Arquima presenta una nueva vivienda sostenible que evoca la vida mediterránea

La compañía especializada en construcción pasiva industrializada, Arquima, presenta uno de sus últimos proyectos residenciales ubicado en el municipio de Esporles, al oeste de Mallorca (Islas Baleares). Un hermoso pueblo, asentado en la Sierra de Tramuntana, que conserva su encanto original, con casas típicas y calles serpenteantes.

La residencia diseñada por Arquima se encuentra en uno de los enclaves más bellos de las Islas Baleares, Esporles, en Mallorca.

La vivienda, que cuenta con certificación Passivhaus y una superficie de 433 m² construidos, ha sido diseñada por la arquitecta Catalina Sastre Martorell, en colaboración con el arquitecto técnico y delegado de Arquima en Baleares, Joan Brunet.

En los últimos años, este tipo de viviendas están teniendo una gran acogida por el importante ahorro energético que suponen, pero también por la creciente conciencia colectiva sobre cómo el uso de materiales naturales en la construcción, como por ejemplo la madera, mejoran nuestra salud y la del planeta.

Este proyecto residencial, de líneas sencillas y de volúmenes geométricos, se desarrolla en 3 alturas: planta baja, planta primera y sótano y consta de 4 habitaciones y 3 baños. La puerta de entrada, la valla y lo que vemos desde la calle antes de entrar, es una combinación perfecta de blanco y Classic Blue, el típico azul griego.

La planta baja y el primer nivel se presentan como volumen geométrico con ventanas pequeñas ubicadas al norte y grandes ventanales volcados hacia el sur. La vivienda cuenta con un sistema de aislamiento térmico exterior (SATE) con un revoco mineral en color blanco, típico de la zona, que reviste la planta baja y la primera planta.

La envolvente del proyecto se ha llevado a cabo mediante el sistema de Arquima, entramado ligero de madera industrializado, tanto en la envolvente como en la estructura, y en las particiones interiores. Un sistema que reduce significativamente los plazos de entrega, respecto a la construcción tradicional, y permite cumplir con gran facilidad los principios básicos del Passivhaus: gran aislamiento térmico, envolvente estanca al exterior, control de puentes térmicos, uso de carpinterías de altas prestaciones e instalación de ventilación mecánica controlada con recuperador de calor.

La casa de Arquima se construyó en fábrica en dos semanas y el montaje de la envolvente se realizó ‘in situ’ en tan sólo cinco días. Los dueños de la vivienda verán reducidas sus necesidades de calefacción o refrigeración del aire interior en un 80% respecto a una vivienda de construcción tradicional y no sufrirán corrientes de aire en el interior. La temperatura no varía de una estancia a otra, sinó que se mantiene constante entre los 22 y 24 grados, ofreciendo a los habitantes de la casa un plus de confortabilidad.

Cómo no podía ser de otro modo, los dueños han optado por una decoración de estilo mediterráneo: con un punto minimalista, basada en tonos claros y neutros y en armonía con la naturaleza del entorno.

Las grandes ventanas de la cara sur, con vistas a la Sierra de Tramuntana, ofrecen una gran sensación de amplitud y naturalidad fusionando el interior y el exterior de la vivienda. En la cocina, abierta y de estilo funcional, las vigas decorativas de madera natural del techo y los cerramientos, también de color madera, combinan a la perfección y contrastan con el blanco de paredes, techos, muebles y encimeras.

La decoración se complementa con un pavimento cerámico rústico de gran formato, en tonos neutros y para el suelo radiante, ya que aporta amplitud al espacio. Otros detalles como contraventanas mallorquinas en azul, baldosas hidráulicas multicolor como revestimiento en el baño y la luz natural en todas las estancias de la casa, confieren un toque original y cálido a toda la vivienda.

Un nuevo proyecto residencial de Arquima, que refleja su filosofía de trabajo y que es fiel a su compromiso de ahorro energético y económico, protección medioambiental y salud de las personas.