El sistema SATE: una solución efectiva para reducir las fisuras en fachadas
El SATE, que nació hace más de cuatro décadas con el objetivo de rehabilitar las fachadas para conseguir un ahorro energético y, al mismo tiempo, una mejora estética, se ha consolidado en el mercado como una herramienta versátil que puede ser utilizada en múltiples ocasiones en contextos diversos. Por ejemplo, además de su capacidad para reducir las condensaciones, el sistema también contribuye al mantenimiento de los materiales de construcción. Este efecto se consigue gracias a la prevención de la degradación causada por infiltraciones de aguas, manchas o moho, entre otros. ¿Cómo sucede esto exactamente? La realidad es que el SATE consigue formar una capa protectora continua en el exterior, y así, además de evitar la formación de grietas, se preserva la estructura de los edificios.
Si nos centramos en los aspectos que se refieren a las condensaciones, es importante remarcar que encontramos dos tipos: superficiales e intersticiales. Las primeras ocurren debido a puentes térmicos que provocan puntos fríos en invierno, mientras que las segundas se forman en el interior de los cerramientos por la difusión de vapor que se dirige desde el interior al exterior. Eso sí, las dos formas en las que se manifiestan las condensaciones tienen un denominador común, y es que el SATE se presenta como una solución preventiva y eficaz tanto para las superficiales como para las intersticiales.
En definitiva, el sistema en cuestión no se debe tener en cuenta únicamente como alternativa para reducir las fisuras, sino que también promueve un ambiente más duradero para los edificios, protegiéndolos de los efectos que puedan ocurrir causados por las variaciones de temperatura y las condensaciones.