Hélices: tecnología, eficiencia y personalización para una mejor navegación
En los últimos años, la categoría de hélices ha experimentado una transformación, impulsada por la demanda creciente de eficiencia energética, la evolución tecnológica de los motores -especialmente con la electrificación- y la sofisticación del diseño naval. Así, el mercado de hélices para embarcaciones recreativas se encuentra inmerso en un proceso de innovación constante, en el que intervienen nuevos materiales, técnicas avanzadas de cálculo y diseño hidrodinámico, y una visión cada vez más personalizada y adaptativa.
Del rendimiento de las hélices depende la eficiencia de la propulsión, el consumo de combustible, la maniobrabilidad y, en definitiva, la experiencia de navegación. Hoy en día, las hélices están en una continua transformación, impulsada por la innovación tecnológica, los cambios en los hábitos de navegación y la creciente demanda de sostenibilidad.
De esta manera, en la era de la eficiencia, la digitalización y la navegación responsable, las hélices han dejado de ser meros accesorios para convertirse en protagonistas silenciosos del rendimiento náutico. Su diseño, ajuste y mantenimiento impactan directamente en la experiencia del usuario, en la sostenibilidad en la rentabilidad operativa de cada embarcación. Así, Gonzalo Davo, patrón profesional responsable de ventas de AD Náutica Denia (Grupo Mundo Marino), considera que “la hélice es uno de los componentes más importantes en cualquier barco de recreo, aunque muchas veces se le presta menos atención de la que merece. Elegir una hélice inadecuada puede derivar en cavitación, vibraciones, pérdida de velocidad, sobreconsumo de combustible e incluso acortar la vida útil del motor. Cada embarcación tiene unas características que deben tenerse en cuenta para una elección correcta: la eslora, el tipo de casco, el peso, la potencia instalada y el uso previsto (paseo, pesca, travesía, transporte de pasajeros, etc.)”.
Este reportaje ofrece una panorámica actualizada de los factores clave que están definiendo la evolución del sector: las tendencias del mercado, las tecnologías emergentes, los desafíos del diseño, y el papel fundamental que juega la hélice en el rendimiento global de cualquier unidad.
Evolución de la categoría de hélices
La hélice se ha convertido en una pieza clave para optimizar el rendimiento del barco y reducir costes de operación, especialmente en términos de consumo. Los datos que manejan los fabricantes y distribuidores del sector apuntan a un crecimiento sostenido en la demanda de hélices. Esta evolución no solo responde al aumento de flota, sino también a la renovación y optimización de embarcaciones ya existentes.
Uno de los factores que más ha influido en la evolución de la demanda es la búsqueda de soluciones personalizadas. En la actualidad, cada vez más propietarios —especialmente en esloras medias y altas— solicitan estudios específicos para determinar cuál es la hélice más adecuada para su barco, considerando no solo el tipo de motor, sino también el uso habitual, el perfil de navegación (deportivo, crucero, regata, etc.), la carga habitual y las condiciones del entorno marino.
Además, el factor sostenibilidad ha llevado a redoblar los esfuerzos en eficiencia hidrodinámica: una hélice mal ajustada puede suponer incrementos de consumo del 10% al 20%. En este contexto, la elección adecuada se convierte en una medida directa de reducción de la huella de carbono.
La evolución tecnológica también ha dejado huella en la categoría. En los últimos años se ha registrado un avance notable en el desarrollo de hélices con materiales innovadores —como composites reforzados o aleaciones ligeras—, que ofrecen mejoras en peso, resistencia a la corrosión y durabilidad. Además, el uso de recubrimientos antifouling específicos para hélices ayuda a reducir las incrustaciones y mantener el rendimiento a lo largo del tiempo.
Tal y como detalla Diego Sánchez, director del área de Servicio Posventa de Touron, “en los últimos años, hemos observado una creciente demanda de hélices que ofrecen un rendimiento óptimo y una mayor eficiencia en el consumo de combustible. Los navegantes buscan cada vez más personalizar sus embarcaciones para adaptarlas a usos concretos: pesca, navegación de recreo, deportes acuáticos o largas travesías. Además, el aumento de la conciencia medioambiental ha llevado a los usuarios a optar por soluciones que maximicen la eficiencia energética y minimicen las emisiones, sin comprometer el rendimiento”. Por su parte, Andrei Pilu, director de Vetus España & Portugal, considera que “en los últimos años, la demanda de hélices de propulsión para motores intraborda ha tenido un crecimiento muy conservador dentro del sector de la náutica recreativa. Esto se debe principalmente a una tendencia clara y sostenida hacia el uso de motores fueraborda. Entre los factores que explican este cambio están la preferencia del mercado por soluciones más sencillas y versátiles, y el auge de nuevas tecnologías de propulsión, como los sistemas híbridos y eléctricos. Como resultado, aunque sigue existiendo una base sólida para hélices intraborda, su evolución es mucho más contenida frente al dinamismo del segmento fueraborda y las nuevas alternativas tecnológicas”. Y John McK Blundell, propietario y fundador de Kiwiprops, valora que “según nuestro punto de vista, en los últimos años hemos observado una caída de la demanda de hélices para yates de vela. Aun así, los inevitables problemas de corrosión que provoca el agua salada hacen que siempre haya un mercado de hélices de recambio para las embarcaciones más antiguas”.
En los últimos años, el mercado ha registrado un claro aumento en la demanda de hélices más eficientes, capaces de mejorar el rendimiento global de la embarcación y reducir el consumo de combustible, reflejo de una mayor sensibilidad hacia la optimización energética y la reducción de emisiones. Así, Juan José Arnilla, responsable técnico de Estupenda Náutica, detalla que “la demanda ha evolucionado hacia hélices más eficientes, personalizadas y respetuosas con el medio ambiente. El auge de los motores eléctricos, la búsqueda de reducción de consumo y emisiones, y el incremento de la navegación a motor en zonas protegidas son factores clave”.
El usuario actual también tiende a buscar soluciones más personalizadas, adaptadas a usos específicos como la pesca, el crucero recreativo, los deportes acuáticos o las travesías de larga distancia. Esta necesidad de personalización está generando un entorno más técnico y especializado, donde el diseño y el ajuste de la hélice se conciben como una parte estratégica del conjunto propulsor. De esta manera, Guillermo Alonso, gerente de Proborda, especifica que “con las hélices, lo que vemos es que muchos clientes llegan buscando directamente una mejora en el rendimiento del barco. Ya sea porque notan que el motor no rinde de forma adecuada, que el consumo se ha disparado o que la embarcación no alcanza la velocidad que debería, cada vez son más conscientes de que una hélice adecuada marca la diferencia. A veces vienen con una referencia antigua y quieren sustituirla, pero otras simplemente buscan una opción que se adapte mejor a su tipo de navegación. Aquí es clave entender bien el uso que dan al barco y orientarles con lógica para que acierten”.
Tecnología, personalización y posventa: claves en la evolución actual de las hélices
En la última década, la categoría de hélices ha ganado posiciones gracias al desarrollo de software de simulación hidráulica, avances en materiales y la integración con sistemas de propulsión inteligentes. Además, las marcas han intensificado su inversión en I+D, con soluciones cada vez más personalizadas según tipo de embarcación, patrón de uso y tipo de motor. De esta manera, Juan José Arnilla, responsable técnico de Estupenda Náutica, considera que “en la actualidad, están surgiendo hélices con diseño asistido por software CFD, hélices impresas en 3D y el uso de materiales como compuestos de carbono o aleaciones marinas más ligeras. Todo apunta a una tendencia hacia hélices más silenciosas, más precisas y más sostenibles”. Y Manuel Giovanini, marine service area manager de Yamaha, destaca que “la hélice es el elemento encargado de transmitir la potencia del motor al agua para dar empuje a toda embarcación. Dada su función, es un elemento al que se le pone mucha atención a la hora de su diseño. En motores fueraborda, se utilizan principalmente dos materiales para la fabricación, aluminio para motores de hasta 150HP e inoxidable para motores más grandes”.
Por su parte, la posventa está adquiriendo también un mayor protagonismo. La demanda de hélices de recambio, servicios equilibrados, reparación y restauración ha crecido con fuerza, impulsada por un parque náutico envejecido y por el alargamiento de los ciclos de vida de las embarcaciones. Talleres especializados y distribuidores están ampliando su catálogo y capacidad técnica para atender estas necesidades con garantías.
La sustitución por modelos más eficientes, la reparación o equilibrado de hélices existentes, y la adaptación a nuevas motorizaciones son algunas de las situaciones que han impulsado la demanda de hélices en el canal posventa. Esto ha generado nuevas oportunidades para talleres especializados y distribuidores, que han ampliado su oferta con servicios de asesoramiento técnico, mecanizado a medida y mantenimiento avanzado.
De esta manera, el sector avanza hacia soluciones más inteligentes, eficientes y adaptadas, donde la tecnología, la personalización y el conocimiento técnico son los factores clave que impulsan a la categoría hacia el futuro.
Tendencias actuales en hélices
Las hélices siguen siendo un elemento clave cuya evolución tecnológica avanza con paso firme hacia la eficiencia, la sostenibilidad y la personalización. En la actualidad, las principales innovaciones se centran en mejorar el rendimiento propulsivo y reducir el combustible, lo que se traduce directamente en una navegación más eficiente y respetuosa con el medio ambiente. La irrupción de herramientas como el diseño asistido por ordenador (CAD), la simulación CFD (dinámica de fluidos computacional) y la fabricación adictiva están permitiendo a los fabricantes optimizar cada milímetro de las palas para adaptarse a diferentes carenas, motores y usos.
Para Diego Sánchez, director del área de Servicio Posventa de Touron, “los avances en diseño hidrodinámico, con simulaciones por CFD y ensayos en túneles de agua, permiten obtener perfiles más eficientes y silenciosos. Aunque el aluminio sigue siendo una opción popular por su ligereza y coste, el acero inoxidable se impone en aplicaciones donde el rendimiento y la fiabilidad son prioritarios”. Por su parte, Andrei Pilu, director de Vetus España & Portugal, detalla que “las principales innovaciones recientes en hélices se centran en el uso de simulaciones CFD para optimizar el diseño, el desarrollo de hélices de paso variable más eficientes y la fabricación aditiva, que permite acelerar la creación de prototipos. En cuanto a materiales, destacan los composites como la fibra de carbono, por su ligereza y resistencia, así como nuevas alineaciones de aluminio y bronce marino, que combinan buen rendimiento y durabilidad”. Y John McK Blundell, propietario y fundador de Kiwiprops, afirma que “en cuanto a los materiales, dudamos de que haya habido algún cambio significativo, ya que prácticamente todas las hélices siguen utilizando bronce de níquel y aluminio con la etiqueta AB2, como el material más adecuado para la fabricación de hélices, porque es relativamente fácil de fundir y mecanizar y tiene fuertes propiedades anticorrosivas”.
Tal y como detalla Gonzalo Davo, patrón profesional responsable de ventas de AD Náutica Denia (Grupo Mundo Marino), “existen distintos tipos de hélices en el mercado: hélices de paso fijo (las más comunes, económicas y fáciles de mantener, se usan en la mayoría de embarcaciones de recreo); hélices de paso variable (permiten ajustar el paso según las condiciones de navegación, ofreciendo más eficiencia y versatilidad); hélices plegables (ideales para veleros, ya que reducen la resistencia cuando no se usa el motor); hélices contrarrotantes (utilizadas en configuraciones de doble motor para mejorar la maniobrabilidad y reducir el par). También influye el material: las de aluminio son más asequibles y ligeras; las de acero inoxidable ofrecen más durabilidad y rendimiento; y las de bronce marino o aleaciones especiales son comunes en barcos profesionales o de uso intensivo. Además, es imprescindible cuidar el tratamiento de la hélice. Aplicar un antifouling específico para metales es importante para prevenir incrustaciones, evita la corrosión y mejora la eficiencia hidrodinámica, especialmente en embarcaciones que pasan mucho tiempo amarradas”.
