreto de Envases y Residuos de Envase se sometió a consulta pública a finales de septiembre de 2021. Este documento está enfocado principalmente en la gestión de los envases y su fin de vida para mitigar su impacto.
En concreto, estructura su contenido en base a la jerarquía de residuos y establece objetivos y medidas para alcanzarlos.
En materia de prevención, destaca la reducción de la generación de envases en un 13% y un 15% de cara a 2025 y 2030, respectivamente. También resaltan el apoyo a la venta a granel, la reducción a la mitad del consumo de botellas de bebidas de plástico de un solo uso para 2030 y el fomento de los estudios de análisis de ciclo de vida y de diseño.
Los objetivos de reutilización se centran en los envases para bebidas, a nivel doméstico y del HORECA (hoteles, restaurantes y caterings), además de en envases de otras aplicaciones en los ámbitos doméstico, comercial e industrial, para los que se han marcado objetivos para 2025, 2030 y 2035.
Desde 2015, la reciclabilidad de los envases ha cobrado importancia y en este documento se refuerza la apuesta por esta al establecerse que todos los envases comercializados en el territorio sean reciclables en 2030 y, cuando sea posible, reutilizables.
También se incluyen las tasas de reciclado de envases que marcaba la Directiva 2018/852, y se extiende la obligación de introducir material reciclado en el resto de envases de plástico, además de en los envases para bebidas, ya contemplados en la Directiva 2019/904.
En otro orden de cosas, el marcado en los envases cobra relevancia y se detallan instrucciones para la comunicación de los envases compostables, siguiendo la norma UNE-EN 13432, o los envases reutilizables, indicando su correcta gestión. Respecto a la composición, reciclabilidad o contenido reciclado del envase en cuestión, su comunicación siempre se realizará de manera voluntaria, pero será necesario asegurarlo mediante certificados en los dos últimos casos.
Nuevos retos para la industria
Las industrias del envase y la distribución se enfrentan a objetivos y medidas que deben cumplir los plazos exigidos por el futuro Real Decreto y que pueden suponer un reto para las empresas.
El alcance de estos fines debe asegurar la protección, la contención y el transporte del producto envasado de manera segura para su consumo o para evitar roturas o la insatisfacción del cliente.
Con ayuda de la metodología del ecodiseño es posible alcanzar la reducción del uso de materiales y recursos, así como otros objetivos necesarios para un envase sostenible, como la reutilización o la reciclabilidad. Este método está basado en la adopción de decisiones por parte de un equipo multidisciplinar que pueda asegurar que los cambios a realizar son viables a nivel técnico, económico y medioambiental.
La reutilización de los envases puede permitir minimizar la cantidad de residuos generados al final del ciclo de vida. Esto se debe a que al utilizar varias veces el mismo envase se evita el producir una mayor cantidad de recipientes que deben ser gestionados de forma adecuada, con los costes directos e indirectos que pueden conllevar.
El mayor reto de los envases reutilizables reside en el diseño, que debe ser apto para su reacondicionado y relleno, así como en el establecimiento de un sistema óptimo y eficiente adaptado a las particularidades de cada envase. Por ejemplo, un circuito que permita recoger, lavar y rellenar envases de bebidas del canal HORECA, envases industriales o incluso un sistema de relleno en el propio lugar de venta para los envases domésticos.
Por otra parte, destacan la reciclabilidad y la compostabilidad de los envases que, en su fin de vida, deben poder ser valorizados de manera que no acaben en el vertedero o incinerados sin aprovecharse sus recursos. En este caso, la clave reside en el diseño y el desarrollo de envases que se adecúen a los sistemas de gestión de residuos, las plantas de selección y, en última instancia, los procesos de reciclado actuales.
El reciclado supone un desafío especialmente para los envases de plástico destinados al contacto con alimentos o productos cosméticos. Estos materiales deben mantener la seguridad del producto y evitar que los posibles contaminantes migren hacia el mismo, pudiendo perjudicar la salud del consumidor. Para lograrlo, es necesario que los procesos de reciclado aseguren la trazabilidad del material y su origen a la vez que se eliminan los contaminantes e impropios que puedan llevar los residuos. Además, estos procesos de reciclado deberán estar aprobados por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) para asegurar su efectividad.
La consecución de estos objetivos se puede llevar a cabo mediante el análisis en detalle del envase, su función y su aplicación final. Esta evaluación preliminar permite extraer puntos débiles del envase susceptibles de mejorarse con el fin de lograr su reducción, reutilización, reciclado o compostabilidad, así como la introducción de material reciclado.
Una vez seleccionadas las vías de actuación y las alternativas, se puede emplear el ecodiseño para asegurar el éxito del proyecto mediante la optimización del envase, la búsqueda de nuevos materiales o proveedores y el desarrollo de prototipos o pruebas de concepto, además de la evaluación mediante ensayos de validación que permitan demostrar si los cambios efectuados cumplen los objetivos definidos en el proyecto.
Por último, y una vez validado el envase, se podrá demostrar su conformidad con las normas armonizadas en cuanto a prevención (UNE-EN 13428), reutilización (UNE-EN 13429), reciclado (UNE-EN 13430), compostabilidad (UNE-EN 13432), o introducción de plástico reciclado (UNE-EN 15343).
Con ayuda de la I+D+i, el camino hacia la consecución de los objetivos resulta más accesible, por lo que lograr un envase más sostenible y en línea con la legislación actual ya no es una tarea imposible.