Cómo impacta el diseño de la hélice en el rendimiento
Los avances tecnológicos permiten hoy diseñar hélices a medida de cada embarcación, ajustando variables como el paso, el número de palas, el diámetro o la curvatura para lograr un equilibrio óptimo entre potencia, consumo y rendimiento hidrodinámico. El uso de simulaciones por dinámica de fluidos computacional (CFD) y bancos de ensayo en túneles de agua permite prever con gran precisión cómo se comportará una hélice en condiciones reales, lo que reduce errores de ajuste y maximiza la eficiencia desde el primer momento.
Tal y como detalla Diego Sánchez, director del área de Servicio Posventa de Touron, “el diseño de la hélice tiene un impacto directo y decisivo sobre el comportamiento de la embarcación. Una hélice adecuada puede mejorar notablemente la aceleración, el planeo, la velocidad máxima, la maniobrabilidad y, especialmente, la eficiencia del combustible. Así, un diseño optimizado reduce la carga sobre el motor, prolonga su vida útil y permite una navegación más suave y económica”. Mientras que Andrei Pilu, director de Vetus España & Portugal, opina que “el diseño de la hélice tiene un impacto directo en el rendimiento global de la embarcación. Una hélice bien dimensionada mejora la transmisión de potencia, reduce el esfuerzo del motor y puede recortar el consumo de combustible de forma significativa. Además, contribuye a disminuir vibraciones y cavitación, lo que se traduce en mayor confort y mejor maniobrabilidad”. Y John McK Blundell, propietario y fundador de Kiwiprops, manifiesta que “si hablamos de retos, optimizar una hélice concreta para una embarcación concreta sigue siendo un desafío para los fabricantes, dada la gran variedad que existe entre las distintas embarcaciones en términos de desplazamiento, coeficiente prismático, eslora, carga de la embarcación, resistencia al viento y, lo que es más importante, ángulo del eje. El diámetro, la superficie de las palas, el número de palas, el paso y la revoluciones por minuto son variables fundamentales a la hora de dimensionar una hélice óptima”.
En definitiva, un diseño optimizado permite transmitir mejor la potencia al agua, reducir el esfuerzo del motor y mejorar parámetros como la aceleración, la velocidad de planeo y la maniobrabilidad. Esta eficiencia se traduce, además, en una disminución del consumo de combustible y en una navegación más suave, con menos vibraciones y cavitación, lo que también incrementa el confort a bordo y prolonga la vida útil del motor.
El reto, sin embargo, radica en la enorme variedad de factores que influyen en el comportamiento de una hélice: desde el desplazamiento y la eslora de la embarcación hasta la carga, el ángulo del eje o la resistencia al viento. Por eso, cada diseño debe tener en cuenta variables como el diámetro, el paso, el número y la superficie de las palas, y las revoluciones por minuto.
El futuro: hacia dónde se dirige la evolución de las hélices
En los próximos años, la propulsión marina deberá responder no solo a criterios de rendimiento, sino también a exigencias crecientes de sostenibilidad, personalización y adaptación a nuevos sistemas energéticos. Así, tecnologías como la fabricación aditiva (impresión 3D en metal), el diseño paramétrico y la simulación CFD seguirán ganando protagonismo, permitiendo crear hélices más eficientes, ligeras y adaptadas a cada tipo de casco o motor.
La transición hacia motores eléctricos e híbridos es una de los retos del futuro. Estos sistemas, que operan de forma diferente a los propulsores convencionales, requieren hélices especialmente diseñadas para ofrecer un rendimiento a bajas revoluciones y con una entrega de par distinta. En paralelo, se avanza hacia una mayor integración entre hélices y sistemas de control inteligentes, que permitirán ajustes dinámicos y un mayor nivel de precisión operativa.
El desarrollo de materiales más sostenibles y resistentes, junto con el uso de herramientas de simulación avanzada, también están abriendo nuevas posibilidades en términos de diseño personalizado, eficiencia energética y durabilidad. En este contexto, la seguridad y el confort a bordo -a través de la reducción de vibraciones y ruidos- seguirán ganando importancia.
Según considera Diego Sánchez, director del área de Servicio Posventa de Touron, “como tendencia de futuro, esperamos una evolución hacia hélices cada vez más integradas con sistemas de control inteligentes. También anticipamos un crecimiento en el desarrollo de hélices específicas para embarcaciones eléctricas e híbridas, así como una mayor especialización por tipo de uso. Las hélices del futuro deberán combinar eficiencia energética, durabilidad y precisión, adaptándose al estilo de navegación del usuario. Por último, la seguridad también será un pilar clave”. Mientras que para Andrei Pilu, director de Vetus España & Portugal, “de cara a los próximos años, muy probablemente la evolución de las hélices estará muy ligada a la electrificación, que exigen diseños más eficientes a bajas revoluciones. También veremos una mayor integración con sistemas de control inteligentes y una apuesta clara por materiales más sostenibles. La personalización mediante herramientas digitales y simulación permitirá afinar aún más el rendimiento según cada aplicación”. Y John McK Blundell, propietario y fundador de Kiwiprops, destaca que “una de las tendencias de futuro que estamos observando que puede perjudicar la evolución de las hélices es la instalación de unidades de chorro, que contienen un impulsor en lugar de una hélice y cada vez son más comunes por varias razones, sobre todo en embarcaciones más grandes, de mayor potencia y velocidad”.
De esta manera, la categoría de hélices se prepara para una etapa marcada por la integración tecnológica, la electrificación y una demanda cada vez más orientada a la eficiencia y la personalización. En los próximos años, el mercado se alejará del modelo estándar para adoptar soluciones cada vez más específicas, diseñadas para responder a las necesidades concretas de cada tipo de embarcación, estilo de navegación y sistema de propulsión.
En conclusión, el mercado se encamina así hacia una hélice más inteligente, personalizada y eficiente, con un papel cada vez más estratégico en el rendimiento global de la embarcación.








