Diez claves para diseñar bordes de jardín bonitos y funcionales

Un borde de jardín bien diseñado y construido puede aportar un toque extra de belleza y encanto a cualquier paisaje, además de ofrecer un sinfín de posibilidades creativas. Son perfectos para enmarcar y decorar el perímetro del jardín, así como para dividir zonas más amplias. Harry Bodell, experto en jardinería de PriceYourJob.co.uk, aporta diez consejos para crear unos bordes espectaculares.

La clave para crear un borde de jardín espectacular es planificarlo cuidadosamente antes de comenzar a plantar, dividir y decorar. Lo primero a considerar es el tamaño del borde, que dependerá del tipo de jardín que se tenga y del efecto que se desee lograr.

En jardines pequeños, se puede optar por un borde curvado, que da sensación de amplitud, mientras que en jardines alargados los bordes pueden utilizarse para crear mayor interés visual al recorrerlos. Una vez decidido el tamaño y la forma, debe marcarse el área para comprobar que encaja bien antes de comenzar a cavar.

Al seleccionar las plantas para el borde, hay que tener en cuenta el estilo o la paleta de colores que se desea incorporar. Esto evitará que las plantas parezcan desordenadas o sin cohesión al colocarlas juntas.

Mantener una paleta de colores definida mejora el aspecto visual del conjunto. Deben escogerse colores vivos para un borde exótico y llamativo, o tonos pastel suaves para un estilo más sutil, como el de un jardín campestre.

Una vez que se tengan las plantas seleccionadas, hay que decidir cómo distribuirlas. Es buena idea colocarlas primero sin plantar, para ver cómo quedan en conjunto.

También hay que tener en cuenta el tamaño que alcanzarán al madurar. Las plantas más altas suelen quedar mejor al fondo, cubriendo vallas o muros y actuando como telón de fondo para las más pequeñas y coloridas al frente.

Plantar bulbos de primavera es una de las formas más fáciles y económicas de llenar los bordes, siempre que se sepa cómo plantarlos correctamente. Las flores de colores cálidos y brillantes aportan alegría y un aire primaveral al borde, además de rellenar huecos o zonas apagadas.

Bulbos como narcisos, crocus y jacintos son perennes, lo que significa que florecerán cada primavera si se cuidan adecuadamente, siendo una solución de bajo mantenimiento.

Los bordes decorativos son una forma excelente de separar secciones del jardín y crear una línea visual clara. Los materiales más populares incluyen madera, piedra, ladrillo o azulejos. Incorporar un borde definido da forma y estructura, atrayendo la atención hacia esa zona.

Además de añadir encanto, también tienen un papel práctico, ayudando a separar las malas hierbas de los parterres, el mantillo del césped, etc. Facilitan la siega y el recorte, haciendo el mantenimiento mucho más sencillo.

Plantar flores que florezcan en diferentes estaciones garantiza que los bordes se vean bonitos, incluso en los meses fríos. Arbustos con flores en otoño e invierno aportan color cuando la mayoría de plantas ya se han apagado.

Deben planificarse los bordes pensando en todo el año. Si solo se plantan flores de primavera y verano, el borde será precioso durante esas estaciones, pero parecerá vacío en otoño e invierno.

Como se ha mencionado anteriormente, colocar plantas de distintas alturas añade dimensión al borde. Arbustos bajos, especialmente perennes, dan estructura y pueden mostrar un hermoso follaje, flores o bayas.

Es importante tener en cuenta el tipo, tamaño y crecimiento de los arbustos, ya que muchos crecen rápido y pueden volverse dominantes. Los arbustos perennes con hojas decorativas funcionan muy bien en bordes pequeños.

Si se prefiere un estilo menos ordenado y más natural y de cuento, las flores silvestres son una opción ideal. Estas plantas versátiles son encantadoras, requieren poco mantenimiento y atraen a abejas y otros polinizadores.

El otoño es la mejor época para crear un prado de flores silvestres, ya que muchas son perennes y vuelven a crecer cada año. Limitar las flores silvestres a los bordes permite incorporar este estilo rústico sin sobrecargar todo el jardín.

Colocar iluminación alrededor de los bordes resalta su belleza, creando un ambiente acogedor incluso de noche. Las luces solares de estaca proporcionan una iluminación suave que realza la estructura del borde.

Para un efecto más dramático, se pueden colocar luces bajo los árboles o colgar guirnaldas de luces en vallas y muros. También se pueden usar farolillos decorativos entre las flores y arbustos para conseguir un toque mágico.

Aunque los bordes se pueden usar para dividir espacios en jardines grandes, no se necesita de mucho espacio para disfrutar de un borde atractivo. En jardines pequeños, funcionan muy bien a lo largo de los límites, realzando vallas elegantes o disimulando muros menos estéticos.

Si el borde está junto a un muro o una valla, hay que aprovecharlo al máximo. Puede añadirse un enrejado con plantas trepadoras como madreselva o clemátide para aportar verdor y color. Las luces colgantes mencionadas también combinan perfectamente aquí.