Entrevista a Olga Zarzuela Garrido, directora de la Asociación Española de Floristas
En un momento en que el arte floral se reinventa al ritmo de las nuevas tecnologías, la sostenibilidad y la creatividad, conversamos con Olga Zarzuela Garrido, directora de la Asociación Española de Floristas. Bajo su liderazgo, la AEFI no solo vela por los intereses del sector, sino que impulsa su modernización y proyección. Con más de 6.000 empresas y 25.000 trabajadores representados, la asociación se sitúa en el centro del cambio, negociando convenios, formando a profesionales y fomentando redes de colaboración que fortalecen el papel del florista en la economía creativa y verde de España. En esta entrevista, Zarzuela nos habla de los desafíos actuales, la evolución del oficio y las tendencias que marcan el diseño floral en 2025.
¿Cuál es la misión de la Asociación Española de Floristas y su papel en el sector actualmente?
La Asociación Española de Floristas (AEFI) tiene como misión fundamental representar, gestionar y defender los intereses empresariales de sus asociados. Además, promueve y facilita la formación continua y el desarrollo profesional de los floristas, así como impulsa el consumo y la venta de flores y plantas. Para lograrlo, la AEFI ofrece apoyo integral a sus miembros en ámbitos empresariales, burocráticos, comerciales y creativos. Actualmente, lideramos la negociación del convenio colectivo del sector, que afecta a más de 6.000 empresas y 25.000 trabajadores, reforzando nuestra capacidad de influir en las políticas que marcan el futuro de la floristería en España.
¿Cuáles considera que son los principales retos a los que se enfrentan hoy los floristas en España?
Los floristas comparten desafíos comunes con otros autónomos, como la burocracia excesiva, la abundante regulación normativa y el alza de costes. La contratación de personal cualificado y el elevado grado de absentismo suelen complicar la gestión interna. Asimismo, la digitalización —más allá de la venta online— se ha convertido en un requisito para cumplir con obligaciones administrativas y acceder a nuevos mercados; sin embargo, también genera oportunidades de expansión y fidelización de clientes. Además, hay que seguir avanzando en sostenibilidad que, por otra parte, requiere una mayor coordinación entre productores, distribuidores y floristerías para que las prácticas ecológicas implementadas en toda la cadena de valor lleguen al consumidor final.
¿Cómo ha evolucionado el perfil del florista en los últimos años? ¿Qué competencias se valoran más hoy en día?
El florista ha pasado de ser un artesano local a un profesional multidisciplinar. Si bien las grandes empresas cuentan con más recursos, los pequeños negocios pueden adaptarse con rapidez a las tendencias y necesidades del mercado. Hoy, la especialización según ubicación y clientela es clave para maximizar resultados. La conexión digital facilita el intercambio de ideas y conocimiento de tendencias, a nivel nacional e internacional. Por ejemplo, en la Asociación gestionamos grupos de consulta y colaboración entre floristerías asociadas que enriquecen el conocimiento colectivo. Las competencias más valoradas son la capacidad colaborativa, la empatía y profesionalidad con el cliente, el compromiso con la formación continua y la creatividad, que permite desarrollar propuestas innovadoras y adaptarse rápidamente a las nuevas demandas del mercado.
La formación es un pilar fundamental en cualquier profesión. ¿Qué iniciativas formativas ofrece AEFI y cómo se adaptan a las nuevas tendencias del sector floral?
La Asociación organiza de forma continua cursos subvencionados o privados con descuentos para asociados, cubriendo desde formación inicial hasta monográficos de arte floral y especializaciones digitales. Además, ofrecemos talleres sobre gestión de redes sociales y herramientas tecnológicas que añaden valor al día a día del florista. Un logro destacado ha sido coordinar con el Ministerio de Educación la creación de la Especialización de Floristería de FP de Grado Medio, ya aprobada por el Consejo de Ministros y publicada en el BOE.
¿Cuál es el papel del florista en el diseño de espacios verdes urbanos o jardines domésticos? ¿Hay sinergias con otros profesionales del mundo de la jardinería y el paisajismo?
Algunas floristerías han incorporado servicios de jardinería, ya sea con personal propio o en colaboración con empresas especializadas. Estas sinergias permiten ofrecer proyectos integrales que abarcan desde composiciones florales a paisajismo a pequeña escala, adaptados tanto a entornos urbanos como residenciales.
¿Qué papel han tenido las redes sociales y el comercio online en la transformación del negocio de la floristería?
Las redes sociales y las plataformas de venta online conectan al cliente con la floristería más cercana, mejoran la experiencia de compra y reducen desplazamientos, contribuyendo a la sostenibilidad. Además, sirven de escaparate para mostrar ideas, estilos y nuevos productos, ampliando el alcance comercial más allá del espacio físico.
¿Podría compartirnos algún ejemplo de proyecto innovador o caso de éxito reciente impulsado por socios de la AEFI?
Un caso de éxito colectivo son nuestros dos grupos de WhatsApp: uno para intercambiar consultas profesionales y otro para coordinar encargos entre floristerías, optimizando entregas y reduciendo costes de transporte. Asimismo, hemos tenido un caso reciente en el que se ha puesto de manifiesto el gran valor humano de nuestra Asociación, por la aportación de nuestros asociados tras la DANA de octubre, cuando fruto de esta colaboración, recaudamos y distribuimos 12 500 € entre floristerías afectadas, un ejemplo de solidaridad y compañerismo.
¿Qué tendencias estéticas o creativas están marcando el diseño floral en España y Europa en este 2025?
En 2025 conviven el minimalismo monocromático —centrado en una sola especie o tonalidad— con el maximalismo de colores vibrantes y formas asimétricas. Siguen al alza las composiciones tipo ‘garden style’, así como estructuras inmersivas de gran tamaño para eventos y espacios comerciales. La experimentación cromática y las instalaciones escultóricas consolidan el carácter sensorial del arte floral.
En cuanto a materiales y técnicas, ¿hay alguna innovación que esté revolucionando la manera de trabajar con flores y plantas?
La demanda de flores y verdes preservados crece por su durabilidad y estética atemporal. En técnicas, destaca la reducción de la espuma floral tradicional: promovemos el uso de esponjas vegetales sin colorantes y envoltorios naturales o biodegradables, disminuyendo la huella de carbono en cada creación.
¿Se están observando nuevas demandas por parte de los clientes, tanto particulares como corporativos, en cuanto a arreglos florales o servicios?
Los consumidores muestran mayor interés en envoltorios sostenibles y productos de temporada cultivados en España. Aunque muchos llegan a la floristería con ideas previas, en general, suelen valorar positivamente el asesoramiento profesional del florista. La tendencia postpandemia favorece la incorporación de plantas en el hogar y el entorno laboral como elemento decorativo y terapéutico. En el ámbito de eventos, especialmente bodas, se aprecia un renacimiento de la ornamentación floral, con diseños más elaborados y detallistas.
