La tormenta perfecta en el sector del metal
Las empresas manufactureras han comenzado a moverse a través de las patronales sectoriales para encontrar explicaciones y buscar soluciones a un problema que no solamente castiga su estructura de costes, sino también la relación con sus clientes y proveedores. “Antes hacías un pedido y te lo entregaban en una semana o dos, incluso en días, ahora hay plazos de entrega de tres y cuatro meses”, afirman.
Una de las causas del desabastecimiento y el incremento de precios de los metales está en la política arancelaria de la Unión Europea, que lleva desde 2016 imponiendo barreras económicas al acero de países como China, Taiwán, Turquía o Rusia, dentro de las medidas ‘antidumping’ por las sospechas de prácticas desleales en materia de competencia y la presión de las acereras continentales. Ese hecho, sumado a la actividad “a medio gas” de las siderúrgicas españolas, muchas de ellas con ERTE el año pasado por la pandemia, está tensionando el mercado. “Tienen los precios exageradamente altos. Da la sensación de que las grandes acereras quieren recuperar márgenes. Sale más rentable tener las fábricas con ERTE y obtener el mismo beneficio que al 100%. El acero de los terceros países está muy gravado. Bruselas debería hacer algo al respecto”.
La política arancelaria de la Unión Europea ha buscado garantizar la viabilidad y el empleo de las siderúrgicas europeas ante la sospecha de prácticas anticompetitivas de países como China. Pero el efecto de ese control sobre los precios se ha visto distorsionado en los últimos meses, cuando la economía china se ha reactivado con mucha fuerza antes que la europea y ha comenzado a afectar al equilibrio comercial global. Eso ha quedado en evidencia, por ejemplo, con el mercado de semiconductores o microchips, y ahora parece haberle llegado el turno al acero y a otras materias primas.
A raíz de las quejas de fabricantes españoles, la patronal del sector del metal, Confemetal, adscrita a la CEOE, ha elaborado un informe sectorial en el que advierte de problemas “en el aprovisionamiento y evolución de costes de las materias primas necesarias en los procesos productivos, algo que, ya identificado a finales de 2020 y está generando situaciones muy graves en las empresas de cara a este 2021″, dice el documento, fechado el 8 de marzo.
“Preocupa especialmente la tendencia a la acaparación aprovechando los precios actuales antes de que sigan subiendo y asegurando ‘stock’ para hacer frente a la demanda en caso de continuar los problemas logísticos. Este efecto está llegando a poner en riesgo algunos de los suministros, además de contribuir a seguir subiendo los precios”, citando como fuentes los informes de PMI industrial de febrero 2021 o los índices históricos de precios industriales, además de los testimonios recibidos por empresarios del tejido productivo.
Confemetal no cita expresamente los aranceles europeos como causa del colapso del mercado. Vicente Lafuente, vicepresidente de Cepyme y de la patronal valenciana del metal, Femeval, explica que el informe no ha detectado en el sistema arancelario la causa de la distorsión. Pero sí focaliza en China y en su capacidad de absorción de la producción por su elevada demanda, un factor fundamental del problema. Evidentemente, con barreras de entrada, el acero chino o de otros países tiene muchos menos estímulos para viajar a Europa. “China consume mucho más y no tienen material y aquí no hay capacidad productiva”.
Así lo explica Confemetal: “La alta demanda por parte de China de determinadas materias primas, una vez reactivada su economía, es identificada por algunos como la principal causante de que estemos en una situación de altos precios y baja disponibilidad. Dicha situación se detectó a finales del año pasado, y las empresas que no previeron dicha amenaza y no adoptaron posiciones de defensa es muy posible que tengan dificultades en el aprovisionamiento de material. China es el mayor productor mundial de estas materias primas y componentes y lo absorbe para su mercado interno”.
Un desequilibrio en el que las pymes son las víctimas más débiles: “Hay falta de ‘stock’ por la demanda china y el mantenimiento de la demanda mundial, lo que implica que, en algunos casos (y está dejando de ser una excepción), no sirven aquellos pedidos que se consideran pequeños”. A veces, las compras deben anticiparse con seis meses de plazo para garantizar el abastecimiento.
A los problemas de suministro se ha sumado un importante incremento de los precios en los fletes marítimos para aquellas empresas que optan por la importación de la materia prima. En el caso de las importaciones desde China, los fletes se han más que triplicado y los plazos se han duplicado en varios sectores, también para el comercio de metales, una situación que también se empezó a detectar a finales de año, según Confemetal. Todo esto ha generado una suerte de tormenta perfecta en un momento de baja inflación que complica mucho a las empresas trasladar los incrementos de costes a sus clientes.