La cocina como centro de bienestar emocional
08/05/2025
La cocina, además de ser el espacio central de las viviendas, se convierte en un espacio personal donde los gestos cotidianos como cortar, mezclar, servir adoptan un nuevo significado. Y es que en un mundo donde la salud física y mental se han convertido en prioridades, todo lo que hacemos en las cocinas pueden acabar siendo una experiencia del fomento del bienestar personal.
Cocinar despierta habilidades, emociones, formas de vida y puede convertirse en una acción de reflexión, disfrute y de fomento del bienestar personal.
Cocinar ya es un ritual de autocuidado y deja de ser una obligación. Ahora ya es un momento íntimo de reflexión y disfrute. Gracias a esta evolución de estos espacios, el Instituto Silestone invita a explorar las claves para que las cocinas puedan fomentar nuestro bienestar físico y mental.
Ocho efectos que produce el ritual de cocinar
- Reducción del estrés y de la ansiedad: gracias a los movimientos conscientes, la atención y la concentración, cocinar activa todos nuestros sentidos, fomentando la atención plena y ayudándonos a desconectar del ruido mental y las tensiones del día a día.
- Trabajo de la paciencia: cocinar muchas veces requiere tiempo y es por eso que nos enseña a seguir cada paso con la máxima atención. En un mundo donde domina la inmediatez, la acción de cocinar nos ayuda a conectar con el presente y a disfrutar y valorar los pequeños logros del día a día.
- Refuerzo de la autoestima: habitualmente cocinamos para nosotros mismos y es por eso que se fomentan los hábitos saludables, pero tenemos que saber que también hay un refuerzo de la autoestima ya que genera una sensación de logro, orgullo y bienestar personal.
- Aparición de la calma: Una cocina bien iluminada, ordenada y adaptada a nuestras necesidades promueve la tranquilidad. Cuando el espacio acompaña, cocinar deja de ser una tarea más y se transforma en un ritual placentero, en un momento de pausa del que disfrutar, experimentar y reconectar con uno mismo.
- Potencia del mindfulness: sumergirse en el proceso de cocinar nos conecta con el aquí y el ahora. Cocinar de manera consciente es una vía directa para practicar el mindfulness.
- Más vínculos: cocinar acompañado o compartir la comida refuerza y crea la conexión social y el bienestar emocional. Es una nueva forma de compartir una experiencia con otras personas cercanas para establecer más vínculos.
- Estimulación de la creatividad: a veces hace falta ingredientes o no se sabe cómo preparar algunos platos. Es por eso que hay que improvisar, experimentar, probar y trabajar la capacidad de adaptación. Habilidades que van más allá de la cocina, pero que se ponen a prueba en estos contextos.
- Uso de los cinco sentidos: cocinar despierta nuestros sentidos y también nuestras emociones. Con ellos podemos relacionarnos, conectar, viajar a otras situaciones y/o experiencias de nuestra vida cuotidiana.







