Dermatitis en perros: el enemigo de tu mascota cuando llega el frío
Cuando los termómetros empiezan a bajar, más allá de abrigarnos nosotros, nuestros perros también sufren —y muchas veces silenciosamente— las consecuencias del invierno. El frío, el aire seco y los contrastes térmicos (salidas a la calle + hogares con calefacción) debilitan su barrera cutánea. Esto puede desencadenar problemas dérmicos que, sin atención, se agravan: enrojecimiento, picor, sequedad o lesiones que se vuelven crónicas... Lo que a simple vista podría parecer una simple “piel seca de invierno”, puede convertirse en una dolencia real para tu mascota: la dermatitis canina.
La dermatitis en perros no es una sola enfermedad: se trata de un conjunto de afecciones de la piel caracterizadas por inflamación, picor, pérdida de pelo, enrojecimiento o lesiones, y suelen agruparse bajo distintas causas: alergias, parásitos, hongos, contacto con irritantes o factores ambientales.
Durante el invierno, el principal riesgo viene del propio frío y de los ambientes secos. Al igual que ocurre en humanos, el frío intenso y la bajísima humedad alteran la barrera natural de la piel de los perros, dejándola vulnerable a la pérdida de agua, resequedad, irritaciones e incluso a infecciones.
Si, además, el perro tiene el pelo mojado durante las salidas —ya sea por lluvia, nieve o charcos—, el riesgo aumenta: humedad + frío + piel debilitada pueden provocar brotes más intensos de dermatitis.
Qué perros tienen más riesgo y cuándo prestar atención
No todos los perros reaccionan igual ante el frío. Algunas variables que aumentan el riesgo son:
- Cachorros o perros mayores: su sistema de termorregulación es más débil y su piel más frágil.
- Perros con poca capa de pelo o sin subpelo denso: su protección natural frente al frío es menor.
- Aquellos con antecedentes de alergias, problemas cutáneos o enfermedades crónicas.
- Situaciones de humedad: sal, nieve, agua, sobretodo en patas, vientre o zonas bajas del cuerpo.
Si un perro muestra señales como rascado persistente, zonas rojas, pérdida de pelo, piel seca o agrietada —especialmente tras paseos fríos o húmedos—, conviene actuar cuanto antes.
Cómo prevenir y cuidar su piel este invierno
Para ayudar a tu perro a sobrevivir al invierno sin que su piel lo note demasiado, estas recomendaciones suelen dar buenos resultados:
- Limpiarle y secarle bien el pelo y las patas después de cada paseo, especialmente si ha estado con nieve, lluvia o charcos.
- Usar champús suaves y específicos para pieles sensibles durante la rutina del baño.
- Mantener una buena rutina de cepillado que ayude a eliminar humedad y evitar enredos que retengan agua.
- Vigilar su dieta y su hidratación: un buen estado nutricional y agua fresca ayudan a mantener la piel saludable. El ambiente frío y con poca humedad hace que los perros pierdan más agua al respirar. Por eso, en invierno es fundamental tener siempre agua fresca a su alcance y vigilar que beban con normalidad, asegurándonos de que se mantienen bien hidratados.
- Evitar temperaturas extremas: un ambiente seco o demasiado cálido por la calefacción puede resecar su piel.
- Ante los primeros síntomas (picor, enrojecimiento, lamidos excesivos, caída de pelo), consultar al veterinario: las dermatitis requieren tratamiento específico.
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