Aeland lleva a cabo el proyecto de paisajismo del edificio de oficinas MILE
El proyecto se encuentra en el distrito 22@, dentro del ámbito del Poblenou de Barcelona.
Este barrio, antigua zona industrial, ha sufrido una profunda transformación con la introducción de nuevas tipologías edificatorias ligadas a nuevos usos, generando un barrio en el que conviven viviendas y edificios de oficinas de empresas tecnológicas.
Esta transformación conforma una nueva realidad que afecta directamente a las características del espacio público, especialmente el generado en el interior de las parcelas, donde el encuentro ente las nuevas edificaciones y el tejido urbano genera nuevas situaciones a afrontar.
La parcela del proyecto ocupa dos terceras partes de una ‘isla’ clásica con la tipología del ensanche Cerdá. Los volúmenes edificados, organizados alineados a 3 de las calles circundantes, Ávila, Llull y Badajoz, generan 3 accesos en planta baja a un espacio de interior de ‘isla’ caracterizado por tramos lineales. La volumetría arquitectónica genera también interesantes cubiertas a diferentes niveles con la voluntad de introducir la vegetación dentro del ámbito propio de las oficinas.
El ámbito del proyecto lo conforman tanto el espacio público situado en planta baja como las terrazas propias de los edificios de oficinas.
La ordenación del espacio público en el interior de la manzana busca minimizar la superficie pavimentada para maximizar la superficie verde y la calidad de los espacios generados.
La superficie pavimentada se organiza con la voluntad de romper la linealidad generada por las fachadas y permitir los flujos obligatorios de circulación peatonal, de servicios y de bomberos, creando una secuencia de espacios de pequeña y mediana escala mediante ampliaciones graduales de la sección de los recorridos necesarios.
El material utilizado para la pavimentación son adoquines de hormigón prefabricado con dos tonalidades dispuestas de forma que se resaltan los espacios de estar, a modo de pequeñas plazas conectadas, donde se incorpora el mobiliario.
Mediante la vegetación arbustiva y el arbolado se enfatizan estos espacios, generando zonas de sombra y acotándolas a nivel espacial.
En las plantas cubiertas se organizan los espacios transitables en el interior del perímetro edificado, dejando la vegetación como elemento perimetral que define los espacios y que se conecta con el verde urbano.
Al tratarse de una plantación sobre cubierta, tanto a nivel de planta baja como en las diferentes terrazas ajardinadas, se ha utilizado un sistema de cubierta verde homologado en todos los parterres de forma que se garantiza la viabilidad del sistema a largo plazo, utilizando además materiales reciclados que minimizan la necesidad de materia primas.
Para todas estas zonas ajardinadas, ha sido también una premisa de la propuesta que, a pesar de tratarse de zonas de plantación sobre una cubierta, este hecho pase tan desapercibido como sea posible, de forma que la sensación del usuario sea la de estar en un jardín, tanto a nivel de planta baja como en las diferentes terrazas.
Vegetación presente
Por lo que respecta a la vegetación, la primera premisa de la propuesta es la plantación de especies autóctonas o aclimatadas y de bajo consumo hídrico, tanto para el arbolado como para las arbustivas. En este mismo sentido, no se incluye ninguna superficie de césped y en su lugar se utilizan especies tapizantes de bajo porte y con un consumo muy inferior de agua.
El arbolado se compone de especies de hoja caduca con el fin de reducir la insolación sobre las superficies pavimentadas en verano y aprovecharla en invierno para mejorar el confort de los usuarios. Entre las especies utilizadas cabe destacar, como árboles de gran porte, los plátanos de sombra (Platanus x hispanica) en formato multitronco en las zonas más amplias del jardín de planta baja, acompañados de árboles de porte medio como es el caso del arce menor (Acer campestre).
Según indica Aeland, también se ha incorporado la plantación puntual de especies más exóticas, pero perfectamente aclimatadas a Barcelona, como el ginkgo (Ginkgo biloba) que aporta la coloración dorada de sus hojas en otoño.
Las especies se distribuyen en función de sus necesidades de insolación y humedad; desde los espacios más protegidos y húmedos bajo las cubiertas hasta las zonas más expuestas de la zona central. En este mismo sentido, las diferentes especies se agrupan según sus necesidades de riego para evitar desequilibrios y desperdiciar este recurso.
Los arbustos que acompañan al arbolado caduco se componen de especies perennifolias, de forma que, aunque se vayan sucediendo diferentes floraciones y en distintos momentos del año unas especies llamen más la atención que otras, siempre se mantenga esta base verde que entreteje los espacios.
La plantación se organiza así en grandes franjas de diferentes especies de diferentes portes según su localización, de forma que contribuyan también a desdibujar los bordes de las terrazas para enfatizar más la idea antes mencionada de que cada una sea un jardín.
En las zonas sombreadas conviven plantas propias del sotobosque mediterráneo, como el durillo (Viburnum tinus) o la hiedra (Hedera helix) junto con especies clásicas de las zonas sombreadas de nuestros patios, como las aralias (Fatsia japonica).
En las zonas más abiertas y, por lo tanto, más soleadas, grandes grupos de Dietes iridioides, una planta de origen sudafricano que destaca por su prolongada floración, aporta interés desde la primavera hasta el otoño, lo que a la vez resulta interesante para los insectos. Las floraciones sucesivas de las diferentes especies ayudan también a incrementar la biodiversidad de estos espacios, en tanto también los frutos que aportan especies como el durillo o el aligustre resultan de especial interés para las aves. Los márgenes arbustivos, junto con los árboles de tamaño medio, también en formato multitronco, contribuyen a crear zonas de refugio para la fauna.