Entrevista con Alberto Novoa, presidente de la Federación de Áridos
Director de las revistas Potencia y Canteras y Explotaciones · Interempresas Media
29/09/2025
En vísperas del VII Congreso Nacional de Áridos —Córdoba, del 22 al 24 de octubre—, hablamos con Alberto Novoa, presidente de la Federación de Áridos (Fda) y de la Asociación Galega de Áridos (Arigal), sobre cómo llega el sector a su gran cita. Novoa analiza desde la necesidad de agilizar permisos y mejorar la competitividad, hasta la digitalización de las explotaciones, la transición hacia la sostenibilidad y el papel estratégico del árido en la construcción y la sociedad. Además, adelanta los principales objetivos y novedades del congreso, subrayando la importancia de formar a nuevas generaciones y proyectar una imagen renovada del sector.
¿Qué balance hace de sus primeros meses al frente de la Federación de Áridos?
Ha sido una época intensa. Aun con mi experiencia como presidente de Arigal, la celebración del Congreso Nacional de Áridos supone una dedicación extraordinaria y una cierta tensión en la búsqueda del éxito y la excelencia en el que es el mayor congreso de minería a nivel nacional. A esto hay que unir la intensa actividad del día a día en la Federación y en Aggregates Europe, a nivel europeo, que cada vez requiere mayor atención, teniendo en cuenta que gran parte de la normativa, ambiental y de todo tipo, del sector se gesta en los despachos de Bruselas.
¿Cómo llega el sector de los áridos a la cita del VII CNA?
Creo y espero que lleguemos al convencimiento de que la industria y la Administración han de ir de la mano hacia un futuro más dinámico y que no puede pesar en la voluntad del empresario la sensación de que es el administrado quien está al servicio de la Administración, cuando debería ser a la inversa.
¿Cuáles son hoy los principales retos que afectan a la industria de los áridos en España?
Europa ha querido liderar la lucha contra el cambio climático de una forma extremadamente abrupta y, aunque está rectificando por las irreparables consecuencias en industrias como la del automóvil, entendemos que ha de reflexionar y, aun con garantías de sostenibilidad, favorecer una competitividad de la que hoy no estamos disfrutando. Estas decisiones han de tomarse pensando a largo plazo y, en mi modesta opinión, las autoridades se han precipitado sin tener en cuenta ciclos económicos, costes empresariales, etc. y todo ello se ha intentado gravar con una fiscalidad exageradamente elevada que lleva, reitero, a una falta de competitividad y a la intromisión —legítima— de otros países en el mercado imposible de contrarrestar en igualdad de condiciones.
¿Qué cambios normativos considera más urgentes para facilitar la actividad del sector y mejorar su relación con la Administración?
Su propia pregunta vislumbra que existe debate en el sector y en la sociedad. Vivimos en un ámbito excesivamente regulado, cuando lo que se predicaba desde Europa era un liberalismo económico en el que el mercado y la competencia se encargarían de normalizar las actividades empresariales y de consumo. ¿Qué nos estamos encontrando? Aunque en teoría esa es la base de los tratados europeos, existe una serie de regulaciones que intervienen en el mercado y en la actividad mercantil, lo que conlleva una clara distorsión que incluso hace imposible, en muchos casos, la generación de nueva actividad.
Resulta increíble que tengan que ser los órganos jurisdiccionales europeos quienes corrijan los excesos de los nacionales en la implantación de industrias energéticas o mineras.
Visto esto, entiendo que, dentro de la autonomía normativa de las comunidades autónomas, debe velarse —ya que nuestra Ley de Minas tiene carácter de ‘base’ a nivel estatal— por la unidad de criterios y la seguridad jurídica. Al igual que ha regulado la UE un plazo máximo para la obtención de permisos mineros de carácter estratégico, ha de hacerse lo mismo con el resto de las materias primas, y más con el árido, que es el segundo material más consumido después del agua. Hemos de luchar por esa igualdad de trato y por esa celeridad.
La transición energética y la descarbonización son puntos clave en la agenda de la industria extractiva. ¿Qué papel pueden jugar los áridos en este proceso?
La mayoría de nuestras instalaciones funcionan con electricidad y el principal escollo que nos queda es que la maquinaria eléctrica sea realmente utilizable y competitiva. Hoy aún no lo es, aunque tenemos ejemplos en el ámbito nacional de primeras experiencias con transporte pesado eléctrico. Pero todavía no es factible trabajar tres horas y estar dos más parado y recargando baterías.
En este aspecto de limitación de emisiones, iniciativas como las del transporte ferroviario de camiones punto a punto en el largo alcance me parecen que van en el buen camino y son más realistas. Ahora bien, todo esto ha de ir acompañado de una liberalización real del transporte de mercancías en el ámbito ferroviario, y creo que no hay ni la voluntad ni la infraestructura para lograrlo.
El hecho de ver en Suiza o en Alemania cómo el transporte por carretera es compatible y complementario con el ferroviario genera una gran esperanza en la reducción de la huella de carbono. Pero esa tecla no la tenemos que activar nosotros; está mucho más arriba.
¿Qué medidas se están impulsando para fomentar el uso de áridos reciclados y de origen secundario, y qué barreras aún deben superarse?
El reciclado por sí solo no se sostiene sin el empleo de materias primas naturales y ello debe encaminarnos a que, sin perjuicio de que el sector del residuo tenga su nicho, el extractivo sea también un agente activo en este ámbito, como sucede en el resto de Europa.
¿Cómo está afrontando el sector la digitalización y la introducción de nuevas tecnologías en la producción y gestión de explotaciones?
Con múltiples iniciativas y proyectos de investigación. Por ejemplo, Anefa, que forma parte de la Federación de Áridos, ha desarrollado un interesante proyecto de digitalización llamado DigiEcoQuarry, en un consorcio de 26 entidades de diversas nacionalidades en ámbitos centrados en la digitalización.
Arigal, el Gremi d'Àrids de Catalunya, Arival y Euskal Árido han creado ya sus propias plataformas de transformación digital, como puede ser el ejemplo de Atrazex en Galicia; el Plan de Acción para el desarrollo incremental de la competitividad y el desarrollo industrial en Valencia; el proyecto de medición de huella de carbono y el control de sílice respirable por parte de Euskal Árido; o la reciente propuesta de Cataluña en la que se incluye, en la formación profesional dual, el aprendizaje de manejo de maquinaria pesada mediante un simulador de perfil aeronáutico. Entre otros muchos que están en marcha.
Todos estamos cumpliendo con el cometido de mejorar para ser más competitivos y competentes y, en mi voluntad está que, después del Congreso de Córdoba, la FdA, una vez extraídas las conclusiones del mismo, tenga la iniciativa, en cuanto a optimización de la industria por medio de la digitalización, de desarrollar un proyecto ambicioso que ponga al sector nacional en la vanguardia europea de eficiencia y seguridad. Invitaré a la Junta Directiva de FdA y al equipo de técnicos dependientes de esta, a que, inspirándose en iniciativas de esta índole, inicie un camino hacia la modernidad, que con ayuda de las empresas que forman parte de entidades como la patronal Europea -Aggregates Europe- podamos realizar un proyecto de futuro en lo que no tiene un paso atrás, como es la digitalización total de las explotaciones.
La falta de relevo generacional preocupa a muchas industrias. ¿En qué situación se encuentra el sector de los áridos y qué estrategias propone para atraer a nuevas generaciones?
Esta falta es una realidad que nos preocupa. Y a esto hay que unir la necesidad de recursos humanos que nutran a la empresa de colaboradores que le den vida.
En este último aspecto, hemos de decir que está funcionando de forma correcta e incluso óptima la colaboración público-privada. Por parte de nuestras asociaciones regionales —tal es el ejemplo de Cataluña, Valencia y Galicia— el Gremi d’Àrids de Catalunya, Airval y Arigal han creado, en total colaboración con las administraciones autonómicas, varios ciclos de formación profesional dual, siempre en pro de una mayor integración en la empresa por medio de prácticas tuteladas. Debemos manifestar que es un modelo interesante de capacitación para el alumno y recursos para la empresa, la cual a su vez puede hacer un seguimiento de posibles recursos humanos que engrosen sus plantillas.
¿Cuál es la problemática del sistema? Que estamos ante un sector que se ha ‘vendido’ mal respecto a sus buenas prácticas laborales y a las mejoras en la calidad de los puestos de trabajo en la última década. La minería, por desgracia, se ha asociado históricamente a trabajos precarios y en condiciones laborales dificultosas, y esa no es la realidad. Hoy en día, en el 98 % de las explotaciones, el nivel de protección y de tecnificación laboral ha aumentado enormemente. La nueva maquinaria se maneja desde una cabina presurizada con ordenador y aire acondicionado. Eso dista mucho de la imagen que tiene la ciudadanía y, por ello, eventos como el que se va a celebrar en Córdoba han de servir para hacer pedagogía sobre la realidad del sector y atraer a nuevos activos laborales.
Uno de los problemas históricos del sector es el de la comunicación y la imagen que de él se proyecta en la opinión pública. ¿Qué reflexión hace al respecto?
La segunda cuestión, y es positiva, se resume en que esto ha cambiado. Por ello estamos ante la séptima manifestación del sector en forma de congreso trienal y, en el mismo, aparte de cuestiones técnicas, vamos a tratar multitud de actividades informativas para que el público foráneo pueda observar todo lo que hemos mejorado y aquellos retos de futuro que nos irán llevando a mejor.
Como actividad del propio acto, y en el ámbito que estamos tratando, se entregarán los Premios Nacionales FdA de Desarrollo Sostenible, en un ejercicio de promoción de las acciones, cada vez más abundantes, de buenas prácticas medioambientales, sociales y de desarrollo tecnológico, las cuales han pasado de ser una excepción para convertirse en una norma.
Pronto llegará esta gran cita del sector con la celebración del VII Congreso Nacional de Áridos en Córdoba. ¿Con qué objetivos cuenta esta nueva edición?
Nos centraremos en la sostenibilidad y en la necesidad del recurso y trataremos de promover buenas prácticas laborales y de seguridad como el ADN del sector.
La declaración de mineral como esencial y estratégico es otro de los puntos en que incidiremos durante todo el acto, ya que como vengo repitiendo, nos encontramos ante la materia prima sólida más ‘demandada’ en el planeta. Sin nuestros materiales sería imposible el desarrollo de nuestra sociedad.
¿Qué novedades incorpora el programa del Congreso respecto a anteriores ediciones, tanto en contenidos como en formato?
Se incorpora explícitamente la pretensión de formar parte, de forma directa, de la Hoja de Ruta para las Materias Primas Minerales, además del análisis del grado de avance del Plan Estratégico Áridos 2030 que presentamos en 2022.
Finalmente, aunque en un formato similar a los anteriores, pero más dinámico, se crearán talleres de restauración minera; tendrá lugar en Madrid, de forma paralela, una jornada de habilidades con simulador para que los más jóvenes puedan observar de primera mano lo que es el manejo de maquinaria pesada de última generación.
Igualmente, tendremos una visita a una zona de demostración en Málaga donde, allí sí, podremos observar novedades en cuanto a maquinaria pesada. A ello hay que sumar el resto de los expositores que tendrán su espacio in situ, en la sede del congreso, donde se expondrán todo tipo de herramientas de hardware y software para la mejora de las explotaciones.
¿Qué mensaje lanzaría a nuestros lectores para que se animen a asistir al VII Congreso Nacional de Áridos?
Por ello, lo que se va a tratar en el VII Congreso de Áridos de Córdoba será una puesta a punto de la maquinaria del árido a nivel mundial, y estamos hablando de motores muy potentes, ya que, después del agua, en España cada ciudadano consume 8 kg de arenas y gravas al día y ello debe hacernos ver el alcance de nuestro gremio.
Para concluir, todo el que quiera estar al día de las últimas novedades y participar directamente en cuestiones de calado —como la mesa sectorial del balasto, las diez mesas redondas que se celebrarán, las dos sesiones plenarias, las dieciséis sesiones técnicas con 155 comunicaciones y ponencias— con debates relevantes para el sector; todo empresario que quiera estar al día en nuestro ámbito y en los dependientes de nosotros ha de venir a participar activamente en el acto, ya que de aquí saldrán las nuevas hojas de ruta para el sector. Es la ocasión imprescindible para que los empresarios cojamos el pulso del sector y de las nuevas tendencias y podamos orientar correctamente a nuestras empresas, para hacerlas más eficientes y rentables.
De cara al futuro, ¿qué imagen le gustaría que tuviera el sector de los áridos en la sociedad y en las instituciones dentro de diez años?
Por otra parte, entiendo que el gremio ha de ser más social, más participativo, en la línea que está marcando el Congreso organizado por la FdA, y ello ha de llevarnos a una entente administración-empresa-sociedad en la que se busque el camino complementario hacia la competitividad y las buenas prácticas. Con todo esto podremos surtirnos de los recursos humanos que ofrece el mercado de trabajo, el cual exhibe en estos momentos una tecnificación suficiente para que nuestras canteras y graveras afronten el relevo intergeneracional sin tensiones y para que las empresas tengan un futuro más allá de la primera o segunda generación familiar. Es una filosofía que garantizará el futuro de nuestra sociedad con calidad de vida plena y emprendedores que la sostengan.
"Uno de los mayores retos de la industria de los áridos es la tardanza excesiva en las concesiones, autorizaciones y permisos que ha de obtener la empresa para iniciar este tipo de actividades"
“Europa ha de reflexionar y, aun con garantías de sostenibilidad, favorecer una competitividad de la que hoy no estamos disfrutando”
“La minería, por desgracia, se ha asociado históricamente a trabajos precarios y en condiciones laborales dificultosas, y esa no es la realidad; el nivel de protección y de tecnificación laboral ha aumentado enormemente”
“En el VII CNA nos centraremos en la sostenibilidad y en la necesidad del recurso y trataremos de promover buenas prácticas laborales y de seguridad como el ADN del sector”





































