Suelos de madera en combinación con los sistemas de calefacción radiante
El pasado 4 de noviembre, la Acip (Associació Catalana d'Industrials del Parquet) y el Coac – Escola Sert celebraron una jornada técnica online dirigida a arquitectos y parquetistas para analizar el comportamiento de los pavimentos de madera en combinación con los sistemas de calefacción radiante. Tras el interés generado cuando este estudio se presentó en la Convención de la FEPM en 2022, el encuentro permitió revisar y ampliar uno de los trabajos más exhaustivos realizados sobre este ámbito, arrojando nuevas evidencias que respaldan que los sistemas radiantes y la madera no solo son compatibles, sino que en numerosos entornos pueden ofrecer prestaciones energéticas y de confort iguales o superiores a las de soluciones tradicionalmente consideradas más adecuadas.
Los resultados del estudio nueva evidencia científica abren la puerta a prescribir con mayor seguridad pavimentos de madera en proyectos de alta eficiencia y calidad ambiental.
La sesión estuvo conducida por José Antonio Tenorio Ríos, ingeniero del Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc-CSIC), cuya trayectoria combina su participación histórica en el desarrollo del Código Técnico de la Edificación con su actual dedicación a proyectos de investigación avanzada dentro del grupo Construcción Avanzada y Sostenible. Su ponencia desgranó una investigación realizada conjuntamente por la Universidad de Cádiz, la Universidad de Córdoba y el propio IETcc, cuyos resultados desafían muchos de los criterios tradicionalmente aceptados sobre la supuesta incompatibilidad entre la madera y los suelos radiantes.
Radiación y confort con sistemas de baja temperatura
Para contextualizar el análisis, la jornada repasó primero los fundamentos del confort térmico. La mayor parte de nuestra sensación de bienestar depende del intercambio por radiación, lo que explica la eficacia de los sistemas radiantes. Frente a los equipos basados en la convección, la climatización por suelo radiante genera perfiles térmicos más uniformes, trabaja con temperaturas más bajas y ofrece un confort estable, factores todos ellos alineados con las exigencias de la edificación sostenible.
¿Es la madera adecuada para un suelo radiante?
Desde hace décadas, la industria ha asumido que la madera presenta una resistencia térmica elevada que limita su utilización en suelos radiantes. De hecho, la norma EN 1264-2 establece un valor límite de 0,15 m²K/W para los revestimientos de acabado.
Sin embargo, esta restricción —según diversos especialistas— nunca ha estado acompañada de un respaldo empírico sólido.
La investigación dirigida por el IETcc se planteó precisamente responder a cuatro preguntas clave: ¿Son las maderas de baja conductividad térmica eficientes en suelos radiantes? ¿Debe existir un límite máximo de resistencia térmica? ¿Está objetivamente justificado el límite de 0,15 m²K/W? ¿Dependen estas respuestas del edificio y del clima?
Un modelo de simulación sin precedentes
Para resolver estas cuestiones, el equipo del IETcc, la Universidad de Cádiz y la Universidad de Córdoba desarrolló un modelo de simulación extremadamente completo, capaz de reproducir tanto el comportamiento del pavimento como su interacción con distintos tipos de edificios. Así, se analizaron 61 tarimas —con variaciones de conductividad, densidad y espesor— junto a un revestimiento pétreo de referencia. Estas opciones se cruzaron con 216 configuraciones de vivienda y 28 localizaciones climáticas, generando un total de 737.856 simulaciones. Los resultados, además, fueron validados mediante ensayos en los laboratorios de Applus.
Los resultados del estudio abren la puerta a una revisión de los límites normativos actuales.
Demanda energética y confort
Los datos obtenidos desmontan varias ideas preconcebidas. En la mayor parte de los escenarios –que incluyeron ciudades como Madrid, Roma, Nueva York o Berlín–, las tarimas de madera presentan demandas energéticas muy similares, e incluso en ocasiones inferiores, a las del granito.
En la mayoría de climas analizados, las tarimas de madera ofrecen un nivel de confort equivalente o superior al del revestimiento cerámico. Es especialmente llamativo que, en algunos escenarios, los suelos de madera proporcionan más horas diarias por encima de 20°C que los revestimientos de alta conductividad.
Asimismo, aunque la madera presenta una difusividad térmica menor y un tiempo de respuesta algo más lento, la diferencia respecto a materiales pétreos es habitualmente inferior a lo esperado. En más del 75 % de las simulaciones, la madera incrementa el tiempo de arranque en menos de 3 horas respecto al granito, un valor insignificante en el contexto operativo de un sistema radiante.
Un límite térmico que pierde relevancia práctica
Una de las aportaciones más significativas del estudio es la constatación de que la resistencia térmica del pavimento no es un criterio decisivo por sí mismo, y que su impacto depende de factores combinados como el aislamiento del edificio, el porcentaje de acristalamiento, la inercia térmica o las condiciones climáticas.
Esto conduce a una afirmación contundente: el límite normativo actual (0,15 m²K/W) debería revisarse, ya que no refleja de manera adecuada el comportamiento real de la madera en sistemas radiantes.
La baja efusividad térmica de la madera hace que la superficie resulte más cálida al contacto, proporcionando mayor sensación de confort.
La efusividad térmica: un valor añadido al confort
Más allá del comportamiento energético, la ponencia recordó otra ventaja decisiva: la baja efusividad térmica de la madera. Esta propiedad hace que la superficie resulte más cálida al contacto, proporcionando mayor sensación de confort incluso con temperaturas operativas más bajas.
Así, estudios citados durante la jornada muestran que una tarima de pino a 20°C puede percibirse igual que una baldosa cerámica a más de 22°C, una diferencia significativa en bienestar para el usuario incluso con temperaturas operativas más bajas.
Nuevos retos de investigación
Con este punto de partida, el equipo investigador identificó varias líneas de trabajo pendientes, como puede ser el potencial de la madera como acumulador térmico, su comportamiento en sistemas de refrigeración, la gestión del punto de rocío para evitar condensaciones, la optimización operativa de los sistemas radiantes y la estabilidad dimensional del material. Retos todos ellos que abren un campo interesante para avanzar en soluciones cada vez más eficientes y compatibles con la arquitectura contemporánea.
En cualquier caso, la jornada concluyó con una idea clara: los sistemas radiantes y la madera no solo son compatibles, sino que en numerosos entornos pueden ofrecer prestaciones energéticas y de confort iguales o superiores a las de soluciones tradicionalmente consideradas más adecuadas.
Para el sector de los pavimentos y revestimientos, esta evidencia científica supone un avance significativo y contribuye a romper mitos que han limitado durante años la prescripción de la madera en proyectos con calefacción radiante.
