El VII Congreso Nacional de Áridos: un sector esencial en un mundo cambiante
César Luaces, director general de la Federación de Áridos (FdA)
08/09/2025
Un marco regulador en transformación
Tras el anterior congreso, el Gobierno de España aprobó la Hoja de Ruta para la Gestión Sostenible de las Materias Primas Minerales, que supuso un reconocimiento expreso a la importancia del sector. Más tarde, la Unión Europea tomó conciencia de que debía garantizar el acceso a las materias primas críticas, un movimiento que cristalizó en el Critical Raw Materials Act de 2024. Esta norma obliga a los Estados miembros a crear un marco más favorable para la explotación y el suministro de recursos estratégicos.
En paralelo, con el cambio de Comisión Europea, se ha producido un giro político notable: sin abandonar el Pacto Verde, Bruselas ha situado la competitividad, la autonomía estratégica y la seguridad de suministro en el centro de sus prioridades. La nueva Comisión trabaja en simplificar trámites, reducir cargas administrativas y revisar la legislación ambiental y sectorial que condiciona a industrias como la de los áridos.
Entre la incertidumbre y la oportunidad
Desde el punto de vista económico, la industria de los áridos ha vivido tiempos difíciles, marcados por la inflación y el incremento de los costes energéticos. Sin embargo, poco a poco las empresas han logrado repercutir esos aumentos y hoy disfrutan de márgenes razonables, con una actividad que, aunque mejorable, permite vislumbrar estabilidad. Aun así, persiste un reto comparativo: España sigue en niveles de consumo de áridos —en torno a 3 toneladas por habitante y año— muy por debajo de la media europea.
La buena noticia es que existen expectativas de nuevas inversiones en infraestructuras y edificación, lo que abre la puerta a un crecimiento moderado en los próximos años. Además, decisiones como la elevación de la carga máxima de 40 a 44 toneladas en el transporte por carretera, largamente reivindicadas por el sector, contribuirán a mejorar la competitividad de las empresas.
A pesar de las mejoras, no todo son luces. El sector de los áridos sigue enfrentándose a problemas estructurales que dificultan su desarrollo. En primer lugar, la parálisis administrativa, alimentada por la confrontación política, retrasa autorizaciones y proyectos esenciales. A ello se suma un desafío cada vez más acuciante: la falta de relevo generacional y de personal cualificado, un problema que amenaza la sostenibilidad futura de las empresas. Retos que, aunque no son exclusivos del sector, afectan directamente a su competitividad.
El papel del Congreso
En este contexto de volatilidad e incertidumbre, el VII CNA, adquiere un papel esencial. No es solo un foro de debate técnico, sino una plataforma de interlocución con las administraciones y la sociedad. Aquí se ponen sobre la mesa las prioridades del sector: sostenibilidad, innovación, seguridad, formación y competitividad. Para nosotros es también una cita fundamental ya que nos permite autoevaluarnos a través de una de nuestras principales herramientas, nuestro documento Áridos 2030, un plan estratégico del sector para la sostenibilidad y la rentabilidad.
El Congreso permite consolidar posiciones comunes, mostrar la relevancia de una industria que aporta materiales imprescindibles para la construcción y el desarrollo económico, y reforzar la imagen de actividad sostenible y comprometida con la sociedad. En un momento en que la transición ecológica y digital son banderas de Europa, el sector de los áridos tiene la oportunidad de demostrar que es parte de la solución, no del problema. Por supuesto, también es importante analizar el Reglamento de Productos de la Construcción y seguir acentuando la importancia de la calidad de producto. Y nuestra industria debe seguir creciendo en cuestiones esenciales como la gestión del medio ambiente, la economía circular, la neutralidad climática, etc., donde somos líderes y referentes de la industria de las materias primas.
Una mirada hacia adelante
La industria de los áridos vive, pues, una etapa de transformación profunda. El mundo ha cambiado, y con él, la manera en que se conciben las materias primas. De ser invisibles, han pasado a ser estratégicas, a convertirse en garantes de la competitividad y la autonomía europea. El reto ahora es no quedarse atrás. El sector debe aprovechar este impulso político y social para reclamar lo que siempre ha defendido: que es una actividad esencial, sostenible y moderna, capaz de generar empleo y riqueza en los territorios donde opera.
El VII Congreso Nacional de Áridos llega en un momento clave. En un escenario internacional convulso, sirve de anclaje para la reflexión y la acción. Es, en definitiva, la oportunidad de mostrar que el sector no solo resiste, sino que lidera con propuestas realistas un futuro en el que los áridos seguirán siendo la base material de nuestro progreso.





































