Le Bristol París despliega su alfombra floral para recibir a la primavera
Con casi más de un siglo de historia siendo uno de los hoteles más prestigioso de la capital francesa, Le Bristol París sigue sorprendiendo a sus huéspedes con rincones únicos. Ya sea con sus impresionantes vistas a la torre Eiffel, sus galardonados restaurantes con estrella Michelín o con sus únicos ateliers, el hotel vuelve a sorprender a sus huéspedes con un impresionante jardín que se convierte en corazón del hotel.
El jardín de Le Bristol París es un tesoro escondido abierto al descubrimiento, un oasis de flores y calma coronado por lujosos salones e impresionantes columnas adornadas por naranjos en flor que invitan a huéspedes y visitantes a un remanso de paz dentro de la ajetreada ciudad. Este jardín se convierte sin duda en una joya de serenidad a dos pasos del bullicio de la rue du Faubourg Saint-Honoré.
Un jardín de diseño aristócrata
Para recrear el jardín, Le Bristol París y MM Design encargaron su creación al talento de Lady Arabella Lennox -Boyd. Arabella, paisajista de renombre mundial, abordó su creación para Le Bristol París con un profundo respeto por la delicadeza de la naturaleza, su fuente de inspiración permanente.
Su filosofía de base para este proyecto ha sido la conciencia medioambiental y la sostenibilidad, compromiso que tiene Le Bristol desde hace años y uno de sus valores y pilares fundamentales a la hora de tomar cualquier decisión. Tanto es así que Le Bristol ha sido galardonado con la certificación Green Globe.
“Quería diseñar un jardín lleno de calidez y color con algo de interés en todas las estaciones. El jardín combina elementos formales y campestres; un aire rural en la ciudad”, afirma Lady Arabella Lennox -Boyd.
Arabella seleccionó muchas plantas autóctonas de la región parisina adaptadas a las condiciones locales. Arabella solicitó un suelo orgánico bien compostado seleccionando cuidadosamente cada árbol, arbusto y flor para preservar la biodiversidad del oasis parisino.
“Me gustaría que todos los huéspedes sintieran que el jardín les brinda una sensación de ocasión, pero también de respiro, una cualidad onírica y puro deleite. Por la noche, los jardines adquieren una sensación mágica con la suave iluminación de las formas recortadas, el sonido del agua y el aroma de las plantas”, indica Lady Arabella Lennox –Boyd.